Un canal mediocre, parásito de la Comisión Nacional de Televisión
No le conviene a la entidad rectora y vigilante de los canales regionales que se conozca el fiasco por el que atraviesa porque consiguientemente tendría que asumir responsabilidades que le acarrearían un gran costo político.
El paternalismo oprobioso de la CNTV ha desencadenado una actitud parasitaria de Telecafé que lo tiene en el más irremediable caos.
PROGRAMACION
La programación de Telecafé es toda una suerte de propuestas mediocres que no alcanzan la mínima calidad de producción y menos de contenidos.
Los sistemas informativos son anacrónicos en su presentación visual y qué decir del contexto noticioso.
Las producciones regionales obedecen a milimétricas decisiones politiqueras sin más miramiento que la recomendación de equis o ye personaje vinculado a la estructura administrativa del canal.
No existe un comité de programación idóneo que requiera de los concesionarios elementales principios de solvencia profesional y técnica.
Una serie invasiva de programas de Set donde la imaginación de los productores se limita a unos “backing” repetitivos y cero escrúpulo en el contenido.
“Cuente tres y arranque” parece ser la premisa fundamental de estos concesionarios.
Rellenos incomprensibles en los festivos hacen de días de mayor audiencia, en casi todas las programadoras del mundo, un bostezo aburridor de quien se atreva a sintonizar ese canal.
Quirománticos, cartománticos, pastores de fácil verbo y encantadores de audiencias babosas son las principales propuestas que se aceptan por unos pequeños pesos que se van a la basura.
Nada se hace para generar recursos propios y mejorar la producción de los contendido de ese canal.
BUROCRACIA PERNICIOSA
Por cuenta de la CNTV se paga una burocracia enquistada desde hace muchos años por recomendación de politiqueros de cada uno de los departamentos.
No buscan capacitación y actualización para estar al día en materias administrativas y, por supuesto, menos de producción de televisión.
Las administraciones de Telecafé obedecen a un interés casual que por turno toca esa burocrática posición y nada más.
GERENCIA INOPERANTE
En la actualidad se escogió a un descrestador de profesión, Jorge Eduardo Urrea, que utiliza una verborrea “técnico-anacrónica” y veintejuliera para descrestar calentanos, porque de manejo administrativo sabe lo mismo que Cantinflas de uso adecuado del idioma.
Año tras año la junta directiva del canal le autoriza un viaje costoso e inoficioso a Las Vegas para que haga un paseo personal sin que esto le retribuya al canal nada en expectativas de progreso.
El 90 por ciento de los recursos de Telecafé son proporcionados por la CNTV y la generación de recursos propios es nula.
Recientemente el director de la Comisión Juan Andrés Carreño, reveló en una entrevista emitida por el mismo canal que la producción comercial propia del canal Telecafé es deficiente. Se refirió de manera condescendiente
Aseguró el señor Carreño que se está en un proceso de organización de esta situación, pero en la realidad sólo es un enunciado polítiquero para atemperar la caótica situación por la que atraviesa el denominado “la expresión de lo nuestro “.
Si Telecafé se creó como dicen sus estatutos para la cohesión social y económica de los tres departamentos socios, el objeto no se ha cumplido. Por el contrario la poca cautela del gerente Urrea y su altanería proverbial ha generado un divorcio clandestino entre las regiones que de un momento saltará a la vista del colectivo del Triángulo del Café y ahí se evidenciará la hecatombe.
Los costos políticos y económicos de la inoperancia de la actual gerencia no tendrá responsables porque en breve el que ostenta esta dignidad se irá con su música a otra parte y el daño estará hecho.
La verdad es que Telecafé no le importa a nadie.
DESAPARECERÁ
Un canal sin dirección administrativa y conceptual como Telecafé tiende a desaparecer.
Con la llegada de uno o dos nuevos canales privados y la tecnología digital al servicio de la televisión en Colombia sacarán necesariamente del mercado a Telecafé.
Mientras un gerente en el canal regional solo se dedique a intermediar compra de circuitos integrados, una que otra cámara, un Yeep o un micrófono-actividades propias de mensajero- la suerte de este estará en el abismo indiscutible de su disolución.
Mientras la reglamentación societaria de Telecafé, y su procedencia sea producto de la politiquería regional el futuro está determinado: el fiasco de Telecafé no aguantará y estará necesariamente condenado a desaparecer.
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