¿Trump o Biden?

Uno y otro se presentan como grandes aliados y amigos de la región. Para América Latina y muy especialmente para Colombia, Joe Biden representa una visión muy diferente del capitalismo salvaje que evidencia Trump, con menos exclusión social, protección de los recursos naturales y una ayuda más efectiva hacia los países tercermundistas y economías debilitadas por la pandemia universal. Su pensamiento está centrado en la promoción de un hemisferio seguro, de clase media y democrático como única vía para el logro y desarrollo de una sana economía que garantice la seguridad del país americano. Bajo la frase «los estadounidenses primero», Trump apuesta por una reforma migratoria que los priorice  sobre los extranjeros, a través de una transición a la migración basada en méritos. Biden, por otro lado, apuesta por un sistema en el que se considere a los inmigrantes como parte  clave  de  la economía del país y que sean bienvenidos en todas las comunidades. Igualmente ofrece para Centroamérica 4.000 millones de dólares para desincentivar los factores que impulsan la migración promoviendo la inversión privada que ha de crear nuevos puestos. Mientras Trump piensa en más leyes que impidan la entrada de migrantes y en el robustecimiento del resguardo fronterizo, continuando en su lista de prioridades la construcción del muro en la frontera con México, Biden aboga por una reforma del sistema de inmigración fortaleciendo el programa DACA creado en la administración Obama que busca dar a los jóvenes soñadores la oportunidad de continuar con sus vidas sin temor a ser deportados, nacionalizando  a quienes llegaron a una edad temprana. Dos visiones distintas sobre los migrantes provenientes de Centroamérica y propuestas económicas de gran alcance. Para ambos Venezuela es una prioridad pero el enfoque para la solución de la crisis, es diferente. Trump, además de mantener unas malas relaciones con Europa y América Latina, ha debilitado la coalición al no enfocar la presión e incentivos de forma multilateral, afianzadas  en cálculos electorales,  sobre todo en lo concerniente con su política frente a Venezuela. En tanto Biden, conocedor a fondo del problema como Vicepresidente de Obama, echará mano de recursos propios de su inteligencia para presionar una salida democrática y ayudar al pueblo venezolano a reconstruir su país y sus propias vidas. La eficacia de las sanciones impuestas por Trump a Venezuela depende, no solo de su coordinación multilateral, como del adecuado estímulo a los actores internacionales con intereses afines al régimen de Maduro para que se abstengan de ser un obstáculo al propósito deseado. Como lo ha dicho Andrés Oppenheimer, Trump con su unilateral proceder y falta de compromiso con las grandes causas democráticas globales lo que ha hecho es debilitar la coalición internacional imprescindible para un desenlace positivo en Venezuela. La cada día más conflictiva relación con China del mandato Trump ha generado la natural preocupación nacional e internacional. Biden critica de China sus abusivas prácticas comerciales pero favorece la diplomacia concertada con sus aliados. No tiene deuda ninguna con Vladimir Putin quien le habla al oído a Trump, al decir de John Bolton, su ex-asesor de Seguridad Nacional. En la lucha contra el narcotráfico, tendremos con Biden una franca y total cooperación. En fin, tenemos más que esperar de Biden que de Trump. ¿Quién ganará? Dios mediante, mañana lo sabremos.  Nuestra suerte está unida a la del pueblo americano.

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