La esperada bonanza aurífera.
Los informes oficiales destacan que aunque el carbón es líder en cuanto a producción dado que en el año 2009 fue superior a 72 millones de toneladas, se lograrán inimaginadas explotaciones del metal en virtud de la operación de grandes proyectos en manos de las multinacionales Anglogold Ashanti y Greystar, y complementariamente de las trascendentes inversiones de Medoro Resources, empresa que adquirió a Mineros Nacionales el cerro de Marmato, Caldas,-en donde existen reservas de más de un millón de toneladas de minerales de oro y plata, según la Pelph Dodge-, y a la Frontino Gold Mines, su proyecto en el nordeste antioqueño. Asimismo las cifras son conmovedoras, toda vez que la producción en el año anterior del precioso metal alcanzó los 48.000 kilogramos. La bonanza es grande en metales preciosos, valga subrayar, que en esmeraldas, verbigracia, se superaron también los 600.000 kilates exportables, cifra que seguirá creciendo por la
demanda internacional.
Ahora bien, en cuanto al oro huelga señalar que llegó recientemente a los 1.260 dólares la onza, tendencia que marca un nuevo récord. La inusitada alza es claramente explicable. Indudablemente, con la incertidumbre económica agitada por estos días en todo el orbe y el desplome general de los precios en los mercados internacionales, es casi obligatorio pensar que estamos en total desarrollo de la burbuja alcista del metal precioso. Se agrega a la explicación que el oro ha triplicado su excelso valor en el último lustro. Todos los expertos concluyen en el mundo entero que el oro fue el mejor activo de la década pasada. Recordemos que aunque estamos lejos, el metal amarillo en 1980: hace treinta años, alcanzó un precio superior a los 5.000 dólares. Para allá vamos, en un futuro no muy lejano.
Entre otras trascendentes razones, se explica el fenómeno y la tendencia alcista debido a que el oro, tiempos atrás, ha sido visto como una protección contra la inflación y, naturalmente, contra la caída del dólar. Igualmente ha aparecido la deflación. Es más, con la contracción que se inicia comienza merced al plan de austeridad europeo, y, además, con la caída de China, pronto vendrá el desplome de las materias primas. Ya comenzaron las caídas del cobre, el petróleo y la plata. Podríamos, pensar entonces: ¿Qué es entonces lo que mueve al alza al precio del oro?.
La fiebre del oro está vigente. Obviamente, ha sido propulsada por los propios gobiernos que, temerosos de la crisis global, se han convertido en compradores netos de oro. Entre ellos, la India, Rusia y China, han efectuado las mayores compras. En similar sentido, han entrado, hace pocos días, a aumentar reservas importantes de grandes cantidades del metal, naciones como Filipinas o Kazajstán, según datos publicados en la semana anterior por el Consejo Mundial del Oro. Indudablemente que la motivación al respecto de estos países consiste en acumular oro para preservar la estabilidad de sus reservas. La fuerte volatilidad de las monedas incorpora riesgos adicionales que muchas naciones no están dispuestos a correr. La situación es clara: a diferencia del papel moneda o de los billetes, el oro tiene un valor tangible que no depende de las políticas económicas. En este orden de ideas, conviene reiterar que el metal de excepcional brillo cumple
óptimo rol, siempre mejor que el que desarrolla el papel moneda, es decir, cumple la función de “depósito de valor”.
En materia de compras recientes, el asunto es de impresionante envergadura. Conforme a los estadísticas del Consejo Mundial del Oro, Rusia ocupa el primer lugar como comprador aurífero entre los bancos centrales durante este año. Solamente, denotan los registros, en el primer trimestre del presente año, el banco central de Rusia aumentó sus reservas de oro en 26,6 toneladas métricas o, aproximadamente, 1.200 millones de dólares al precio actual. Esto significa, además, se agrega a las 117,63 toneladas que Rusia consolidó en el 2009. En este sentido la tendencia indica que Rusia durante los tres años últimos, ha venido incrementado sus reservas auríferas, en parte proporcionable, mediante la compra de su propia producción de minas domésticas. Los rusos estiman al metal como símbolo inequívoco de prestigio, y, por supuesto, como una manera estratégica, de reforzar la solvencia crediticia de la Nación. Asu vez, Kazajstán ha sido uno de
los mayores países compradores durante lo que va corrido en este año y cuenta con una estrategia idéntica a la Rusa, aunque a un nivel mucho menor. Increíblemente, este país compró 3,1 toneladas de oro, es decir 137 millones de dólares, durante el primer trimestre.
Después de Rusia, Filipinas ocupa el segundo lugar con la compra de 9,6 toneladas, o 424 millones de dólares. Filipinas también compra su producción doméstica para respaldar la industria local y como una cobertura singular contra la inflación, empero, sus reservas varían más que las de Rusia, porque el país, frecuentemente, vende su oro en el mercado abierto.
en el 2009, el caso de India se hizo bien conocido porque compró 200 toneladas que puso en venta el Fondo Monetario Internacional, un equivalente a 8.800 millones dólares a precios corrientes. Con esta adquisición, India multiplicó sus reservas en un 55% y junto a diversificar sus activos, reforzó la percepción de que el metal es un activo fiable y seguro. El caso de China es un poco más enigmático. Dado que China es el mayor productor mundial del metal, compra el oro directamente a su propia minería doméstica sin que la información pueda corroborarse. El año pasado admitió haber añadido 454 toneladas, o sea un incremento del 76%, a sus reservas de oro desde 2003. Se sospecha que China podría tener la mayor cantidad de reservas en oro, tal como tiene la mayor cantidad de dólares y de bonos del Tesoro de Estados Unidos. Pero la cifra es un misterio.
Por último, es de considerar que ante los derrumbes de todas las bolsas, en este año, -todas han caído 20 veces súbita y simultáneamente-, a manera de conclusión, podrá entenderse que la única moneda global, solida y confiable, es el rey de los metales.