26 de marzo de 2025
Guillermo Trujillo Estrada


Sin antecedentes históricos, se ratifica el propósito de desplazar a la Federación como el organismo responsable de la política cafetera, garante de su permanencia, que le da la seriedad, además de concertar los propósitos con los verdaderos actores.


La semana pasada estuvo convulsionado el ambiente con la Asamblea Cafetera, que montó la Ministra de Agricultura para hacer agitación política en contra del gerente de la Federación de Cafeteros, convocando a todos los enemigos de la institución, a fin de elaborar una supuesta agenda de los próximos 100 años.


El Pacto Verde Europeo se ha convertido en la mayor amenaza para la futura exportación de café de Colombia a los países de la Unión Europea, que el año pasado alcanzó 2,5 millones de sacos.


El Pacto Verde Europeo se ha convertido en la mayor amenaza para la futura exportación de café de Colombia a los países de la Unión Europea, que el año pasado alcanzó 2,5 millones de sacos.


La persona que acomete la presentación de querellas y la iniciación de pleitos de un modo desmedido y obsesivo, según la definición es querulante. Fue así como en su reciente columna, Luis Carlos Villegas calificó al presidente Gustavo Petro.


Al pasado congreso cafetero fue invitado como orador el ministro de las TIC, Mauricio Lizcano, un ministro que no forma parte del comité nacional, lo que envía una buena señal de parte del nuevo gerente, preocupado por llevar tecnología al campo.


Se pretende despertar un sentimiento nacionalista, además de uno de solidaridad con el cafetero, lo que no tiene sentido, cuando desde sus inicios -hace más de 200 años- hemos producido para exportar.


Continuando con el análisis de lo que sucedió en el congreso cafetero, el gobierno realmente no tenía nada para decir. Ni un sólo pronunciamiento sobre la política cafetera, el nivel ingreso de los productores, tampoco a la política de crédito ni a la de inversión en infraestructura en las zonas cafeteras y, menos aún, en la relación con el gremio, que tanta expectativa había generado.


Defender la importación de café, nos puede llevar a la hoguera, o por lo menos ésta parece una anatema con la que los apóstoles amenazan desde diferentes círculos de poder: el gobierno, el congreso, algunos cafeteros, e incluso comentaristas.


Esa es la recomendación que daría a la Federación de Cafeteros, después de escuchar al señor ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, en un debate de más de seis horas y que se llevó a cabo en la plenaria de la Cámara.
