29 de abril de 2025

Segunda noche en Viña del Mar

26 de febrero de 2010
26 de febrero de 2010

  

Foto: REUTERS/Eliseo Fernandez

El reguetonero puertorriqueño Don Omar se presentó el martes 23 de febrero en el 51 Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, 120 kilómetros al noreste de Santiago de Chile

espacio_id="ab7804a1da1dec27"; eplAD4(espacio_id,tipo,timeout,maxAds,eplPautefacil);

Don Omar, que se presenta por segunda vez en Viña del Mar, se llevó todos los premios que entrega el público a sus artistas favoritos, después de hacer bailar a los casi 15.000 espectadores que llenaron la Quinta Vergara, donde cada año y por seis noches se realiza el certamen.
   
El reguetonero puertorriqueño inundó la noche del martes al miércoles del
Festival de Viña del Mar de efectos especiales en un espectáculo lleno de ritmos pegadizos que hicieron vibrar a un auditorio repleto de jóvenes.
   
El cantante llegó enfundado en ropa deportiva y acompañado de dieciséis bailarines chilenos caracterizados como androides, bañados en pintura azul celeste y vestidos con llamativos trajes, que se movieron raudos al ritmo de la vertiginosa música.
   
Con "Comenzó el Bayu" arrancó también este espectáculo de fuego, pirotecnia y humo en el que Don Omar sudó hasta la última gota para entregarse a un público entusiasmado que bailaba hasta olvidar los 13 grados que enfriaban esta noche del verano austral.
   
Con unos pantalones vaqueros y una chaqueta negra, el artista se desabrochó los pantalones y retó a sus bailarines a mover la cadera.
   
"Vamos a demostrar a estas señoritas por qué somos nosotros los que mandamos en la casa", espetó entonces al público, aunque enseguida se apresuró a añadir: "Será en la suya. Yo no mando ni en mi casa".
   
Don Omar se puso después romántico e interpretó algunos temas con resabio a balada, entre ellos "Se nos murió el amor", que compuso, según dijo, pensando en que era "la única canción que no quería cantar" en su relación de pareja.
   
El artista retomó de nuevo la senda del reguetón más intenso y, tras unas gafas de sol, recorrió el escenario con "Ronca" y "Conteo", ajeno a la presencia de los presentadores del festival, que se disponían a poner fin a esta larga jornada.
   
"Yo no me voy de aquí hasta que ustedes me lo digan", amenazó el cantante a sus seguidores, que le premiaron con la gaviota de plata, el máximo galardón del festival, que ya había obtenido en 2007, cuando se presentó por primera vez en este certamen.
   
El cantante, notoriamente más delgado que hace tres años, estuvo más de una hora en el escenario y al final recibió las Antorchas y Plata y Pro y una Gaviota de Plata, el máximo premio que entrega el público a sus artistas, que ya había obtenido en 2007, cuando se presentó por primera vez en este certamen.
   
En el inicio, poco después de las diez y media de la se apagaban las luces del anfiteatro la Quinta Vergara y los gritos de unos adolescentes entregados recibían a los mexicanos Reik, que pisaban este escenario por primera vez.
   
El vocalista del grupo, Jesús Navarro, no tuvo que ni siquiera entonar las primeras notas del tema "Inolvidable" para poner en pie a la grada, desde donde sus seguidores no necesitaron la ayuda del trío de Mexicali para cantar el que fuera el primer sencillo del tercer álbum de la banda, "Un día más".
   
Los coros se siguieron durante todo el concierto ya que los fans de Reik venían con los deberes hechos y tararearon cada una de las canciones con sus idólos.
   
El grupo, que surgió en 2003 y que el año pasado recibió el Grammy Latino como "Mejor Álbum Vocal Pop Grupo 2009" por su disco "Un día más", conquistó a sus seguidores, que no se sentaron en todo el recital.
   
Lo hicieron con temas como "Niña", "Noviembre sin ti" o "Qué vida la mía", que llenaron de romanticismo un anfiteatro deseoso de buen pop.
   
Fue, sin embargo, el tema "Me duele amarte", que un Navarro notablemente emocionado dedicó "a todas las chicas lindas", con el que los mexicanos consiguieron meterse definitivamente al público femenino en el bolsillo.
   
Pero el momento más emotivo del concierto llegó cuando Navarro y los guitarristas Julio Ramírez y Gilberto "Bibi" Marín, con una bandera chilena en la mano, entonaron "Sabes", un tema, que según el vocalista del grupo, "en Chile gusta mucho".
   
No consiguieron llevarse la Gaviota de Plata, pero Reik no vuelve a casa con las manos vacías, recibieron las antorchas de Oro y Plata y sobre todo con el recuerdo de un anfiteatro entregado que no dejó de corear sus baladas ni un minuto en la hora que duró el recital.
   
No puede decir lo mismo la mexicana Anahí, que también debutaba este martes en el certamen de Viña del Mar.
   
Su turno llegó a las doce, cuando apareció del interior de una especie de huevo blanco colocado en medio del escenario.
   
"Wow a mí me habían dicho que estar aquí parado se sentía muy cañón pero se quedaron muy cortitos porque se siente algo muy fuerte", dijo la artista mientras, boquiabierta ante el imponente graderío de la Quinta Vergara, se secaba las lágrimas.
   
No le faltaron ni ganas ni empeño, pero el tema que eligió para abrir su recital no pareció gustar demasiado, y la joven artista de 26 años tuvo que recurrir a una canción de RBD, el grupo que la llevó a la fama, para que el graderío empezara a animarse.
   
A temas de RDB como "Échale", le siguieron otros de su primer disco como solista, "Mi delirio".    

La también candidata a reina del certamen, título al que optan otra decena de mujeres, la mayoría de ellas procedentes del mundo de la farándula, no ocultó la felicidad de estar por primera vez en la Quinta Vergara.
   
Quizás para celebrarlo decidió hacer un cambio de vestuario en el que sustituyó un vestido dorado corto por un modelo de novia, con velo incluido.
   
Fue entonces cuando entonó su última canción, en la que la joven simuló morir desangrada al borde del escenario dejando entrever dos cuchillos que llevaba "clavados" en la espalda.
   
Anahí resucitó, pero el público no quiso una última canción y lo dejó claro con un fuerte abucheo.

Con agencias