21 de enero de 2025

El equipo somos todos

1 de febrero de 2022
Por Jesús Helí Giraldo Giraldo
Por Jesús Helí Giraldo Giraldo
1 de febrero de 2022

Nos movemos por el mundo en forma dispersa, solos o en grupos, simples veletas que siguen la dirección de los vientos, empujadas por fuerzas más poderosas. Nuestros rumbos son definidos por la velocidad y el poder de grandes olas humanas que siempre nos someten a sus veleidades y caprichos y, en casos excepcionales, nos enrutan por la senda del progreso, la armonía y el bienestar. Multitudes acéfalas y dispersas expuestas al azar de las circunstancias, con la esperanza puesta en la aparición de un ‘mesías’ que las libere y lleve a puerto seguro, deambulan por el campo de la existencia. Así transitamos el mundo, inconscientes de nuestra propia voluntad y potencialidad y del poder de las creencias y virtudes.

A fuerza de la costumbre y la imposición, los seres humanos hemos olvidado que somos independientes y libres por naturaleza, sin dejar de ser interdependientes ya que entre todos nos complementamos, interactuamos en el universo, disfrutamos o sufrimos la experiencia terrena. Entre más valoremos y respetemos la independencia individual y la libertad, mayor será el aporte de todos los individuos a la creatividad constante, y más productivo nuestro actuar interdependiente.

La capacidad creativa, representada en la innovación y el descubrimiento, surge de la proactividad que pone en las manos de cada cual la solución de sus propios problemas o de aquellos relacionados con la participación en la producción de bienes y servicios, en el desarrollo de su papel en el seno familiar, deportivo, religiosos social o productivo. La productividad y el progreso encuentran su mayor auge en la sumatoria de aportes de todos los individuos implicados en una actividad, cuando su actitud se expresa libremente en los conocimientos y habilidades, para ello es necesario un componente filosófico de participación, consistente en el trabajo en equipo.

El trabajo en equipo implica una formación educativa para la convivencia con suficiente claridad de lo que significa la interdependencia y la propiedad colectiva del universo, el cual nos pertenece a todos: sus ríos y montañas, sus mares, la luz y el aire, el agua y todos los recursos naturales constituyen la vasta propiedad de la humanidad. Esta riqueza común exige una responsabilidad de todos para su conservación y protección, el desarrollo y la ecología en el aprovechamiento y conservación del planeta que habitamos van de la mano, la seguridad de su permanencia para el bienestar de todos depende de todos y cada uno de nosotros.

La supervivencia responde a un concepto dinámico, y a una experiencia práctica, donde es imposibles desconocer la responsabilidad general de la humanidad. El trabajo, la ciencia, las humanidades y las artes son labores de unos seres humanos para otros seres humanos, lo mismo el deporte y la diversión, los descubrimientos, la religión y la cultura. La sinergia que enseña que todos los componentes del cuerpo humano trabajan conjuntamente para mantenerlo vivo y vital es lo que debemos aplicar en el cuerpo planetario que habitamos para asegurar su conservación. Una educación consciente, tanto a nivel formal como informal, debe enfocarse en despertar y revivir este componente natural de la existencia y enseñar a los niños, a los jóvenes y a los mayores a trabajar en equipo y para el equipo. No hacerlo es una contradicción o contrasentido respecto a la esencia de la vida que refleja las dificultades humanas por las que atraviesa el mundo y que poco a poco, de no tomar medidas urgentes, nos llevarán a la destrucción y el aniquilamiento.

JHGG

Bogotá, 01 de febrero de 2022