6 de febrero de 2025
Guillermo Trujillo Estrada


La negociación del nuevo contrato será muy difícil. Para nadie es un secreto que el actual gobierno ha manifestado -en repetidas oportunidades- sus dudas sobre el contrato y la estructura del administrador.


Lo que resulta inadmisible es el sacrificio que deben hacer los cafeteros, que hoy contribuyen con US$0,06 por libra de café exportado para recibir bienes públicos, y que éstos terminen destinados a atender un problema generado hace más de treinta años.


El primer paso - exigido por una ley del congreso- se dio hace veintiún años, cuando Gabriel Silva logró, en un duro “pulso”, que al menos el 30 % de la transferencia se hiciera en función del número de productores.


El comité directivo y la gerencia -por razones políticas, a punto de elecciones cafeteras- se abstuvieron de adoptar las más estrictas medidas, otorgando plazos inconcebibles.


Mi recomendación es que los cafeteros reunidos en su congreso anual, deben estudiar el contrato a fondo, los compromisos que adquirió el gremio a través de su subsidiaria y las obligaciones y riesgos inherentes a un negocio de esta naturaleza.


Es la hora de poder llegar con reformas como la de incorporar en los estatutos el verdadero valor del cafetero, como el sujeto de derechos en la organización, sin importar el tamaño de su cosecha.


La garantía de compra es el activo más valioso y apreciado por los cafeteros; es un bien público por definición, que ha hecho posible que el grano se compre siempre de contado, a través de toda la geografía nacional, en pequeñas cantidades.


Esta demostrado que los líderes lo primero que hacen es rodearse de las personas más conocedoras y experimentadas, para conformar el mejor equipo que, con el liderazgo del gerente, alcance el éxito para los agremiados.


El señor ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, señaló que quienes hicieron la norma de la contribución cafetera no pensaron en el ciclo cafetero, por lo que ésta se debería reformar; lo acordado, US$ 0,06, es muy gravoso para los bajos precios y se queda corto cuando se presentan los buenos precios.


Continuando con lo que debe ser una política cafetera seria, que ofrezca bienes públicos para quinientos mil productores, debemos abordar la investigación científica y la asistencia técnica, acciones fundamentales para la vida de un caficultor que necesita que lo lleven de la mano, para garantizar “Permanencia, Sostenibilidad y Futuro”.
