11 de octubre de 2025

De espía a Presidente

7 de marzo de 2022
Por Albeiro Valencia Llano
Por Albeiro Valencia Llano
7 de marzo de 2022

El 8 de diciembre de 1991 Mijail Gorbachov anunció la disolución de la Unión Soviética y después de este colapso Rusia permaneció muchos años sin recuperarse, debido al tremendo daño causado por políticos sagaces y oportunistas como Boris Yeltsin, que prepararon el terreno para la llegada de ese estamento social llamado la lumpen oligarquía. Se crearon las condiciones para el surgimiento de los nuevos multimillonarios, o grupos de personas que amasaron fortunas por la privatización fraudulenta de las propiedades públicas, heredadas de la Unión Soviética.

Los líderes que se tomaron el poder venían del antiguo Partido Comunista burocratizado y acomodado; como conocían el sistema “por dentro” crearon candidatos artificiales para ofrecer una imagen de auténtica democracia y quitarle votos al Partido Comunista, que fue ilegalizado por el presidente de Rusia, Boris Yeltsin, en noviembre de 1991. Este Partido, dirigido por Guennadi Ziuganov, obtuvo el 40% de los votos en 1996, en la segunda vuelta para las presidenciales, pero perdió frente a Yeltsin, quien amañó las elecciones aprovechando la maquinaria del gobierno. Eran tiempos difíciles cuando Rusia estaba atrapada por la crisis económica, el pueblo vivía una situación de miseria, el crimen organizado se robaba los recursos del Estado y la guerra de Chechenia y la pobreza, obligaban a los dirigentes a pedir préstamos a las potencias de Occidente. En este enrarecido ambiente hizo su entrada Putin y surgió el partido Rusia Unida.

Vladimir Putin

Nació en Leningrado en 1952; se graduó en la Facultad de Derecho de su ciudad e ingresó al poderoso organismo de seguridad del Estado, la KGB, en la Dirección de Asuntos Exteriores, en Dresde, República Democrática Alemana. Después de la caída del Muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989, regresó a Leningrado (hoy San Petersburgo) donde fue ayudante del rector de su universidad. Pero en 1990 se convirtió en asesor de Anatoli Sobchak, presidente de los diputados de Leningrado. En 1996, debido a su carisma e inteligencia, llegó al círculo del presidente Boris Yeltsin. En 1998 fue elegido secretario del Consejo de Seguridad Nacional de Rusia (FSB, institución que reemplazó a la KGB), se convirtió en sucesor político de Yeltsin y un año después asumió como presidente interino del Estado. Luego se presentó como candidato a la presidencia  y resultó victorioso.

Primer gobierno (2000-2004)

Para ambientar la campaña política y garantizar la permanencia en el gobierno, organizó el partido Rusia Unida, fundado el 1 de diciembre de 2001, por medio de la unión de los grupos parlamentarios, Unidad, Patria y Toda Rusia; su partido es un movimiento de centro, nacionalista,  bajo la ideología conservadora y con el apoyo de Dimitri Medvedev, quien tenía como bandera de lucha la consigna ¡Rusia, adelante!

Putin empezó su gobierno favorecido por una especial coyuntura: altos índices de crecimiento económico, con un incremento de PIB del 72% y un decrecimiento de la pobreza en 50%. Supo enfrentar la guerra de Chechenia, un viejo conflicto que viene desde la época de los zares y, por supuesto, se disparó su popularidad. Se preocupó por consolidar el poder central y para ello limitó la influencia de los oligarcas, los famosos multimillonarios. El primer conflicto lo tuvo con Boris Berezovski, que controlaba una petrolera y la línea Aeroflot, entre otras empresas; se radicó en Londres y desde allí trató de formar un movimiento contra el Kremlin.

Segundo gobierno (2004-2008)

En este ambiente ganó las elecciones de 2004 con el 71,31% de los votos.  Empezó el nuevo período impulsando proyectos de prioridad nacional: la educación, la vivienda, la salud y la agricultura. El 2 de diciembre de 2007, en las elecciones parlamentarias, su partido Rusia Unida ganó con el 64,3% de los votos, seguido de los comunistas con el 11,57%.

Cuando Putin estaba terminando el segundo gobierno pronunció un discurso (8 de febrero de 2008) que es considerado su testamento político: Estrategia de Desarrollo de Rusia hasta el año 2020. Criticó la situación que imperaba en la década de 1990, planteó objetivos ambiciosos de crecimiento económico para los siguientes 12 años, condenó la expansión de la OTAN y el plan de Estados Unidos para incluir a Polonia y a la república checa en un escudo de defensa antimisiles y advirtió que “Rusia tiene y tendrá siempre las respuestas a estos nuevos desafíos”.

