2 de diciembre de 2023
Víctor Hugo Vallejo
“No es cierto que todo tiempo pasado fue mejor. Lo que pasaba era que los que estaban peor todavía no se daban cuenta”.
Nació un día en el Municipio de Ginebra, Valle, y la fecha es un buen secreto, que debe respetarse profundamente porque a las damas no se les pregunta la edad y mucho menos interesa saberla.
Las palabras lo fueron absorbiendo, lo rodearon por todos lados, hasta cuando se hicieron su vida misma. Fue la palabra la razón de ser de una existencia que llegó hasta los 88 años de presencia física.
Nunca antes tantos estuvieron tan cerca estando tan lejos. Fue un poco más de un millón de personas las que se reunieron alrededor de la literatura, oyendo a autores que estaban en sus casas o en sus lugares de trabajo.
El juez Décimo Civil Municipal de Cartagena como abogado es un gran creyente. Con toda seguridad que debe estar pensando y sintiendo que con la producción del auto interlocutorio de fecha treinta de agosto de 2020, ya tiene ganado el cielo.
Desde siempre supo que el camino que se iba a trazar en la vida tenía dos vías: una, el estudio y dos el servicio público. Todo lo estatal le llamaba la atención, por las posibilidades de servir a causas generales.
Se trataba de apoderarse de una gran cantidad de dinero en efectivo, sacado de una bóveda de seguridad de un Banco, pero con la condición inmodificable de que nadie podría ir armado.
Cuando apenas tenía 9 años, un muchacho de 14, cabezón, de pelo crespo, de grandes cejas, con algunas verrugas en el rostro, flaco y medio desgarbado, a quien no le cabía el espíritu costeño en el cuerpo, cuando la vio por primera vez, le propuso matrimonio.
Sólo los soñadores cuando son atrevidos, consiguen realizar sus proyectos. Un sueño que no cuenta con la decisión de quien lo vive para hacerlo realidad de alguna manera, no es más que una de esas muchas frustraciones.
Las alternativas de ser lo que llaman niños normales, dedicados a sus juegos y travesuras, no es que les hayan faltado, sencillamente ninguno de ellos estuvo dispuesto a acogerlas, porque el único interés que desde un comienzo tuvieron fue el del aprendizaje.
