29 de marzo de 2024

Es falso el pacto de Ginebra que circula en Colombia sobre niños combatientes

15 de marzo de 2021
15 de marzo de 2021

Alejandro Rincón Moreno

Bogotá, 14 mar (EFE).- Es falso el supuesto artículo de los Convenios de Ginebra que ha circulado durante los últimos días en Colombia y que asegura que «todo menor de 15 años armado hallado en una zona de conflicto debe ser considerado un combatiente».

A propósito de la polémica por la muerte de varios niños en un bombardeo militar contra disidentes de las FARC en el sur del país, usuarios en las redes sociales han compartido imágenes del supuesto contenido del «Artículo 77 – Numeral 2» de dichos tratados que regulan el Derecho Internacional Humanitario (DIH).

El texto, que ya ha sido compartido en múltiples discusiones en Twitter y Facebook, señala que «todo menor de 15 años armado y en zona de conflicto será considerado un combatiente» y que «el delito y la responsabilidad recae sobre el grupo que lo use en sus filas únicamente».

Las publicaciones pretenden justificar el «legítimo uso de la fuerza» que el propio ministro de Defensa colombiano, Diego Molano, señaló el miércoles pasado al asegurar que los menores reclutados dejan de ser víctimas y se convierten en «máquinas de guerra».

DATOS: Lo cierto es que el texto del supuesto decreto no aparece consignado en el instrumento del DIH y expertos aseguran que su contenido es falso, ya que deben seguirse varios pasos para determinar la participación activa en las hostilidades.

A través de una consulta al Protocolo I adicional a los Convenios de Ginebra de 1949, se puede corroborar que el texto viral no concuerda con el Artículo 77, que recoge realmente las medidas de protección de los niños y forma parte de todo un capítulo dedicado a salvaguardar el estado de las mujeres y los menores en los conflictos armados.

En su numeral segundo, además, el instrumento internacional precisa que «las Partes en conflicto tomarán todas las medidas posibles para que los niños menores de quince años no participen directamente en las hostilidades, especialmente absteniéndose de reclutarlos para sus fuerzas armadas».

«Al reclutar personas de más de quince años pero menores de dieciocho años, las Partes en conflicto procurarán alistar en primer lugar a los de más edad», añade esta enmienda de 1977.

El texto aclara también que «no se ejecutará la pena de muerte impuesta por una infracción cometida en relación con el conflicto armado a personas que, en el momento de la infracción, fuesen menores de dieciocho años» y que de ser capturados deberán ser retenidos en instalaciones separadas a las de los adultos.

En esta línea, el profesor de Derecho de la Universidad Externado de Colombia Camilo Umaña explicó a Efe que el contenido de la imagen viral «no existe», ya que «así tampoco se determina la participación activa en las hostilidades».

«No es automático solo por la presencia. Para distinguir entre un civil y alguien no civil en un conflicto hay tres criterios: el umbral del daño, el nexo causal y la beligerancia. Esa persona debe tener una actividad que realmente represente una cierta ventaja militar, lo que haga debe tener un vínculo con las hostilidades y formar parte realmente de esos grupos», explicó.

Según Umaña, el DIH reconoce, además, el «hecho victimizante de la reclutación de los menores» y los protege con medidas especiales que rigen «una vez se ha hecho una investigación de las circunstancias reales en las hacen presencia en las zonas del conflicto».

Para el profesor, «si hay dudas de su rol en las hostilidades, los menores deben ser considerados civiles».

En el caso del bombardeo en Colombia, «el ministro al inicio no tenía claro, incluso, si eran menores o si estaban armados, lo que lleva a pensar que había dudas», consideró el experto.

BOMBARDEO EN EL SUR DE COLOMBIA

Esta polémica por el ataque militar colombiano se generó la semana pasada luego de la denuncia del periodista y exconcejal de Bogotá Hollman Morris, quien aseguró que varios menores de edad murieron en un bombardeo militar contra disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) el pasado 2 de marzo.

El ataque, según los registros, se presentó, en el municipio de Calamar, que pertenece al departamento del Guaviare, en el sur del país suramericano.

Morris dijo en un video que recibió versiones de organizaciones, defensores de derechos humanos y familias de la zona que confirman que «en dicho bombardeo (…) habrían muerto aproximadamente 14 menores de edad».

La denuncia fue reforzada poco después por el senador Roy Barreras, quien aseguró: «indagamos a esta hora por denuncias de padres de familia que informan de una docena de niños desaparecidos y al parecer (hay) 4 de ellos muertos en bombardeo el 2 de marzo en Guaviare».

Ante la avalancha política y social por los hechos, el ministro de Defensa de Colombia, Diego Molano, defendió el miércoles el «uso legítimo de la fuerza» contra menores reclutados y salió al paso al asegurar que eran «máquinas de guerra».

«Yo que fui director del Instituto (Colombiano) de Bienestar Familiar (ICBF) tengo absoluta claridad que lo que hacen las disidencias de las FARC y lo que hicieron las FARC fue preparar máquinas de guerra que atentan contra la sociedad colombiana y por eso aquí se tiene que usar el uso legítimo de la fuerza», dijo entonces Molano a la radio RCN. EFE