16 de mayo de 2024

Carta abierta al Dr Álvaro Uribe Vélez

20 de septiembre de 2020
Por Celmira Toro Martínez
Por Celmira Toro Martínez
20 de septiembre de 2020

Proverbios 14:12: «Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte».

Dr Alvaro.

Dr Alvaro.

Con sentimientos de Patria, de amor por esta Colombia que hoy duele, le escribo con el anhelo de tocar su corazón, de llegar a usted como una ciudadana más de este país acobardado por tanto horror, tanta violencia, tanto desamor, tanta deshonra.

Soy una mujer, hija de un peón sin tierra, labrador de surcos ajenos, explotado en su salario, campesino humilde, digno y grandioso y de él aprendi a querer a mi tierra, a rendirle honor a nuestra historia, a nuestra Colombia que amamos.

Aprendí que uno llega hasta donde lo sueña pero que debe poner todo su empeño en alcanzarlo, siempre dentro del decoro, de la dignidad, de la verdad, de los principios que nunca se entregan ni se delegan aun sabiendo que con ello alcanzamos poder, riqueza, reconocimiento, dominio de quienes nos siguen y acompañan; esta lección de mi padre Labriego me llevo muy lejos, aún careciendo de los mínimos recursos para hacerlo: solo era soñar, emprender, avanzar, persistir cuidarme de las malas compañías y de los buenos halagos porque los unos tienen las riendas del mal, de las ganancias mal habidas, de componendas que al final se derrumban, de decisiones que en atropello al más débil se confabulan con los poderosos, del poder que manipula la justicia, las buenas costumbres, que mancillan el honor de la patria, que violentan sin piedad al débil, y los otros, los buenos halagadores nos elevan el ego, nos ponen en un pedestal de grandeza desde donde vemos nuestra vida como un trofeo, ese que no queremos perder, en un conjuro de horror que ata, que esclaviza y al final ni los unos ni los otros son nuestro fortín, cuando se acaba nuestra imagen de líder o de tirano, huyen como huyen todos los cobardes que se entregan sin reserva sólo cuando hay prebendas, altos cargos desde donde se manipula la justicia, los derechos laborales, la salud, la educación, la economía y la vida en su propio beneficio y ganancia.

Recibí al lado de este Peón maravilloso, la lección del servicio, de la entrega y caminando sus pasos aprendí que ser líder es una misión de honor que el cielo nos regala y a la cual debemos responder con honestidad, con honor, con la verdadera entrega y sacrificio sin poner por delante nuestro interés; con la verdad que se vuelve camino y guía, para poder sostener los cimientos de nuestra obra, para enfrentar ataques, sin atacar, defender a los demás aún a costa de nuestra vida, de nuestra honra, porque éstas: vida y honra están ancladas en Dios, no en apoyos humanos que son objeto de fanatismos, de adulaciones, de intereses egoistas, muchos en contra de la moral y las buenas costumbres, de la honradez, de la dignidad, del respeto a la vida, bienes y honra de los demás.

Leyendo su biografía, Dr, veo su formación académica de excelencia, sus altos cargos y sus logros; un alto liderazgo ejercido en las instituciones que ha dirigido durante su vida ceñida a la vida política del país y en la que ha tenido una inmensa influencia pero no entiendo Dr, donde està la fortaleza de su liderazgo:

¿ en los millones de seguidores que lo acompañan, en las mayorías del Congreso que siguen sus ordenes sin poner resistencia, en los logros de la seguridad democrática implantada en su gobierno y que le dio el mérito de pacificador, de permitirle a los colombianos transitar por el país sin la amenaza del secuestró, de tomas guerrilleras, en todo esto que elevó en sumo grado su perfil de gobernante y lo instituyó como un líder sin rival ante quien todos debían respeto, admiración y gratitud pero que le fue dando ese poder ilimitado que hoy tiene al país sumido en la más grande desesperanza?.

