La novela del Pegasus
Son tantos los elementos que han ido divulgándose sobre la compra y uso del sistema de espionaje israelí llamado Pegasus que, unidos todos por una trama verosímil aunque inventada, darían para una novela de las llamadas negras o thriller. De Pegasus se ha sabido por boca del presidente de la república, pero también por la Fiscal de la Nación, por un periodista extranjero que reveló hace meses las generalidades del episodio, aunque sin datos ciertos. Y se han conocido más elementos por investigaciones como las que hizo la Revista Raya, o por la respuesta que la Aeronáutica dio a un cuestionario de la W y la que dio la empresa fabricante de que sí lo vendieron a Colombia.
Ya se sabe, entonces, cuáles aviones se llevaron los 11 millones de dólares, quién los manejaba, en cuál hangar de la Policía Nacional estacionaron y cuándo hicieron las consignaciones del efectivo, llevado en esos aviones a un banco de Tel Aviv. Hay un silencio, que enardece la trama novelística, por parte del anterior gobierno, desde el expresidente Duque hasta los generales que comandaban la Policía Nacional.
Pero también sabemos que han ido sacando más de 30 generales de la Policía, que algunos de ellos están atollados de corrupción y hasta enjuiciados, y que Petro insinúa que el Pegasus lo consiguieron para espiarlo en su campaña presidencial. Las redes sugirieron perversamente que las grandes chivas que ha publicado Semana provenían del Pegasus, y su directora salió al quite y desmintió categóricamente.
Todo lo que faltaría, entonces, para darle remate de novela negra sería descubrir en las próximas páginas que, para adquirir Pegasus, montaron una vaca entre inversionistas de todo tipo, consiguieron la venia o el soborno de altos oficiales y quizás de altísimos funcionarios del Estado, y que la rentabilidad del aporte invertido la han ido recuperando con la venta de filtraciones a diestra y siniestra… y con las otras que deberán venir en breve.