4 de mayo de 2024

Como un oso de peluche…

7 de febrero de 2017
Por Esteban Jaramillo
Por Esteban Jaramillo
7 de febrero de 2017

Por Esteban Jaramillo Osorio.

Por ser el comienzo de la liga, el Once Caldas no acepta juicios determinantes. Sin embargo, como el crítico no calla y  el público exige rendimiento y resultados, obligatorio es puntualizar los errores cometidos en el estreno, el domingo pasado.

El Once tuvo un comienzo discreto, castigado por el abucheo de la tribuna, frente a un rival sin exigencia.

Jugó el blanco sin chispa, limitado en su propuesta, inseguro, nervioso y sin soluciones en el juego colectivo, lo que lo hizo inofensivo como un oso de peluche.

No atrajo, ni encandiló su estilo. Fue un equipo largo, de lento trámite, generoso en la concesión de espacios, repetido en la maniobra creativa y sin poder en las opciones de gol que fueron pocas.

Las referencias de Lisi, el entrenador, en la antesala del torneo, resultaron contradictorias ante el rendimiento expuesto en la cancha.  Habló de fútbol ofensivo, su credo predilecto; puntualizó sobre el equilibrio entre líneas, resaltó las fortalezas defensivas y se declaró satisfecho con la  nómina existente, la que, con  un delantero pendiente, lo deja satisfecho. Todo sobre el papel porque a la luz de los hechos el saldo fue diferente.

Ortega quiso ser distinto, por la claridad de su pase y su visión de juego, pero fue el único referente en la función de armado. De paso dejo entrever  deficiencias físicas, las que debe corregir. Jugó sin socios para el toque.

Evidente es que al equipo hay que dotarlo de  velocidad y desequilibrio en el juego medio, de mayores recursos ofensivos, de precisión en los pases, punto de partida para la inoperancia que se critica; y de solidez defensiva porque  reiterados son los despistes.

En reconstrucción, por lo visto en el primer partido, el Once tiene hoy mas dudas que certezas y empieza a dinamitar sus sueños y los de los aficionados, regalando puntos en casa.