28 de marzo de 2024

Reprobados

15 de junio de 2021
Por Amylkar Acosta
Por Amylkar Acosta
15 de junio de 2021

La realidad y el entorno socioeconómico en el que nacen e interactúan las personas condiciona su condición social, el desarrollo de sus capacidades y su desempeño hacia el futuro. No da lo mismo haber nacido en Dinamarca que en Cundinamarca, ni da lo mismo haber nacido en El Chicó que en el Chocó, como tampoco haber nacido en la península Ibérica que en la Península de La guajira. Desde la gestación y lactancia misma de la niñez se empiezan a marcar las diferencias.

En Colombia, además, hay enormes brechas en cuanto al acceso a los alimentos y la calidad de estos por parte de la niñez, acusando altos niveles de desnutrición y malnutrición infantil e incluso cifras elevadas de deceso por causas asociadas a los mismos. Esta situación adquiere ribetes de dramatismo en departamentos como La guajira, al punto que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se vio precisada, en diciembre de 2015, a dictar unas medidas cautelares para “preservar la vida y la integridad de niños y adolescentes”, amenazadas seriamente por el hambre y la desnutrición. Y, ante el desacato de las mismas por parte del Gobierno, la Corte Constitucional decretó el Estado de cosas inconstitucional para forzar su cumplimiento, pues seis años después aún está en veremos.

Y lo más grave de todo esto es que la desnutrición, al igual que la mal nutrición en esta edad temprana afecta tanto el desarrollo físico como el cognitivo de quien la sufre, causándole al niño o a la niña un daño irreversible e irreparable, que se convertirá en una tara con la que tendrá que arrastrar irremisiblemente por el resto de sus días. Es consabido que los primeros mil días de existencia de la criatura son críticos, lo que se haga o se deje de hacer durante esta fase de su crecimiento es decisivo para su formación y desarrollo posterior, de ello debemos ser conscientes y actuar en consecuencia.

Hacemos estas disquisiciones a propósito del mediocre resultado que, una vez más, arroja la más reciente prueba Saber 11, en la que, según la investigadora de la Universidad ICESI Juliana Ruíz “sólo un 1.1% de los estudiantes obtuvieron resultados catalogados por el ICFES como óptimos en todas las competencias”. Y, claro, como era de esperarse, les va peor a departamentos que, como el de La guajira, Magdalena, Chocó, Amazonas, Guanía y Vichada, pues exhiben los peores indicadores sociales y para colmo de males cuentan con una infraestructura deficiente, una ínfima dotación, todo lo cual afloró y se agravó con motivo de la crisis pandémica.

Aquí hagamos una digresión para explicar en qué consiste la prueba Saber 11 y su importancia. Esta es una evaluación externa estandarizada aplicada periódicamente

[1] Miembro de Número de la ACCE