Murió repentinamente el escritor y penalista César Montoya
El escritor y penalista César Montoya Ocampo murió hoy en Pereira a la edad de 88 años, víctima de un fulminante ataque cardíaco.
El ataque le sobrevino en el baño y pocos días después de de reponerse de una neumonía.
Montoya Ocampo reconocía que era muy vulnerable ya que el corazón le funcionaba en un 20 por ciento. En medio de su fragilidad, era un hombre temperamentalmente brioso, optimista, indoblegable.
Montoya fue uno de los penalistas más destacados del país y en sus tiempos de fulgor defendió a personajes de la importancia de Jaime Michelsen y Alberto Santofimio Botero.
Siendo presidente Carlos Lleras Restrepo, casi logra en el Congreso su elección como Contralor General de la Nación. De la mano de José Restrepo Restrepo y Hernán Jaramillo Ocampo, fue el candidato oficial del conservatismo a esa posición. Este abogado y dirigente político barrió la competencia dentro de su partido y quedó solo en el ring. En la elección le faltaron dos votos para coronar esa aspiración que, más que suya, era de toda esta región.
Fue concejal de Aranzazu y Salamina, director nacional de Instrucción Criminal, representante a la Cámara y embajador de Colombia en Bolivia, entre muchos otros cargos ocupados. No obstante, la verdadera vocación de Montoya era su profesión de abogado penalista, en cuyo ejercicio brilló por el esplendor de su palabra y la belleza de su pluma.
¿De dónde venía el negro?
Simpática la vida del Negro, que la conocimos de la A a la Z . Nació en Aranzazu. Cuando llegó del seminario todos lo rechazaban. Poco significaba en la parroquia. Era audaz y de todas partes lo barrían. Pronto comenzó a escribir en un periódico parroquial. Después evidenció que era un gran orador en ciernes y se hizo abrir todas las puertas. Fundó un periódico al que le puso el nombre de El Flamígero. Se entroncó con Pedro Erasmo Alzate y José J. Jimenez que eran, entonces, los jefes del conservatismo en su natal Aranzazu. Sus amigos decían que el negro se acostó sano y amaneció líder. Tuvo dos rivales feroces. Javier Gómez Ocampo y Fenibal Ramirez Serna, el primero abogado y el segundo médico. Lo maderiaban en todas las elecciones. El Negro siempre sacó 900 votos pero sus rivales no se bajaban de 2 a 3.000 sufragios. Poco le importaban esas derrotas porque ya era amigo de Fernando Londoño, Silvio Villegas y Gilberto Alzate. Con ellos el Negro se recorría todo el departamento, desde Aguadas hasta Génova, desde Marmato hasta La Dorada.. Hay mucha, muchísima tela para cortar. Fue endiablada y victoriosa la vida de este paisano.
Última entrevista de César Montoya:
Como es obvio, nos sabemos de memoria la accidentada vida de César Montoya Ocampo. Es nuestro paisano. Montoya ha sido de todo. Camandulero en su juventud, incontenible amante de faldas en su vida procelosa, revoltoso como estudiante, lideró un motín para quemar el Club Social de su pueblo porque no lo dejaban entrar a él, se hizo líder político, fundó un periódico, le echó mano a la tribuna en la que se hizo rey, en fin, qué no ha hecho este combatiente. Pero que no sea este cronista el que haga un relato de su vida. Escuchemos a César Montoya Ocampo.
Da gusto verlo, doctor
Sin melosidades Evelio. Para qué me busca.
Ya imagina
Una entrevista? Empiece.
Cuántos años tiene usted
La misma pregunta de siempre. Los de Matusalén.
Su vida, doctor Montoya Ocampo, es de película. Hágame una síntesis de ella
Nací en la Vereda Buenavista de Aranzazu. Mi abuelo, que era un carnicero peligroso, tenía una finquita, apenas un terrón. Mi padre era peón suyo. Después el viejo compró unas montañas en las inmediaciones de Filadelfia. Allá nos fuimos a vivir.
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Mis primeros estudios los hice en la Vereda Churimales. Una maestra anciana me enseñó las vocales y a contar de uno a diez.
¿Qué experiencia le quedó de ese mundo campesino?
