El miedo electoral… ¿Se impondrá?
JOSE FERNEY PAZ QUINTERO
ABOGADO CONSULTOR.
A propósito de las campañas que se adelantan para renovar en teoría el Congreso de la Republica y elegir nuevo presidente que lo reclama con urgencia la Nación, cobra importancia el instrumento del voto, para que sea la voluntad popular, libre en su ejercicio, la que decida el camino a seguir, su futuro político, imponiéndose el principio inglés “trust the people”, la confianza en el pueblo.
La sociedad sana del país abriga la esperanza que ese voto señale senderos diferentes a los actuales, donde no se imponga el nepotismo político, grotesco proceder del odioso cacicazgo, la doble militancia, o trasfuguismo, las aspiraciones de quienes abusaron de la confianza popular como gobernantes regionales, con investigaciones pendientes, no escapando Caldas a ello, los dineros mal habidos, la excesiva y costosa publicidad, las mañas electorales, que de tiempo atrás se vienen denunciando por los diferentes medios y redes sociales, como lo es la trashumancia o trasteo de votos, a veces con la complacencia oficial, así como las consejas o rumores que vienen polarizando a la sociedad, unos días con el fantasma del castro chavismo, lo que sería nefasto para la poca democracia que nos queda, otros días con la imperiosa necesidad de una constituyente, (la que cobra fuerza), el atosigamiento del respaldo a los acuerdos de paz, donde uno de sus inspiradores funge como candidato presidencial con merecimientos para ostentar ese liderazgo como hombre de estado que lo es, para otros la prioridad es llegar al gobierno para revocar o hacer “ trizas “ dichas negociaciones, donde la figura jurídica reina lo constituye la JEP o justicia especial para la paz.
Ante estas circunstancias cobra vigencia la disertación que pronunció Gabriel García Márquez el 11 de agosto de 1967 durante la clausura del XII Congreso Internacional de Literatura Iberoamericana en Venezuela, narrando por primera vez un cuento que con el tiempo sería titulado “algo muy grave va a suceder en este pueblo“.
Se trata de una jácara o cuento donde una señora de edad, que se despierta con el presentimiento de que una calamidad va a ocurrir en el pueblo que habita.
Así se lo expresa a sus allegados, que se burlan de ella y no le creen, hasta que esa misma mañana su hijo mayor pierde una apuesta jugando billar y se justifica diciéndoles a los presentes que no estaba concentrado porque se había quedado pensando en su madre y su idea que algo grave iba a ocurrir en el pueblo .
El ganador al regresar a su casa, le comenta esta predicción a un pariente, quien a su vez, se lo trasmite al carnicero y éste se encarga de divulgar el rumor por todo el pueblo, quedando la población hacia el mediodía en total incertidumbre, con parálisis de todas las actividades a la espera a que ocurra algo extraordinario.
Alguien más osado, decide irse del pueblo con su familia, para evitar ser afectado por la catástrofe anunciada, los vecinos lo ven partir, lo que anima a otras familias hacer lo propio y al final queda el pueblo solitario, con la quema de algunas casas por sus propietarios, para que no les caiga la desgracia.
Ante la huida masiva se encuentra la señora del presentimiento inicial, gritando: ”yo dije que algo grave iba pasar, y me dijeron que estaba loca”.
Así concluye el cuento, donde un rumor puede apoderase de un pueblo y convertirse en un peligroso detonante con graves consecuencias institucionales.
Sirva el símil como figura retórica que puede aprovecharse de ejemplo para el actual momento político, donde se busca es la polarización del electorado, con consejas, patrañas, susurros, rumores, que en nada beneficia el debate electoral, que está a la espera de ideas, programas de gobierno, ¿cómo mejorar la economía, la hacienda pública, la justicia, su reforma estructural, las cargas impositivas, la seguridad urbana y rural, la seguridad social, la deserción escolar infantil, la violencia intrafamiliar, el manejo de la cuestión pensional, la vivienda digna, la infraestructura vial, la política exterior? y no con temas secundarios, de coaliciones, de cómo sumar unos votos , si continúan las corridas de toros, desconceptuando una tradición histórica y artística, como toda la parte laboral y social que se mueve alrededor de la tauromaquia, y de aquello, lo de fondo, lo sustancial, las necesidades colectivas, no se les escucha decir nada, o por lo menos expuestas con claridad.
Lo que pueda suceder en el futuro está en nuestras manos, con el ejercicio en debida forma del voto.
Lo expresado se puede abreviar diciendo: los malos gobiernos erosionan la legitimidad, los buenos la vigorizan.
ADENDA : Un hasta pronto: Durante ocho años por la deferencia de los directores de este prestigioso portal he mantenido mi columna habitual de los martes donde he expresado con total y absoluta libertad mi pensamiento y opinión sobre los diferentes temas de actualidad nacional, centrados en los asuntos de Estado, justicia y paz.
Algunas de las columnas recogían las voces de otros, que no poseían medios para ser oídos, de expresar sus inconformidades contra la indiferencia estatal o los desafueros de los gobernantes, la corrupción como sistema de poder, las erráticas políticas judiciales, fiscales y hacendísticas, donde el actual min- hacienda, tal vez el más fustigado en mis escritos, se constituyó en el campeón del Spinning, que no es más que darle vuelta a la interpretación de las cosas o noticias malas para que parezcan buenas, por cuanto no se le ha dicho la verdad al país en materia económica y sus graves consecuencias .
Esta es mi última columna, cumpliendo por ahora un ciclo, para iniciar uno nuevo en actividades académicas, de compromisos profesionales y de desarrollo personal.
Muchas gracias a los directores, a los amables lectores, con un fraternal saludo para todos ellos, con un hasta pronto.
Bogotá, Enero 23 del 2018