20 de septiembre de 2025
Augusto Trujillo Muñoz


Las elecciones presidenciales en Venezuela fueron una vergüenza. Pero las reacciones de organismos, gobiernos, medios de comunicación y usuarios de redes fueron una lástima por sus características cerriles. La diplomacia y la política saben que ese tipo de reacciones suelen ser inconvenientes, infructuosas, inútiles.


Los diccionarios de filosofía suelen definir el justo medio como un producto de la decisión tomada por el hombre prudente, que se inspira en la recta razón. Para los griegos era una postura intermedia entre el exceso y el defecto.


Pero la modernidad se volvió binaria y partió todo en dos: bueno y malo, amigo y enemigo, rico y pobre, etc. La historia comenzó a tramitarse en blanco y negro, a pesar de que el mundo que la hace es multicolor.


Una constitución inscrita en el marco de una democracia liberal y de un auténtico Estado constitucional, ha de adoptar todos -y no solo algunos- de los elementos mencionados. Por eso no se entiende la decisión de la Suprema Corte de Estados Unidos, a través de la cual otorgó inmunidad a los presidentes de ese país en relación con sus actos oficiales.


En los años noventa los líderes de Occidente impusieron un modelo económico que resultaba difícil no acoger, y Colombia se apresuró a adoptarlo sin estar suficientemente preparada para ello. Quizás hubiera sido deseable asumir algunas de tales reformas con cierto sentido provisorio, para ajustarlas en una u otra dirección según los resultados.


La Constitución del 91 no sería ninguna panacea, pero sí fue pensada en función del nuevo país que, entre la necesidad y la esperanza, se esbozaba en el horizonte. Sin embargo, Adela Cortina se permitió decir que “los colombianos no la tomaron en serio”.


Y agregó un alarmante aserto: “La política se ensució en los últimos años para girar en torno al clientelismo y al dinero. ‘El Régimen’ que la sustenta necesita mantenerla así para mantener su predominio”.


No es fácil examinar este tema, pero el reconocimiento de los gobiernos de España, Irlanda y Noruega al Estado palestino se desdobla en alta presión diplomática y política para que el mundo avance hacia una justa solución a este complejo problema que los ingleses le trasladaron Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1947.


La universidad debe ser autónoma, pero no puede ser soberana. En Colombia, el artículo 69 de la Constitución establece la autonomía universitaria, pero su objetivo no es garantizar abusos ni corregir errores, ni consolidar aciertos, sino proteger las libertades de cátedra, enseñanza y opinión.


La historia de la Universidad Nacional de Colombia se confunde con la de la república. En 1932 el general Santander creó su primer antecedente y en 1864 el jurista el jurista José María Samper quiso recuperarlo.