Evelio…el hermoso medio del campo imprime carácter. Soy y moriré como un legítimo campesino. No me las doy. Sin embargo le cuento que si por el Montoya tengo honrosos atavismos de machete y azadón, detrás del Ocampo hay una muralla de sacerdotes, médicos y una legión de abogados.
¿Cuando lo sacaron al pueblo por primera vez?
Un domingo de Ramos. Yo iba al anca de un potro leonado que mi padre lucía cuando tomaba sus guarilaques. Recuerdo que siendo muy niño quedé extasiado con el desfile de palmas, y la procesión con cura rezandero y muchos piadosos que entonaban cantos religiosos. Esta escena es una estampilla que tatúa mi memoria
Salgámonos de la montaña y hablemos de su vida como estudiante en Aranzazu.
En ese tiempo solo los riquitos del pueblo se ponían botines. Las pobres no. A pata limpia hice mis primeros estudios en la escuela municipal.
Y qué pasó?
Un día llegó a Aranzazu un Hermano de las Escuelas Cristianas. La curiosidad me acercó a él. Hablaba bellezas de la vida religiosa que poco me importaba y hacía énfasis en una piscina grande que había en el seminario. Como ya era un ágil nadador, el tema me entusiasmó. Me dejé pescar del religioso y estuve 7 años en el seminario de San Pedro (Antioquia). Vestí sotana y pechera blanca. Había que hacer tres votos para ingresar oficialmente a la Comunidad: Pobreza, castidad y obediencia. Usted ha de imaginarse qué voto no quise juramentar. Y regresé a Aranzazu, tontarrón y tímido.
Qué encontró en su municipio?
Me dí cuenta que yo era un pendejo. Sin ningún relieve social, por ser hijo de un campesino, no podía entrar al Club Social, ni ser amigo de los pinchaditos del pueblo. Para no frustrarme mi padre me empacó para Popayán para que continuara allá los estudios de bachillerato. Por qué Popayán? Por que allí hacía su carrera de abogado Pedro Nel Duque, Crispín, un pariente lejano muy amigo de mi padre.
De modo que terminó en Popayán su bachillerato?
Qué va.
Vine a mi pueblo de vacaciones. Ya tomaba aguardiente y enamoraba. En noche de tragos conocí a Nelly Maldonado, una muchareja de unos 16 años, morena, de cuerpo guitarresco, zalamerona y elitista.No le gustaban sino los parejos de muy buena pinta. Parece, Evelio, que yo era bonito y le caí bien. Nos amancebamos.
En Aranzazu Doctor, con gente tan católica?
Sí señor. La pasión arrastra todo. No quise volver a Popayán. Mi padre me echó de la casa. Qué hice? Nelly me dio cobijo. Por dos meses fui cantinero. De pronto desperté y miré con horror el abismo en donde estaba metido. Busqué llorando a mi padre. Me perdonó y me envió a Salamina al Colegio Pio XII en donde finalmente terminé la secundaria.
Dicen que por esa época usted sacó un periódico en Aranzazu
Mientras usted Evelio trabajaba en la Hoja Parroquial de la iglesia con Eliud Osorio, descubrí que me gustaba la política. Ya había comandado una pedrea al Club Miraflores en donde se reunían los oligarquitas. No me dejaban entrar a él. Todo en la vida es un desquite. Mi nombre pesaba como líder de las juventudes conservadoras. Y comenzaban a mirarme con respeto. Me abrieron las puertas del Club, a mi padre le vendieron una acción y entré al gremio de los oligarcas. Me reía de los lechuguinos, unos pendejos embalsamados que querían imponerse con el peso de sus apellidos. Hice morcilla con esos badulaques.
¿Qué nombre le puso a su periódico?
“El Flamígero”.
Cuánto tiempo duró esa publicación?
Era semanal. Apenas pude sacar 6 ediciones. Bernardo Mejía Gutiérrez, (Piter Kater) abogado salamineño, publicó una décima agria contra Jesus Marìa Mejía (el Mono Mejía) jefe liberal y el Comité Conservador que lo financiaba, me quitó el auxilio. Hasta ahí llegué.
