1 de mayo de 2024

Las promesas del nuevo alcalde de Armenia

5 de agosto de 2011
5 de agosto de 2011

Por más ejecutivo, gerente y capaz de llegar a ser el gran renovador de las costumbres sociales y políticas de la región al señor alcalde designado por el gobernador López Espinosa, un periodo de cuatro años no le alcanzaría para su eficiente desarrollo. Tendría que elevarse el programa a la categoría de política pública o que se pudieran reelegir los alcaldes en Colombia para que en un segundo mandato se alcanzara a convertir en realidad el discurso —indudablemente cargado de buenas intenciones—.

Las palabras pronunciadas por el doctor Gilberto López nos dejaron la sensación de un reencuentro con las mismas viejas costumbres de toda la vida en la ingenua y azotada democracia regional, a la que por muchos años politiqueros de todos los pelambres han venido a prometer esta vida y la otra. A oír promesas está acostumbrado el país y promesas es lo que le han hecho al Quindío unos y otros saineteros de la politiquería. Pudiera ser y que Dios nos mire desde el cielo, para que aquí se produzca un nuevo milagro. Muy difícil que el próximo alcalde elegido pueda presentar un plan de gobierno más ambicioso que el del abogado López González.

Definitivamente la política es un arte que bien puede conocer mucho o muy poco el nuevo burgomaestre de la capital quindiana. El manual de buenas intenciones que leyó ante un juez de la República y los asistentes a su posesión se quedará en las memorias particulares de López y por algún tiempo en la de los díscolos actores de la política criolla. No es por vinagrarle el momento al señor alcalde —ni más faltaba— es por la obligación que tenemos de interpretar el pensar y sentir de los ciudadanos de Armenia.

“Estoy convencido que en mis manos está la clarificación y por qué no, la solución a siete conflictos que considero capitales en la ciudad de Armenia; mi reto es pues enfrentar esta problemática para mejorar la vida de los armenios e incentivar el diálogo para que aprendamos a admitir lo diferente, a comprometernos con lo nuestro no sólo de palabra sino con acciones concretas”.

Excelente propósito. Pero fue más allá nuestro alcalde “Mi desafío particular es crear las condiciones reales para que Armenia sea finalmente la ciudad que todos queremos: educada, trabajadora, sana, culta e incluyente”. El programa del alcalde para desarrollar en cuatro meses contempla la erradicación al problema del espacio público. “Parto del principio constitucional que nos indica como el espacio público pertenece a todos en general”, López promete adelantar una política de reubicación de los vendedores ambulantes pero sin desmejorar sus condiciones actuales; “buscaré por el contrario mejorar su situación”.

Como podrán ver la situación del espacio público con más de diez años de empeorarse en cada administración será resuelta en cuatro meses y medio por la nueva administración. Y en cuanto a Ciudades Amables el alcalde asegura que “como Ciudades Amables es la propuesta de construcción de una ciudad planificada impulsaré desde ya el desarrollo de este proyecto para que las obras que están en curso culminen y otras se inicien”. Este es apenas un ejemplo resumido de un proyecto político administrativo soñador que nos dejaría boquiabiertos de hacerse el milagro en semejante oración pública.
Opin