17 de mayo de 2025
Augusto Trujillo Muñoz


Colombia tiene más geografía que historia y más territorio que Estado. No gratuitamente está invadida por la intransigencia y la obcecación.


Los colonos ingleses que viajaron a Norteamérica en medio de los conflictos religiosos de su madre patria trajeron consigo la versión puritana de un calvinismo fanático.


La democracia mayoritaria de origen anglosajón, aplicada a las sociedades actuales terminó imponiendo una especie de dictadura de las mayorías que desconoce la diversidad y desecha la idea de los acuerdos con el adversario.


La democracia, cuya razón de ser garantiza las libertades, la igualdad, la propiedad y los controles sobre el poder, dejó de funcionar cabalmente.


Las elecciones presidenciales en Venezuela fueron una vergüenza. Pero las reacciones de organismos, gobiernos, medios de comunicación y usuarios de redes fueron una lástima por sus características cerriles.


Las elecciones presidenciales en Venezuela fueron una vergüenza. Pero las reacciones de organismos, gobiernos, medios de comunicación y usuarios de redes fueron una lástima por sus características cerriles. La diplomacia y la política saben que ese tipo de reacciones suelen ser inconvenientes, infructuosas, inútiles.


Los diccionarios de filosofía suelen definir el justo medio como un producto de la decisión tomada por el hombre prudente, que se inspira en la recta razón. Para los griegos era una postura intermedia entre el exceso y el defecto.


Pero la modernidad se volvió binaria y partió todo en dos: bueno y malo, amigo y enemigo, rico y pobre, etc. La historia comenzó a tramitarse en blanco y negro, a pesar de que el mundo que la hace es multicolor.


Una constitución inscrita en el marco de una democracia liberal y de un auténtico Estado constitucional, ha de adoptar todos -y no solo algunos- de los elementos mencionados. Por eso no se entiende la decisión de la Suprema Corte de Estados Unidos, a través de la cual otorgó inmunidad a los presidentes de ese país en relación con sus actos oficiales.


En los años noventa los líderes de Occidente impusieron un modelo económico que resultaba difícil no acoger, y Colombia se apresuró a adoptarlo sin estar suficientemente preparada para ello. Quizás hubiera sido deseable asumir algunas de tales reformas con cierto sentido provisorio, para ajustarlas en una u otra dirección según los resultados.
