28 de marzo de 2024

Ningún candidato puede cantar victoria

30 de marzo de 2010
30 de marzo de 2010

El tortuoso camino hacia la Casa de Nariño

Es indudable que al partido de la U le fue muy bien en las parlamentarias, pues logró 28 senadores y hoy tiene 24. El Partido Conservador, su principal aliado, alcanzó 22 curules, la segunda votación más alta. Es el premio por la luna de miel con el uribismo. Con estas cifras Juan Manuel Santos, candidato oficial del uribismo, debe sentirse muy contento.

Pero la demora en definir el ganador de la consulta, entre Andrés Felipe Arias y Noemí Sanín, produjo desconfianza, recriminaciones, reproches y acusaciones, entre ambos candidatos; pequeñas heridas difíciles de curar. Es fácil una división en el Partido Conservador, porque no todos son uribistas, aunque la mayoría de sus dirigentes son lentejos.

Además, no todos apoyan a Juan Manuel Santos, ni desean que el conservatismo se disuelva en el uribismo, después de ocho años de estrecha alianza. De otro lado en la consulta se demostró el rechazo a la figura de Andrés Felipe Arias, por ser una copia de Uribe, por su desprestigio en el ministerio de Agricultura (especialmente por el programa Agro Ingreso Seguro), porque está en el corazón de Uribe y por la posibilidad de endosarle lo votos a Santos. Por estos aspectos Noemí ganó la consulta.

Otro aspecto a considerar es lo relacionado con el Partido de Integración Nacional (PIN),  resultado de grupos uribistas que alcanzaron alta votación en 2006 pero que, se afirma, fue conformado desde la Picota. El PIN obtuvo una buena votación y nueve senadores, pero se puede convertir en un carcinoma para la campaña presidencial del uribismo. El candidato Santos ha sido muy cauteloso sobre este  tema.

El Partido Liberal jugó un papel honroso pues conserva su cuota de 17 senadores, a pesar de llevar 12 años por fuera del Gobierno. Hoy se vende mejor la imagen de Rafael Pardo quien afirma que no está derrotado y que la cuota en el Senado “es el banderazo para estar en segunda vuelta”.

Cambio Radical, el partido de Germán Vargas Lleras, pudo mantenerse a flote a pesar de los congresistas que le sonsacó la maquinaria de gobierno. Con la confianza que le ofrecen sus ocho senadores, afirma: “me siento en segunda vuelta”.

El Polo Democrático conserva ocho senadores, de diez que tiene en el Congreso. Le fue relativamente bien, a pesar de la mala prensa, de la campaña para relacionarlo con la guerrilla y con Chávez y de la cacería de brujas. Fueron duramente atacados Jorge Enrique Robledo y Gustavo Petro. El senador Robledo fue uno de los premiados con el voto de opinión pues los electores le reconocieron su posición política coherente, la intensa y férrea lucha por el cambio social, sus valientes y bien documentados debates contra la corrupción.

El Partido Verde hizo una bonita y original campaña. Fue premiado porque los candidatos (Antanas Mockus, Enrique Peñalosa y Lucho Garzón) conformaron un excelente equipo, con tres vertientes distintas que plantearon un programa de gobierno osado y atractivo. La copiosa votación obtenida, los cinco escaños en el Senado y el carisma de Antanas Mockus, incluyen al Partido Verde en la baraja de candidatos con opción.

Sergio Fajardo está golpeado pero no acabado. Lo malo es que su nombre esconde al partido, Compromiso Ciudadano. No pudo organizar listas que le aportaran votos y parlamentarios, pero es un candidato astuto e inteligente, que podría formar alianzas.

En este ambiente es posible que se abra espacio una candidatura de convergencia contra el uribismo. Ningún candidato puede cantar victoria, ni siquiera Santos, porque “en la puerta del horno se quema el pan”.

El poder del dinero, o todo por los votos

Muchos analistas políticos ven con preocupación la alta votación alcanzada por el PIN. Lo novedoso podría ser que dicho movimiento fue creado desde la cárcel, para darle continuidad y poder al grupo político que hizo alianzas con el paramilitarismo.

Pero también en los partidos tradicionales se colaron algunos nombres con problemas: en el partido de la U, están Maritza Martínez, esposa del ex senador Luis Carlos Torres, y también Jorge Visbal Martelo, ambos investigados por parapolítica. En el Partido Liberal recibieron a Arleth Casado, la esposa de Juan Manuel López; y al Partido Conservador llegaron Olga Suárez Mira (hermana de Óscar, investigado por parapolítica), Lina Barrera, esposa de Iván Díaz Mateus condenado por la Yidispolítica y, Carlos Barriga, investigado por parapolítica (Revista Semana, marzo 15-22 de 2010).

¿Participaron las mafias en las campañas? ¿Por qué algunos partidos no se preocuparon por limpiar sus listas?

El nuevo Congreso

El Congreso que fue elegido en marzo de 2006 pasará a mejor vida. De los 268 congresistas, 85 fueron investigados por sus nexos con los paramilitares. Fueron condenados 15 y 13 llamados a juicio. Afortunadamente el 20 de julio termina su labor el peor Congreso de la historia de Colombia, símbolo de todos los vicios en materia de administración pública.

Pero ¿Cómo es el nuevo Congreso? Hay para todos los gustos: políticos tradicionales y parientes de algunos condenados por parapolítica; pero, también, nuevos líderes que llegaron impulsados por los vientos de renovación de algunos grupos. La principal tarea es devolverle a la Institución la credibilidad y legitimidad perdidas