La mala hora del humorista presidente

Por Daladier Osorio A.

Los 175 centímetros de estatura no le alcanzaron a  Jimmy Morales, el actual presidente de Guatemala, para afrontar con «altura» los cargos que le formuló el juez colombiano Iván Velásquez, encargado por la ONU para combatir la corrupción en aquel país centroamericano.

Con un rotundo «non grato» repudió su presencia como cabeza de aquella Comisión que lo lleva por la calle de la amargura.

Curiosamente se sabe que Morales se cambió de nombre cinco años antes de ser elegido Presidente. Pasó de llamarse James Ernesto a Jimmy. Y aunque pudiera parecer «cómico» estå claro,  además, que sí estudió. Lo hizo en el Instituto Evangélico América Latina, entre otras cuatro instituciones de primer nivel. En una de ellas obtuvo una  maestría de Medios de comunicación. Por lo cual no sería justo afirmar que su fuerte es el humor.

Iván Velásquez, o “Iván, El Temible», como lo apodó la opinión pública que respalda sus acciones contra el mal gobierno, tiene más que incómodo a Morales.

El mandatario no soportó que el abogado antioqueño formulara serios cargos a un hermano y a uno de sus hijos, quienes están en prisión.

Queda claro  que el Secretario general de las Naciones Unidas no aceptó las presiones del «cuenta chistes» -lo decimos sin humor, porque los guatemaltecos sostienen que es muy bueno en esa materia- ya que este se presentó solo ante la televisión guatemalteca para  anunciar en tono solemne: «declaró non grato al señor Iván Velásquez» aunque se acostumbra a decir «se declara persona non grata» a fulano de tal.

Y no hablemos en  este espacio de lo terrible del juez Iván porque los colombianos, en especial de los antioqueños, lo conocen suficientemente por lo que la firmeza de su talante no le permite dar marcha atrás en esta empresa de «limpieza política y moral» que tiene divididos a los guatemaltecos, aunque, al parecer, crece la audiencia en favor de la actuación del exmagistrado colombiano