Eligio Álvarez Niño, el poeta del amor
Desde aquel ya lejano año de 1975, cuando tuve la oportunidad de conocer “Caramillo en la sangre”, su primer libro publicado, la obra de de este vate ocañero dejó en mi espíritu un sedimento de belleza. No solo porque se expresaba en sus versos la voz de un poeta auténtico sino, sobre todo, por la emoción humana de su voz que traspasa los umbrales de la ternura.
Entrar en el universo poético de Eligio Alvarez Niñob es como abrir una ventana por donde se van asomando, en sucesión de imágenes, los paisajes de su tierra, la belleza de la naturaleza, los recuerdos del amor, los encantos de la mujer, los misterios de la vida. No era común, en Norte de Santander, encontrar una voz nueva que explorara tanto en los sentimientos del alma, con tanto recurso metafórico en sus versos, con tan elevada concepción de la belleza literaria. El descubrimiento de su obra poética fue para mi, literariamente, revelador. Tanto que mi primer ensayo literario lo escribí sobre su universo poético.
En la poesía de Eligio Alvarez Niño está la esencia de un artista que se entrega como hombre y como creador de belleza. Como hombre porque en sus poemas fluye el alma de un ser humano enamorado de la vida, que encuentra en la palabra la expresión auténtica de sus esperanzas. Y como creador porque en sus versos se adivina el talento de un hombre que hace de la palabra una cantera expresiva que convierte en torrente poético el caudal de su inspiración. Porque en su obra está la impronta de un ser humano que ama, que siente, que sueña, que expresa sus vivencias amorosas con la fuerza huracanada de sus versos.
En “Aliviento” se encuentra el lector con un poeta de amplias resonancias estéticas, que hace del lenguaje poético una fuente inagotable de posibilidades expresivas. Este fue un libro que mostró, en su tiempo, a un poeta ya maduro, muy dueño de su estro, con una gran consistencia en el lenguaje. El mismo que ofrece su palabra encendida como tributo de admiración hacía la mujer amada en los hermosos poemas que conforman el libro “De cantada ausencia”. Hay en esta obra una poesía de positivos hallazgos metafóricos, de una exquisita belleza literaria, de una consistencia temática sorprendente. Sus versos fluyen transparentes, con fuerza expresiva.
Si se me llegara a preguntar cuál es en mi concepto el mejor libro escrito por Eligio Alvarez Niño me vería en dificultades para responder. Porque para mí, en todos sus libros hay una belleza comprimida, una expresión sentida del amor, una fuerza poética que llega al alma misma del lector. Pocas veces uno encuentra un aeda tan inspirado, un artista con tanta transparencia expresiva, un hombre con tanto sentimiento en sus palabras. En todos los libros de Eligio Alvarez Niño hay un no sé qué seductor. Puede que sea la sobriedad misma del lenguaje, o la concepción que tiene de la belleza literaria, o la elegancia de sus recursos metafóricos.
La voz de Eligio Alvarez Niño tiene ese poder de llegar al alma del lector, impresionándolo. En “Tiempo para la rosa", se adivina una poesía más decantada, sin artificios literarios, donde la sutileza del tema le permite al autor hacer malabarismos con la magia de las palabras alrededor de un solo motivo recurrente, en este caso la rosa. En “La piel de los sueños”, su libro póstumo, publicado por la Gobernación de Norte de Santander, aparece una poesía de corte más intimista, más reveladora de su interioridad, más vivencial si se quiere. En este libro ríe complaciente el amor. Aquí el poeta llega a la máxima expresión de sus preocupaciones vitales.