15 de enero de 2025

Las bravuconadas de Bukele y su populismo

16 de julio de 2024
Por Clara Inés Chaves R. (*)
Por Clara Inés Chaves R. (*)
16 de julio de 2024

Ante el debilitamiento de la democracia y del Estado de Derecho, así como la falta de credibilidad de los partidos políticos, Bukele llegó al poder en El Salvador en junio de 2019 con una filosofía populista y de derecha. Para entonces ese país registró una pobreza del 22,8 %, y el pueblo salvadoreño había puesto sus esperanzas en este joven líder para que transformara el país.

 

Bukele llegó al poder por segunda vez, luego de que en el año 2021 la sala constitucional de la Corte Suprema aprobara la reelección inmediata y dejara sin efecto un fallo de 2014 que prohibía la reelección presidencial en los diez años posteriores a dejar el poder.

 

Los medios de comunicación internacionales informaron recientemente sobre la amenaza que el presidente de ese país le hizo a los empresarios y campesinos para que bajaran el precio de sus productos de tal manera que fueran más accesibles a todos.

 

Si bien es cierto que en una democracia el Jefe de Estado puede intervenir para evitar los monopolios y regular los precios, no se puede confundir con la postura del presidente salvadoreño cuyas declaraciones se consideran autoritarias y populistas cuyo objetivo es el ganar apoyo popular inmediato, exponiendo una actitud fuerte frente a los problemas económicos.

 

Recordemos que en este país la tenencia de la tierra ha sido el fruto de la discordia y de conflictos desde hace varias décadas.

 

Según informes de organismos internacionales y medios de comunicación, el acceso y la reconcentración de la tierra es un problema actual en el que los salvadoreños no tienen una seguridad jurídica en la tenencia y en el acceso a la tierra, y si se ven confrontados a desalojos forzados y a su vez a las mujeres se les excluyen ahondando más el problema de la inequidad social.

 

No existe una política de Estado a favor del agro ni de los campesinos, y las políticas que se desarrollan para el sector dependen del ministro de agricultura de turno.

Además, este país dejo de producir alimentos como maíz y frijoles por ejemplo para constituirse en importador de estos productos, de tal manera que la actual posición del Presidente Bukele genera un impacto negativo en la democracia que podría minar la separación de poderes y la autonomía de organismos económicos independientes, tales como por ejemplo los bancos y los que se encargan de regular el mercado, lo que ha generado a su vez una división entre los salvadoreños.

Algunos analistas consideran que la intervención del gobierno en los precios podría tener efectos limitados por lo que vale la pena concentrarse en mirar cuales son las causas estructurales que disparan la inflación y la especulación para combatirlas con políticas realmente apropiadas que generen efectos positivos en el mediano y largo plazo.

Esta actitud amenazadora de Bukele para con las cadenas de supermercados y otros empresarios y campesinos puede llegar a crear inseguridad entre los inversionistas nacionales y extranjeros y por ende desincentivar la inversión privada y perturbar la estabilidad económica en el largo plazo.

Así mismo, podría llegar a tener otras incidencias negativas que distorsionarían el mercado lo que tendría una repercusión negativa en la eficacia económica.

Además, en el ámbito internacional podría tener una influencia negativa con sus socios comerciales y con los organismos financieros internacionales que consideran que se debe salvaguardar el libre mercado y la estabilidad macroeconómica.

El problema iría aún más allá, ya que podría tener una injerencia en la visión de riesgo país e influir de manera negativa en la calificación crediticia soberana.

Podríamos decir que las recientes medidas de Bukele tendran efectos negativos nos solo en la económico, sino también en lo sociopolítico, e internacionales, por lo que sería aconsejable que ese Jefe de Estado pensará mejor en encontrar soluciones alternativas que tengan en cuenta las causas estructurales del problema y que faciliten a su vez el fortalecimiento del campo y de los campesinos de manera incluyente.

El peligro que representa Bukele a futuro para su país es grande, ya que es preferible un sistema democrático que una buena dictadura, y sería a su vez un mal ejemplo a seguir por otros líderes regionales.

(*) Exdiplomática y escritora.