El historiador de la comarca
Cuatro días después de su desaparición, que produjo hondo pesar en Caldas, el Contraplano se permite rescatar los apartes sustanciales de los prólogos que estos tres prohombres escribieron para el libro “Manizales de ayer y de hoy”, la principal obra del muy querido y admirado historiador de la comarca.
El ex ministro Londoño dejó este testimonio: “Guillermo Ceballos Espinosa ha seleccionado y ordenado para un volumen sus crónicas cívicas e históricas que han visto la luz pública en página preferente del diario LA PATRIA, y ello por largos años, de manera metódica y constante, hasta hacerse lectura habitual de los manizaleños, confiables crónicas de la ciudad y acreditado bastión del civismo”. Se refirió, asimismo, el doctor Londoño a las fuentes de las que se nutría don Guillermo: “Las fuentes de información para la elaboración de este trabajo han sido las conocidas y prestigiosas obras de don Luis Londoño y del Padre Fabo; la amplia colección de la revista Archivo Historial, los archivos municipales y las colecciones de periódicos y revistas ; los apuntes familiares y las poblaciones con ocasión del centenario de Manizales”.
El ingeniero Robledo Isaza, su compañero de pupitre en la famosa escuela del civismo conocida como la Sociedad de Mejoras Públicas, veía así a su compañero de luchas:
“Del maestro Guillermo Ceballos no sé si soy su sombra o él la mía. Amigos desde la lejana niñez, nos hermanamos en temas cívicos al inicio de nuestras carreras profesionales. Juntos redescubrimos el Cabo Corrientes y la bellísima ensenada de Utría, en 1953. Juntos volvimos, a pie, hace 20 años, a cruzar el Chocó desde Santa Cecilia a Nuquí y a vislumbrar el futuro Puerto de Tribugá, acompañados en ambas excursiones de inolvidables amigos, muchos de ellos ausentes; juntos hemos vivido en la SMP de Manizales atentos los quehaceres cívicos. Y como tiene una memoria prodigiosa, me impide que narre, a mi manera poco ortodoxa, mucho de lo que me ha tocado vivir para evitarme su confrontación. Pero lo leo con deleite porque sus descripciones al detalle son lo mejor de la historia de mi pueblo y de su entorno”.
En el mismo lanzamiento de la primera edición del libro, el médico Gutiérrez Arango dejó constancia del valor de la obra del maestro que cerró su ciclo vital a los 93 años, en su casa del barrio La Francia, en la mañana del jueves último:
“Estoy seguro de que este libro que estamos lanzando, es otro gran testimonio de nuestra historia como lo fueron el del Padre Fabo, el de don Luis Londoño, el de Restrepo Maya y el de Albeiro Valencia. Nadie se imagina que detrás de esta persona modesta, sin complicación ninguna, afable y cordial, se esconde una personalidad digna de todo encomio y ponderación. Guillermo Ceballos Espinosa ha sido escritor y este libro lo demuestra y lo califica como bueno y gran historiador”.
Cerramos este ciclo de reconocimientos con el del notable académico Carlos Enrique Ruíz:
“Guillermo Ceballos Espinosa es portador de una sabiduría vivida de manera aleccionadora, la que ha ido testimoniando en sus crónicas de prensa y en este libro que reúne buena parte de ellas, en estilo sabroso y con memoria de asombro, Sus dotes de maestro ejercidas por más de de medio siglo continuo, han dejado huellas indelebles en las nuevas generaciones y en todos sus conciudadanos. Hace once años, en el acto de entrega de la primera edición de esta obra estupenda, yo me aparecí misteriosamente, en la compañía del maestro Germán Arciniegas, quien vivió el regocijo de este parto”.
La apostilla: Allá, en el cielo, deben estar desatrasándose de nostalgias manizaleñas el Padre Adolfo Hoyos Ocampo, Gustavo Castaño Abad y el maestro Guillermo Ceballos Espinosa, quien acaba de hacer su arribo.