5 de octubre de 2024

Empleo, Empinada Cuesta

3 de julio de 2010
3 de julio de 2010

empleo

Para sostener un crecimiento de la economía colombiana del 6% anual, la tasa de inversión (porcentaje sobre el PIB) tendría que mantenerse en un mínimo del 35%, como trayectoria de mediano plazo. La próxima administración sabe muy bien que sin un crecimiento crítico del 6% anual no podemos esperar un buen resultado en términos de empleos formales.

El tema de la inversión es un duro desafío para la sociedad colombiana y para su dirigencia: las cifras históricas en nada se parecen al volumen necesario de inversión para que Colombia tenga un alto rendimiento económico. En algunos años de esta década (para no llevar las frustraciones más lejos) la tasa de inversión ha estado en niveles tan bajos como el 14%. El promedio desde 2000 no alcanzó el 20% y en ningún momento llegamos al 30% a pesar de las cifras relativamente buenas de los últimos años. Se puede contar una historia parecida sobre los niveles y las tendencias de la tasa de ahorro nacional.

Este asunto es una empinada cuesta para la política macroeconómica. El Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) que acaba de publicar el Ministerio de Hacienda proyecta una tasa de inversión promedio del 28% del PIB en el periodo 2012-2021.  En consonancia con lo anterior, este documento proyecta un crecimiento económico "cercano al 4.5%" anual durante ese periodo. Siendo así, la búsqueda del próximo gobierno de millones de empleos formales y decentes podría llegar a ser como pedalear sobre una bicicleta estática. Ante semejantes perspectivas, la administración entrante haría bien en examinar el MFMP e identificar allí los agentes que bloquean el crecimiento elevado y sostenido. Muy probablemente encontrará que Colombia requiere una revolución fiscal, nuevos paradigmas de política cambiaria y una reorganización del aparato productivo colombiano. Hay que abrir un compás de expectativa en relación con "las locomotoras" del crecimiento que plantea el nuevo equipo económico. Pero me temo que, sin nuevos carbones institucionales en la caldera, esos vehículos  no podrán sacar a la economía nacional del valle de mediocridad en el que se encuentra metida según el MFMP que deja esta administración. Es un buen legado intelectual.

Es necesario reiterar,  claro, que el crecimiento alto y sostenido no es suficiente para lo que importa, que es el bienestar de la gente. Pero sí es indispensable. Sin abundancia material no hay manera.   

Por pura curiosidad en este contexto, veamos brevemente el caso de China, que está al otro lado del planisferio, y también al otro extremo de las condiciones macroeconómicas. Allí la tasa de ahorro ha sido del orden del 50% del PIB en los últimos años, después de tener registros del alrededor del 40% durante la década de los noventa. Mientras tanto, la tasa de inversión ha alcanzado recientemente niveles relativos parecidos a los del ahorro nacional. Con semejantes cifras, hay quienes se sorprenden de que el crecimiento económico chino no haya alcanzado niveles aún superiores al 9 o 10% anual de los últimos años. Allá todo lo que tiene que ver con la política económica es estrictamente guiado por la Política, de modo que detrás de ese escenario puede haber grandes desperdicios de recursos. El éxito no reside en la eficiencia de los mercados sino en el logro de los objetivos estratégicos del Partido Comunista. No importa que, por ejemplo, el exceso de capacidad industrial instalada sea una condición de gran frecuencia. Un caso al canto: Hace un par de años el exceso de capacidad en la producción anual de acero era de unos 120 millones de toneladas: Mayor que la producción anual en Japón, que es el segundo mayor productor mundial de acero.