28 de abril de 2024

Ideas para cambiar el mundo

19 de diciembre de 2023
Por Fernando Escobar Giraldo
Por Fernando Escobar Giraldo
19 de diciembre de 2023

En Colombia ocurrieron 2,461 eventos de violencia política (batallas, explosiones/violencia a distancia y violencia contra civiles) en el año 2022. Eso equivale a más de un 3% de los eventos similares ocurridos en todo el mundo si tenemos en cuenta que de un total de 116,000 eventos violentos, una tercera parte ocurrió en Ucrania. Las cifras aparecen en el recién publicado Atlas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, del Banco Mundial, un muy bien elaborado e investigado documento con información del mundo y propuestas ecuánimes.

Hoy en día, casi 1,000 millones de personas en el mundo, viven en situaciones de fragilidad y conflicto (Fuente de datos del globo: ACLED). Entre ellos se encuentra prácticamente toda la población colombiana que no está libre de conflictos y crimen en general.

“Con el ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) se busca promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas, y desarrollar instituciones eficaces, responsables e inclusivas. En la 

Meta de ODS se reconoce la importancia de proteger la vida humana frente a la violencia instando a reducir significativamente todas las formas de violencia y las correspondientes tasas de mortalidad en todo el mundo. Además de provocar la pérdida de vidas, el homicidio y los conflictos armados erosionan la confianza entre los ciudadanos, socavan los esfuerzos en favor del desarrollo y generan pérdidas en la producción económica”.

El anterior enunciado, comprendido en el Atlas, no es secreto para nadie. El asunto está en aceptar primero el problema, estudiarlo, obtener conclusiones, buscar soluciones, ponerlas en práctica, supervisar los resultados y mantener los que tengan éxito.

En Colombia estamos en cero desde el comienzo. Los colombianos aprendimos y nos acostumbramos a vivir con las amenazas a nuestro alrededor y, “mientras no nos toque”, no nos incumbe. Es decir, no aceptamos, no reconocemos el problema y por ello el camino propuesto es imposible seguirlo. Lo he dicho antes, estamos inmunizados contra el crimen. Algo muy doloroso.

En una ocasión se me acercó un señor a quien no conocía y, quizás tras escuchar alguno de mis programas de radio, se animó a confiarme su problema familiar, con la esperanza de obtener alguna luz, una guía, una idea para solucionarlo. Resumiendo en pocas palabras, me contó que es padre de tres hijos, una mujer y dos varones. Con ella no ha tenido mayores problemas pero … “mis hijos de 32 y 34 años, son un par de hampones”, me dijo.  La historia es larga, los dos muchachos fueron influenciados por otros en el barrio cuya mayor actividad era robar lo que encontraban en el interior de los autos en los estacionamientos. Pero las cosas fueron más allá, para silenciar testigos, 5 muchachos del barrio, entre los que Alfredo (nombre cambiado) cree estaban sus dos hijos, acabaron con las vidas de dos personas. El crimen se quedó impune porque nunca hallaron a los culpables.

Tras muchas conversaciones con Alfredo, me di cuenta que es un hombre de bien. Tuvo la mala suerte de que sus hijos desviaron el camino, siempre a escondidas de sus padres, hasta que el padre investigó y comprobó sus dolorosas sospechas. Comprobó que sus dos muchachos estaban entre los ladrones de autos pero no pudo establecer si estaban involucrados en los asesinatos.

“Como ciudadano de bien, tengo el deber de denunciarlos ante la justicia. Pero como padre experimento una enorme incertidumbre y no sé cómo actuar. Mis hijos abandonaron sus estudios, uno de ellos alcanzó a ir un par de semestres a la universidad. Desde cualquier otro punto de vista, se ven como muchachos buenos”, me dijo. Los dos negaron siempre toda actividad delincuencial.

Me di cuenta que no era la persona apropiada para aconsejar a este padre acongojado y aceptó mi recomendación de acudir a una organización donde expertos podrían ayudarle.

Como dije antes, la historia es larga y no entro en más detalles, pero el rumbo que siguió el caso con ayuda de profesionales, podría servir de ejemplo para muchas familias en mi país.

Los expertos contactaron una familia respetable, de buenos samaritanos, que aceptó la tarea de buscar un acercamiento con la familia de Alfredo. Tras varios meses de trabajo coordinado, sin generar sospecha alguna, dos hijos de esta nueva familia samaritana, lograron enterarse de todas las fechorías cometidas por los hijos de Alfredo y darse cuenta que estos fueron testigos pero no actores, de ninguna manera, de los asesinatos.

La programación de este proceso llevó a la conclusión de que los hijos de Alfredo aceptaran ir ante la justicia, responder por sus delitos y obtener ayuda. Tras dos años de encarcelamiento ambos fueron a la universidad, obtuvieron trabajos decentes, están paz con la sociedad y son promotores de recuperación de menores delincuentes.

La moraleja está en que si un miembro de la familia toma conciencia y busca ayuda, como ocurrió en este caso con Alfredo, existen posibles soluciones, gracias a la tarea e influencia de gente buena que acepta brindar este tipo de apoyo, como los buenos samaritanos de esta historia real.

Lo he mencionado en otros artículos y lo reitero, la solución está en la educación, la buena educación, que no es solamente la que brinda la academia a los muchachos dentro y fuera de las aulas. En nuestro país, los alcaldes y entidades municipales, las juntas de acción comunal y similares, el clero, en fin, debieran tomar como tarea vital, “educar a los padres para que aprendan a educar a sus hijos”. Si la educación, la paz, la justicia, nacen en el hogar, Colombia podría aspirar a un futuro mejor.

El Atlas publicado por el Banco Mundial, comprende 17 temas destacados y en futuras columnas hablaremos de ellos pues existe, para cada tema, información detallada país por país. Menciono a continuación todos los temas y si alguien tiene interés en el Atlas, con mucho gusto me puede contactar.

Los temas son: Fin de la Pobreza, Hambre Cero, Buena salud y Bienestar, Educación de Calidad, Igualdad de Género, Agua Limpia y Saneamiento, Energía Asequible y no Contaminante, Trabajo decente y Crecimiento Económico; Industria, Innovación e Infraestructura, Reducción y Consumo Responsables, Acción Climática, Vida Submarina, Vida de Ecosistemas Terrestres,; Paz, Justicia e Instituciones Sólidas (en lo cual está basado este artículo), y Alianzas para Lograr los Objetivos. Son 17 puntos que, tomados en cuenta y en serio, ayudarán a cambiar positivamente nuestro mundo.