¿A quién le creemos: a Plinio Mendoza o a Lara Parada?
Sobre la muerte del padre Camilo Torres:
El lunes nos sorprendió con un cuento rarísimo el escritor y periodista Plinio Apuleyo Mendoza –que él llamó «su revelación»– sobre la muerte del padre Camilo Torres, según versión que le fue dada a él por un oficial del ejército, Jorge González Angulo, que supuestamente participó y recibió 14 disparos en el combate y fue testigo directo de la muerte del sacerdote.
Esa versión indica que Camilo estaba armado con una pistola y se acercó supuestamente a rematar al subteniente González Angulo. Dice que Camilo tenía una pistola y que por no haberse atrevido a disparar, un soldado alcanzó con un tiro al clérigo revolucionario.
Para varios periodistas con mucho kilometraje en el oficio, esta “primicia” es hermana de otra que se inventó para un 9 de abril, en el mismo diario El Tiempo, señor Plinio, en la que se situó a pocas cuadras del escenario del asesinato del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, magnicidio del que sí fue testigo ocular su padre Plinio Mendoza Neira.
Una versión mucho más creíble
Es muy distinta la versión que le dio el jefe guerrillero Ricardo Lara Parada, el llamado «ideólogo» del ELN, a varios periodistas que oficiaban en distintos medios de Bogotá por aquellas calendas.
Cuando Lara Parada, alias «Marcolino», estuvo detenido en La Picota sostuvo muchas y largas conversaciones con colegas de la época, en medio de las cuales contó muchos aspectos de la lucha guerrillera y en una de esas charlas se le preguntó específicamente sobre la muerte de Camilo Torres.
No ha olvidado sus palabras
Uno de los colegas, que prefiere el anonimato, apela a su memoria de archivo para reconstruir las palabras de Lara Parada:
«El cura llegó a las montañas de Santander y se presentó ante Fabio (Vásquez Castaño, máximo comandante del ELN) y otros miembros del comando central del que yo hacía parte.
«Fue una larga conversación en la cual se analizaron sus puntos de vista sobre los problemas del país, sus convicciones políticas etc. y los nuestros, que habíamos tomado la vía armada como alternativa y se le puso de presente sobre los peligros y las dificultades en general de la vida en las montañas, las privaciones a las que se tendría que acostumbrar, etc.
«Su respuesta fue que él no quería privilegios y que ingresaba como guerrillero en el nivel inferior , bajo las exigencias que tenía que afrontar quien voluntariamente entrara al ELN.»
Según Lara Parada, «lo primero que debe hacer alguien para ingresar, es «ganarse» el arma de un enemigo en combate al cual el «nuevo» debe ir desarmado y tomar el fusil de alguno de los enemigos caídos».
«Lo que pasó ese día fue eso: Entramos en combate con tropas de la quinta brigada en «Patiocemento». El cura estaba escondido. De un momento a otro se lanzó a «recuperar» el fusil de un soldado muerto y cayó en medio del fuego cruzado. No supimos de dónde salió la bala o las balas que lo mataron porque el combate era «arrecho», no había pausa. Abaleo nutrido de ambos lados.
«Nos dolió mucho porque Camilo no tuvo un arma para combatir y cayó tratando de ganarse el arma en un combate», comentó Lara Parada.
La libertad de Lara Parada
Al quedar libre, Lara Parada se dedicó a hacer política y llegó a ser concejal de Barrancabermeja. Fue asesinado delante de su pequeña hija cuando regresaba a su casa después de participar en algunas reuniones de su movimiento político. El ELN, comandado entonces por el cura Pérez, lo había condenado a muerte por delación a raíz de su captura en «Las Montoyas», Antioquia, cuando para buscar asistencia médica para su ceguera, había desertado y supuestamente había revelado los secretos militares del ELN y nombres de sus colaboradores urbanos, quienes habían sido llevados a un consejo de guerra en Socorro, Santander.
El Mono lo sabía todo
El general Alvaro Valencia Tovar se llevó a la tumba no solo el secreto del lugar en donde estuvo sepultado el cadáver de Torres Restrepo antes de su entrega a la familia y la forma cómo se produjo su muerte; cómo fue retirado su cuerpo del sitio del combate y el informe correspondiente de la necropsia practicada al padre Camilo.
¿A quién le creemos: a Lara Parada o a Plinio Apuleyo Mendoza?
¡Averíguelo, Vargas!
La toma de Simacota
En conversación con varios amigos, «Marcolino» o Lara Parada, les explicó que la toma de Simacota, el primer pueblo tomado por el ELN en Santander, era la forma de darse a conocer ante la gente y el gobierno.
En los discursos que echaron Vásquez Castaño, Arenas y Lara Parada a los habitantes de Simacota, dijeron: «les explicamos que esa toma le serviría al pueblo para que el gobierno departamental les llevara los servicios médicos, acueducto, alcantarillado, luz y hasta policía para solucionar los problemas del lugar. Que el ELN no era un grupo de «bandoleros» como se conocía a las bandas de delincuentes que asaltaban buses y haciendas , quemando casas, violando mujeres y matando gente, sino de un ejército rebelde que también necesitaba el apoyo de la gente del pueblo para seguir adelante», según comentaba Lara Parada.