Abreviemos doctor Montoya Ocampo. En donde hizo sus estudios de abogacía.
Primer año de derecho en Manizales en la Universidad de Caldas. Tres más en el Externado de Colombia en Bogotá. Finalmente el título me lo otorgó la Universidad La Gran Colombia. Y para que sepa quién era yo en esa época, le cuento : Mi presidente honorario en el grado fue Gilberto Alzate Avendaño. Presidente Fernando Londoño Londoño. Jurado calificador Belisario Betancur y Bernardo Mejía Rivera. Y no me las doy.
Ya graduado qué camino tomó?
El Tribunal de Caldas me mandó a hacer judicatura a Aranzazu. A los 3 meses fui nombrado magistrado en el Tribunal de este departamento. Y escuche bien lo increíble. Renuncié a la Magistratura para aceptar una fiscalía en Juzgado Superior. Yo quería ser abogado penalista y qué mejor escuela que una Fiscalía que tenía que intervenir en todos los juicios con Jurados de Conciencia. Ahí me batí con Hernando Lozano Palacio (mi maestro), Jaime Chavez Echeverri, Carlos de la Cuesta Betancur, y otros muy destacados. Esa fue mi escuela que harto me sirvió en el resto de la vida.
Y de política qué?
He sido un político frustrado. Omar Yepes me quedó debiendo la gobernación y un ministerio. Volcó sus cariños a Guillermo Ocampo Ospina y Dilia Estrada y a otros nos dejó colgados de la brocha. Rodrigo Marìn y Omar se colincharon contra mí. Omar prevenía los jefes de los pueblos deciéndoles que yo iba a llegar con maletinados de dólares que me había ganado como embajador haciendo negocios de droga. Rodrigo también se inventaba unas historias truculentas para perjudicarme.
Mi situación después de regresar de la embajada era grave. Me iba mal en la política porque tenía que ejercer la profesión para vivir. Me iba mal como abogado porque le dedicaba tiempo a la política. Valorando esas circunstancias en noche de tragos tiré los dados. Ganó la profesiòn. Por 30 años me retiré de la vida electoral.
Qué catálogo de ideas políticas tiene ahora?
Primero: soy católico, apostólico y romano. Creo en Dios. Soy un pobre pecador. Segundo: desde el vientre de mi madre soy conservador. Tercero : Llevo más de 70 años subiéndome a los balcones como pésimo orador para defender mis principios. He sido concejal de Aranzazu, Salamina, (declarado por el concejo Hijo de Salamina), concejal de Pijao (Quindío) declarado Hijo Adoptivo de Pijao, Concejal de Bogotá, diputado, representante a la cámara, Jefe Nacional de Instrucción Criminal, Contralor de Bogotá, embajador, juez, fiscal, magistrado. Como ve, si la bohemia y las faldas no me enredan, pude haber sido Presidente de Colombia.
Dicen que usted fue un gran abogado penalista…
Sì, ejercí intensamente el derecho penal. Como litigante jamás cobré una letra o llevé una sucesión. Fui únicamente penalista. En su tiempo fuí considerado como uno de los buenos abogados penalistas del país.
Qué amigos tiene?
Arranque con Omar Yepes Alzate. Siga con Germán Elías Gómez Isaza, Ramiro Henao Valencia, Germán Martinez Mejía, Miguel Alvarez de los Ríos, Daniel Trujillo Arcila, Alberto Zuluaga Trujillo, y tuve un grupo en Bogotá que adoro: Jorge Mario Eastman, Augusto León Restrepo y Otto Aristizabal Hoyos. Hay, como es obvio, muchos, muchos más. Pero los que le he mencionado, me hacen cosquillas.
Esto va para largo. Resuma sus preguntas, Evelio.
Usted qué hace ahora……
Existo. Me autojubilé. Soy pobre pero nada me falta. Le aseguro que Luis Carlos Sarmiento no vive mejor que yo. No vivo pendiente de la bolsa, me importa un pito el valor del petróleo, no sufro por los veranos o los inviernos. Me volví un hombre elemental. Leo ocho horas diarias, escribo pendejadas, políticamente acompañaré a Omar Yepes hasta la muerte. Y lo demás……lo demás es la voluntad de Dios.