Personajes
Muchas personas allegadas, parientes o conocidos y amigos han fallecido recientemente.
Hay dos que por el cariño y el respeto personal me llegan al alma: Oscar González Salazar y Orlando Cadavid Correa
A Óscar lo conocí hace más de treinta años. Era mi asesor jurídico en muchos de mis temas personales y profesionales al igual que lo fueron el gran Ariel Ortiz Correa (qepd) y Aurelio Calderón Marulanda entre otros. Óscar tenía una joven hija recién graduada de la facultad de derecho de la universidad de Caldas: liliana Patricia a quien conocí gracias a él, cuando se acaba de graduar. Al asumir la alcaldía de Manizales en el año 1992 no dude en invitarla para que me acompañara como secretaria Juridica. Estoy seguro que al inicio de su vida profesional siempre estuvo presente la asesoría y el respaldo de ese gran padre para su hija y lógicamente para nuestra gestión pública. Ese fue uno de los grandes apoyos que recibí del gran amigo y abogado. Para mi satisfacción Liliana me acompaño luego en mis siguientes cargos públicos en Manizales y luego en Bogota. Jamas firmé un documento público en todos mis cargos que no tuviera su visto bueno. Con lujo de competencia ella es hoy una destacada magistrada auxiliar del Consejo de Estado y digna hija del gran ser humano que fue Oscar lamentablemente fallecido hace pocos días. Él además tenía un sentido del humor propio solamente de las grandes mentes. Por eso y por la gran amistad, cariño y respeto que nos unió lamento su partida como seguramente la lamentan su querida familia, sus amigos, colegas y alumnos.
A Orlando Cadavid no lo traté mucho en forma personal pero si nos cruzábamos mensajes amables y respetuosos desde mis inicios como funcionario publico. Creo que el cariño que recibí de él fue una especie de herencia que recibí por ser el hijo de Efrén Cardona, mi padre, que fue su amigo. Orlando si que era un ser especial.Siempre tuvimos mucha cercanía y coincidencia acerca del manejo de lo público. Además lo leía en su columna “contraplano” que hoy sus lectores semanales lamentamos no volverla a leer. No he escuchado una sola voz que no lamenté el fallecimiento de Orlando. Respetuoso saludo de solidaridad para su familia , amigos y para el gremio periodístico.
Para los que creemos en un ser superior llamado Dios, Óscar y Orlando no murieron, al igual que no han muerto nuestros seres queridos y amigos que ya partieron. Por el contrario, como lo dice la iglesia todos ellos nacieron para la vida eterna. Somos los que quedamos en este mundo los que sentimos una profunda tristeza porque dejaremos de ver y de disfrutar a estos grandes seres humanos.