Solo la verdad en la búsqueda de la paz. Reconocimiento a una labor meritoria.
Podría pensarse que la situación descrita al inicio de esta columna, induce más bien a una visión pesimista de nuestro futuro, y quisiera no serlo, pero es indudable que hay organizaciones, grupos sociales y clase política, que sin duda polarizan al país y tratan de llevar a posiciones extremistas todos los conflictos, ideas o proyectos de paz.
Pero hay algo que favorece al país: Es la misma sociedad la que anhela y quiere la paz y la democracia y no la victoria de uno cualquiera de los bandos, que conduciría inevitablemente a un sistema de gobierno totalitario. Cuando la inmensa mayoría reclama la paz, el camino para lograrla sigue siempre abierto, y para ello se debe utilizar un lenguaje moderado, sin intemperancias y menos aun tratar de imponer la “posición dominante del Estado”
Ha llegado el momento histórico de aceptar las diferencias y ser tolerantes, por cuanto todos no podemos pensar en idéntica forma. El derecho fundamental es el derecho a diferir, a disentir, a ser diferente.
Las cifras estadísticas sobre la violencia en nuestro país son asombrosas, el número de asesinatos, boleteos, el soborno y las amenazas, que han llegado a dificultar la acción de la justicia y su eficacia. En este panorama se desarrolla la actividad de los grupos guerrilleros y del paramilitarismo, tan funestos los unos, como los otros, y a pesar de las políticas de generosidad casi inverosímil, para los segundos y de mano fuerte para los primeros, el panorama en aras de la verdad, no es nada halagador y sí por el contrario, perturba todas las actividades de desarrollo social y como lo anotara Daniel Pecout, cuando afirma que uno de los grandes problemas que existe en Colombia, es que “ todo el mundo está contra el Estado, se desconoce el estado de derecho, por cuanto no se aplica la ley, y las que existen no buscan el beneficio colectivo .“ Debemos dejar de lado el discurso autoritario, que consiste en que el emisor no puede siquiera imaginar que alguien piense distinto. Bienvenida la paz, y el gobierno debe buscarla y para ello se debe reconocer que el problema de violencia y conflicto armado no se resuelve únicamente acudiendo a la acción militar. Si bien es cierto, que el ejercicio de la autoridad debe ser pleno, sin vacilaciones, también se debe aceptar que por encima de cualquier circunstancia, está el ser humano, su vida, que debe ser protegida y garantizada por el estado, porque así lo preceptúa la constitución nacional.
ADENDA. Produce orgullo patrio constatar que colombianos radicados en el exterior, luchan por un mejor futuro y ponen todo su empeño al servicio de la nación que los recibió para ejercer su actividad laboral, su capacidad de trabajo, experiencia e inteligencia, en la búsqueda del desarrollo profesional y comunitario, a pesar de las limitantes de todo orden, en especial el financiero y realizan campañas en favor de la nación de origen, cuando se presentan calamidades que afectan a la población colombiana y que por regla general recaen en las comunidades pobres y olvidadas por los entes estatales. Estas breves líneas para resaltar la labor empresarial, y de beneficio social, que desde hace más de treinta años viene realizando en la Ciudad de México un ilustre compatriota, profesional a carta cabal, que desde su arribo a la capital azteca como alto ejecutivo de la empresa Carvajal, y posteriormente como empresario independiente y gestor de proyectos que buscan elevar el desempeño individual, viene realizando de manera desinteresada a favor de cierta regiones del país y en especial su natal Sevilla – Valle, en asuntos ligados con el desarrollo social de las comunidades. Este vallecaucano, bachiller del colegio General Santander, en cuya rectoría se desempeñó el ex presidente ecuatoriano José María Velazco Ibarra, en uno de sus exilios políticos, siendo gobernante de Colombia el Dr. López Pumarejo, responde al nombre de Fernando Augusto Velázquez Vásquez, ingeniero químico, egresado de la U. del Valle, mejor bachiller de Colombia, en el primer concurso de Col tejer, por la década de los 70, con maestría en U. mexicana, merece el reconocimiento por el liderazgo que ejerce, como miembro del Rotarismo en el distrito federal y las obras de beneficio que a través de organizaciones internacionales irradia a municipios y sectores sociales del país. Que interesante sería que el gobierno nacional entendiera que estos nacionales, son nuestros mejores representantes en el exterior, y no los que por cabildeo político vienen ocupando las misiones diplomáticas, con desconocimiento total de las tareas a cumplir. Esta adenda, desea destacar a un colombiano que en el exterior hace patria y su trabajo solidario en compañía de su esposa Julia María Núñez, nieta del afamado “mono Núñez”, en cuyo honor se celebra cada año en el municipio de Ginebra – Valle el encuentro musical que ha traspasado la frontera y donde se dan cita los mas importante duetos, tríos y voces del cancionero colombiano y latinoamericano.
BOGOTA – AGOSTO 28 DE 2012
