Pensamientos campeones.
Por Jorge Eliecer Castellanos M.
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Especial para eje 21.
Desear y pensar en grande es, ciertamente, empezar a concebir , prepararse, capacitarse, entrenarse y reentrenarse para construir en grande, con la máxima precisión del vocablo.
Cuando concebimos en nuestra mente y posibilidades,cosas realmente pequeñas, estamos indudablemente procreando toda un infraestructura del pensamiento con miras a desarrollar pequeñas o exiguas realizaciones.
Así estamos preparando nuestra capacidad instalada para desarrollar pequeñeces, simplemente.
Con esta modalidad de pensamiento, vale reafirmar que estamos entonces, rechazando lo grande, repugnando a lo poderoso que ha de venir, es decir estamos creando la atmósfera propicia y el habitat correspondiente y necesario para darle vida y cabida a cosas minúsculas.
Resulta admirable el modo de pensar de los brasileños, -un país importante en América latina que crece a ritmos vertiginosos-, dado que recientemente han puesto en la salida del vestuario de su equipo a la grama del enorme estadio de Maracaná una fotografía de una camiseta con un fondo espectacular de Rio de Janeiro, la Capital Olímpica, con una leyenda que dice: "Copa Mundo 2014 e nossa".
Es maravilloso apreciarlo en el excelso templo del futbol, pero aun es mayor contemplar el tema entendiendo que aun no se ha celebrado el campeonato Suráfrica 2010 y ellos están pensando en ganar ambas copas con lo cual ajustarían 7 trofeos en el deporte más espectacular del mundo.
Siempre Brasil han pensado en grande, produce en grande y cosecha en grande. Este es el mejor ejemplo de cómo una nación latinoamericana cree en grande, realiza grandes cosas en todos los órdenes y cada día se prepara para mostrarse como grande. Tal cual piensas, tal cual eres, ejemplifica el proverbio bíblico. La lección para todos es válida en estos tiempos de globalización en los cuales solo prevalece el más grande.
Es más, el "grandioso" sistema financiero colombiano, simplemente, ocuparía apenas un solo piso en el gigantesco edificio del Banco Central de Brasil en la populosa Rio de Janeiro. Desechamos los colombianos la realización de un mundial de futbol, llanamente, porque nuestro pensamiento es minúsculo, porque creemos que otros son más grandes que nosotros y porque el cúmulo de complejos que nos asisten, son el primer paso que tenemos que superar para poder comprometernos con visiones estratégicas grandes que nos saquen de este parroquialismo pavoroso.