Debido a las restricciones de la Constitución no pudo aspirar a un tercer período consecutivo, pero impulsó la candidatura de su amigo y aliado Dimitri Medvedev quien ganó las elecciones en 2008 y como contraprestación lo nombró Presidente del Gobierno.

Primer Ministro (2008-2012)

El 8 de mayo de 2008 la Duma Central ratificó el nombramiento de Putin como primer ministro: 391 diputados votaron a favor y 56 en contra; solo los comunistas votaron en contra. Con Medvedev como presidente el hombre fuerte seguía siendo Putin; al binomio Medvedev-Putin le tocó enfrentar la crisis económica mundial, pero gracias al fondo de estabilización creado por las enormes ganancias que habían dejado los altos precios del gas y del petróleo lograron evitar que la crisis golpeara al pueblo. El gobierno no permitió la quiebra de los bancos y en poco tiempo se recuperó la economía.

Tercer gobierno (2012-2018)

Como se esperaba, Vladimir Putin ganó las elecciones con el 63,75% de los votos, seguido por el candidato comunista Gennadi Ziuganov, con el 17,19%; la oposición y muchos observadores extranjeros afirmaron que la elección se vio empañada por un fraude generalizado. Se dijo, además, que no hubo real competencia porque “el abuso de recursos gubernamentales aseguró que el ganador de las elecciones nunca fuera puesto en duda”.

Pero el pueblo ruso despertó

Desde hacía algún tiempo los rusos venían saliendo del letargo político; se despertaron de la modorra producida por el mandato presidencial de Putin, desde el año 2000, cuando implantó la estructura vertical de poder, de “ordeno y mando”. El presidente saliente Dmitri Medvedev impulsó unas reformas que en su momento fueron revisadas por Putin, pero que motivaron el rechazo de los profesionales liberales, estudiantes universitarios y sectores de la cultura que exigen modificar la legislación electoral, restablecer la elección de los gobernadores, reducir las facultades del jefe del Estado y liberar a los presos políticos. Así se fue gestando una nueva oposición integrada por escritores, artistas, estudiantes, profesionales, periodistas y rockeros, quienes consideran que es posible vivir sin Putin en el poder.

Cuarto gobierno (2018-2024)

De Presidente a Caudillo

El 18 de marzo de 2018 fue reelecto por cuarta vez como presidente de la Federación Rusa, con el 76,67% de los votos. Después de esta contundente victoria el pueblo dijo que antes era presidente y ahora caudillo.

¿En dónde radica el éxito de Putin? Este carismático líder se ha preocupado por cultivar su imagen; se muestra como un hombre de acción: excelente deportista, piloto, cazador; no es simpático pero goza de apoyo popular. Pretende recuperar el orgullo perdido y desea que lo vean como un garante de la estabilidad interna y como el forjador de una Rusia fuerte ante un mundo hostil, donde las grandes potencias capitalistas se encuentran en crisis económica.

Desde su tercer gobierno empezó a invertir una enorme cantidad de recursos en defensa, pues cree que en la industria militar está la base para modernizar la economía; dentro de su programa está dotar al país de una poderosa infraestructura industrial para no depender sólo del petróleo y del gas. Está recuperando el concepto de potencia y el orgullo nacional que estaba por el suelo. Pero hay otros aspectos para tener en cuenta: su política se distancia de la antigua Unión Soviética, de la ideología comunista, pero también de Occidente. Demuestra con hechos que no está plegado a los dictados de Estados Unidos y de la Unión Europea. Mientras tanto mantiene buenas relaciones con China y se está acercando al grupo de naciones en desarrollo.

Por último, la invasión a Ucrania ya estaba anunciada en su discurso del año 2008 cuando condenó la expansión de la OTAN y el plan de Estados Unidos para llevar fuerzas poderosas a la frontera de la Federación Rusa; de allí la advertencia de Putin: “Rusia tiene y tendrá siempre las respuestas a estos nuevos desafíos”

¿Qué sigue? Por ahora el futuro de Putin es incierto porque la invasión lo dejó solo contra el mundo y está soportando manifestaciones en su contra en la misma Rusia porque Ucrania era parte entrañable de la antigua Unión Soviética. Y Occidente está con las manos atadas: no puede intervenir militarmente porque Ucrania no hace parte de la OTAN.