29 de marzo de 2024

Nadie sabe ni el día ni la hora… tampoco cómo reaccionar

3 de febrero de 2020
Por Eligio Palacio Roldán
Por Eligio Palacio Roldán
3 de febrero de 2020

“Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo…”  Mateo 24:36

Con contadas excepciones, como una amiga, que quise mucho e incluso preparó su funeral y seleccionó y pagó las flores para llevar a su sepelio, creo, nadie está preparado para el único evento seguro: La muerte. Mucho menos para uno fortuito.

Y es que predecir y controlar los efectos internos y externos de cualquier situación de impacto es imposible. La vida puede transcurrir de manera tranquila o quizás como por un tobogán y ni uno ni otro estado define el tiempo siguiente. Hay puntos de quiebre a partir de los cuales todo cambia, para siempre.

Los puntos de quiebre son marcados por situaciones desafortunadas: la muerte de un ser querido, una quiebra económica, una separación; en general, una pérdida. También por hechos  afortunados como un nóvel amor, un nuevo trabajo, un ascenso o hasta el ganarse la lotería; una ganancia. Y por decisiones internas como un “No más” que define el final a una relación tóxica, la renuncia al abuso, al sufrimiento o a un estilo de vida; otra pérdida o quizás otra ganancia.

Independientemente del tipo de evento, positivo o negativo, lo que marcará el futuro incierto, es la valentía con que se afronte el presente y las decisiones que se tomen a partir de ese momento.

He ahí el secreto: Afrontar inteligentemente el presente en un tiempo donde la exaltación no permite pensar con sangre fría. Todo es confusión y el dolor o la euforia alejan al humano de la ya, de por sí, viciada realidad.

Cuando se enfrenta una de estas situaciones se comprende lo efímero de la existencia y de las posiciones o situaciones en la misma. Lo que ayer fue, ya no lo es ni será.

Y se quedan en el imaginario disculpas por ofrecer, cariño para dar, momentos para compartir y un nostálgico “si yo hubiese…”

La invitación entonces es a vivir el presente, a no dejar para después, a actuar. De todas maneras,  siempre, hay que tener una reserva sicológica, ética, espiritual y económica para ese futuro incierto que quizás nunca llegue.

ANTES DEL FIN

Según la publicación Libre Mercado (https://www.libertaddigital.com/economia/2019-12-22/ruina-loteria-sorteo-navidad-gordo-decimos-1276649787/), el setenta por ciento de los ganadores de lotería se gasta el premio en cinco años. Es decir, no saben administrar su premio y pronto regresan a un estado mucho peor que el inicial: nuevos pobres.

El fracaso de la nueva versión de “Amar y Vivir” es la prueba que el público prefiere las telenovelas de autor a las industriales. Pareciera ser que, como en las demás artes, la televisión tampoco permite la producción en serie.