28 de marzo de 2024

Recuperemos la autoridad

22 de marzo de 2023
Por Clara Inés Chaves R. (*)
Por Clara Inés Chaves R. (*)
22 de marzo de 2023

La violencia que azota al país debilita aún más el Estado de Derecho y vulnera a la población abandonada por la institucionalidad.

Urge reconstruir el tejido social y que el Estado haga presencia en todos los territorios. Con el grado de violencia que tenemos el cese al fuego era una ridiculez.

Soy una convencida de que los acuerdos de paz son la mejor solución, pero también considero que la ley del garrote y la zanahoria debe de ejecutarse para aquellos grupos que masacren a nuestras poblaciones.

Es importante mantener la altivez, el orgullo y la dignidad de nuestras fuerzas armadas. No se puede permitir ningún escenario en el que se humille a nuestros militares y policías. Si bien a ellos le exigimos el respeto a los derechos humanos, también debemos levantarle la moral.

Es claro que con la sola acción militar el Estado no retoma los territorios dejados por las exFARC, esto es solo un ingrediente. Es vital la instalación de infraestructura en estas zonas geográficas, así como generar condiciones dignas en salud, educación y generación de empleo entre otros más.

No es posible que el Estado siga indiferente y no aprenda la propia lección que la historia le ha dejado, y que tengamos cada vez más grupos armados ilegales y que las instituciones pierdan control sobre el país.

No se puede debilitar el imperio de la ley. Si los colombianos sienten cada vez más el abandono del Estado y su desprotección en el que la ley se burla, terminaríamos en una anarquía total.

Es hora de preguntarnos ¿Qué clase de país queremos tener? Y no podemos seguir ignorando la angustia de los colombianos que se encuentran bajo el yugo de los delincuentes. Esta situación hace que los gobernados tampoco respeten la ley.

El peligro que existe es que la nación se cansé de la debilidad del sistema, es decir de las ramas del poder público y prefiera un régimen al estilo de El Salvador en donde no existan garantías ni libertades. No podemos pasar a los extremos.

La reforma a la justicia debe hacerse pensando en darle seguridad a los colombianos y en que la ley se cumpla, no en proteger a los delincuentes. El robo de un celular debe tener una pena ejemplar sin importar la cuantía que sea.

No más masacres, robos, asesinatos y extorciones. No más cinismo por parte de algunos colombianos que se burlan de la ley con la permisividad de las autoridades.

Se requiere una descentralización para que los alcaldes y gobernadores tengan más opciones en sus regiones para combatir el crimen y el vandalismo.

Exdiplomática y escritora