29 de marzo de 2024

Padres de familia en la U.

13 de octubre de 2019
Por Eduardo Aristizábal P.
Por Eduardo Aristizábal P.
13 de octubre de 2019

En Colombia, las reuniones de padres de familia son una costumbre en la educación básica, pero en la educación superior, si son una verdadera novedad.

Hace unos pocos años, me causó grata sorpresa, saber, que una universidad en Medellín, tenía entre sus actividades oficiales, la reunión con los padres de familia.

Para  la Fundación Universitaria María Cano, la familia y la universidad son los gestores del resultado social y profesional que garantiza el éxito de las personas y el servicio a la comunidad. En este sentido, considera que los estudiantes aprenden más en cantidad y calidad cuando hay un acompañamiento de sus padres en el proceso de aprendizaje, generando un alto grado de motivación y ayudándoles a enfrentar exitosamente los retos que la vida universitaria plantea.

Infortunadamente, algunos padres descargan toda su responsabilidad en las universidades sin preocuparse por brindar a sus hijos el afecto, la orientación, el acompañamiento, el tiempo y el ejemplo necesario; no parece interesarles saber cómo van en su vida académica, cuáles son sus dificultades o si cumplen o no con sus compromisos. Esto como consecuencia de una declinación cada vez mayor, no solo de la figura del padre y de la madre, sino también de la función paterna y materna, que como tal orienta, forma y crea lazos familiares.

Es por esta razón que desde el año 2007, la Fundación Universitaria María Cano realiza cada semestre una reunión con los padres de familia de los estudiantes nuevos, donde, aparte de proporcionarles información institucional, se motiva el trabajo colaborativo entre la familia y la universidad con el fin de brindar mayores garantías de éxito en la vida académica de los estudiantes.

En ella, el rector, agradece a los padres de familia por confiar a la Institución la educación profesional de sus hijos y enfatiza en responsabilidad compartida en el proceso formativo y educativo. Destaca la relación de complementariedad entre la familia y la universidad, fundamentado en que si bien las instituciones de educación superior instruyen, capacitan, profesionalizan, especializan y gradúan, de ninguna manera sustituyen a la familia en su labor formativa, pues es en el seno familiar donde se aprenden las normas de conducta y los valores para toda la vida.

Y es que cuando el ambiente del seno familiar es armónico y adecuado, aunque no esté exento de conflictos, se facilita el desarrollo integral de sus miembros y les procura un estado de satisfacción personal que repercute favorablemente en todos los ámbitos de la vida.

Sin duda, la familia aporta un proyecto vital común, donde hay un fuerte compromiso emocional y una red de apoyo, que le permite ser el mejor lugar para acompañar al estudiante en la superación de los cambios y dificultades de su vida. Además, facilita a los hijos las bases esenciales para su aprendizaje. De ahí la necesidad de un ambiente familiar armónico que les propicie confianza, diálogo y apoyo en los conflictos propios de su edad.

Por ese motivo, en las reuniones se invita a los padres de familia a demostrar constantemente afecto e interés por sus hijos, a acompañarlos en su proceso educativo, a enseñarles con el ejemplo, a procurar siempre el control y el orden en casa para que su aporte sea trascendente. De igual manera, se les asegura que el cuerpo directivo y docente de la Fundación Universitaria aportará sus conocimientos y experiencia para convertir a sus hijos en profesionales líderes, autónomos, capaces de trabajar en equipo, éticos, críticos, creativos e investigadores.

Y ello porque en la casa los jóvenes se forman como personas, aprenden principios y valores; por su parte, la universidad los educa, los hace profesionales de un área específica del conocimiento humano.

Que saludable  sería que  no fuera uno, sino muchos centros de educación superior que copiaran esta buena idea y la adoptaran como actividad habitual y oficial.