Cuando se está joven y se inicia una vida política y laboral de tanta importancia, es posible perder el norte del liderazgo y tomarlo como un trampolín desde donde se alcanzan los sueños, desde donde se puede imponer nuestra ley y así construir un fortín político fundamentado en la disensión, el ataque, la defensa de las ideas como arma fatal que amenaza con acabar con el entendimiento nacional, con la poca paz que tenemos, con las raíces de nuestra historia, del estado de derecho que tenemos.

¿Cómo es Dr Uribe, que un líder de su talante está preso de sus ideas, de su proyecto político, de sus millones de seguidores y sigue buscando la verdad que usted mismo lleva en su corazón, la justicia que usted mismo sabe que merece porque no hay un juez más justo que nuestra propia conciencia, ella sí sabe dar el veredicto perfecto, ajustado a la ley y la verdad, sin necesidad de abogados ni defensores porque la verdad al final, sale airosa por encima de toda mentira, de toda calumnia, de toda persecución.

Cuando uno lo observa, Dr lo que percibe es un hombre respetuoso de sus raícez, de su tierra, sin embargo esta imagen se diluye cuando la realidad que tenemos es un hombre dispuesto a poner por encima de todo su razón, su verdad aun en contra de esa patria que dice amar y honrar, el hombre que ve desde la cima de su éxito, su obra que no quiere perder, apoyado en el amor que dice tenerle a esta patria quebrantada y vulnerada por su propio proyecto político y sus millones de seguidores, en sus anhelos de poder, en sus inmensas riquezas.

Dr, usted tiene un inmenso tesoro, interminable; sin componendas, ni malas alianzas, sin odios, sin sed de venganza, sin retaliaciones, sin pool de abogados y defensores; limpio de malas historias, hermoso, transparente, sublime, ese tesoro que representa lo más selecto de su actuar, lo mas transparente de su vivir encarnado con amor en sus nietos del alma: Jerónimo, Tomàs, Leticia y Emilio Alberto quienes por encima de todas sus hazañas y sus logros le colman su vida de honor, de alegría, de mimos, de caricias hermosas y sentidas, de halagos sin interés, de abrazos que le hacen sentir ese poder inigualable, incomparable.

En ellos, Dr Uribe, está su grandeza, en ellos está su màxima obra, en ellos descansa los anhelos de su corazón, el afán de sus días, la verdad de su vivir.

Nadie es nuestro, ni quienes nos siguen, ni los amigos y menos los hijos, pero los nietos son nuestra mayor herencia, nuestro tesoro más grande, son nuestros porque en ellos tenemos el amor más limpio, más sincero, más fiel; son constantes, complacientes, amorosos, alcahuetas, cómplices; con ellos volvemos a ser niños y vuelve nuestra sangre adolescente a sentir el amor, la pasión y esa fuerza interminable de volver a nacer, a crecer otra vez a través de su vida.

Entréguese por completo a disfrutar de los suyos, deje de lado su twitter, sus redes sociales y empiece a tender desde su corazón la red que lo entrelazará por siempre con toda la generación venidera que Dios le tiene preparada para que sea feliz, para que pueda cumplir la misión que le destinó desde siempre.

Las más grandes ataduras, Dr, las tenemos por dentro; si las soltamos seremos los seres realizados en la inmensidad de nuestra alma, esa que es nuestra esencia, nuestra razón de ser.

No busque por fuera lo que tiene dentro de su corazon, no busque reconocimiento, éste se lo darán sus nietos, los seres más hermosos, irrepetibles y únicos.

Allí donde está tu tesoro. Allí está tu corazón . (Mateo: 6,21)

Su tesoro Dr está al alcance del perdón, de la reconciliación, de la paz que sobrepasa todo entendimiento, de sus nietos hermosos, la bendición más sublime, más grande.

Aférrese a sus manitas limpias, sin culpas, sin mancha y decídase a construir con ellos una nueva patria, una nueva tierra: más justa, más humana, más nuestra.

 

Atentamente.

María Celmira Toro Martinez