27 de abril de 2024

Cuando el dolor es ajeno

15 de octubre de 2022
Por Víctor Zuluaga Gómez
Por Víctor Zuluaga Gómez
15 de octubre de 2022

En un video que ha tenido, desde luego, una amplia difusión, se puede observar a la senadora Paloma Valencia, hablar con mucha seguridad y propiedad, sobre la situación de la salud en Colombia. Y trae a colación los informes tomados The Economista y la OMS. Dice que la primera institución planteó que “somos el número 16 en prestación de salud en el mundo”. De igual manera la revista Lancet afirma que somos el número 6 y finaliza diciendo que la OMS dice que entre 191países que evaluó, somos el 22”.

Lo anterior es cierto, en la medida que se hable de “cobertura”. En ese sentido, no hay duda que es amplia, pues, tanto los cotizantes como aquellos que están en regímenes subsidiados, pueden “teóricamente acceder a los servicios de salud”. Y digo teóricamente porque una cosa es la “medicina prepagada”, en donde hay atención directa con especialistas, servicio en las mejores clínicas del país, atención médica en casa, sin cláusulas de permanencia y, en fin, todas las garantías imaginables. A tal punto que cuando se llega a una clínica, le preguntan si tiene medicina prepagada o no. De acuerdo a la respuesta, lo envían a salas de espera diferentes. Es decir, el trato es preferencial para quienes tienen prepago.

Ahora bien, existe también en régimen contributivo y el subsidiado. Sobra advertir que quienes tienen régimen subsidiado, en su inmensa mayoría son atendidos en hospitales públicos, con el agravante que las EPS a las cuales se encuentran afiliados, no pagan a tiempo y las deudas en este momento son de un monto escandaloso, pues se acerca a los 10 billones de pesos. En esas circunstancias, el servicio que prestan los hospitales se ven restringidos al máximo y por lo mismo, todos los programas de prevención, tan importantes en el campo de la salud, desaparecen, insisto, por falta de recursos.

Entonces, una cosa es gozar de medicina prepagada y otra es asomarse a un hospital público, cuando se pertenece a un régimen subsidiado, para poder apreciar la diferencia.

Podemos decir, en síntesis, que Colombia tiene un sistema de salud con una amplia cobertura, como dicen ciertas entidades citadas por la doctora Paloma Valencia, pero otra bien distinta es el servicio que se presta, dependiendo de si se está en régimen contributivo y además con prepago y lo otro, el sistema subsidiado para estratos bajos.

La gerente de las Empresas Sociales del Estado y Hospitales Públicos ACESI, Olga Lucía Zuluaga Rodríguez ha manifestado, en torno a la reforma, que ésta busca garantizar la vinculación laboral con todas las garantías para los funcionarios que entregan todo de sí, el talento humano. Esos profesionales de la salud que trabajan día y noche para salvarle la vida a los colombianos en los 32 departamentos del país, especialmente en zonas en donde sólo existe un prestador de público. Porque no tiene sentido que personal médico y paramédico de hospitales públicos tengan que declarar huelga para que les paguen sus salarios.

Finalmente, las inversiones que se vienen haciendo en materia de prevención, que debe ser una política prioritaria, son inexistentes, debido, no a falta de recursos, sino a la acumulación de los mismos en las EPS.