La radio en Colombia: 80 años haciéndose sentir
Podría decirse también que no tiene arrugas en la piel, que no se le quiebra la voz, que sigue rozagante como en sus primeros años. Como a una mujer madura, los años la han vitalizado. También, como a una mujer vanidosa, la ciencia le ha servido para conservar un rostro juvenil. Mientras a las mujeres la liposucción les ha ayudado a mejorar su imagen corporal, a ella el descubrimiento de nuevas tecnologías la hace ver cada día más renovada.
El 8 de diciembre de 1929, hace 80 años, un joven barranquillero, Elías Pellet Buitrago, que había estudiado electrónica en los Estados Unidos, puso en funcionamiento la primera estación de radio en Colombia. Después de muchos viajes a Bogotá para solicitar al entonces Ministerio de Correos y telégrafos licencia para operar, logró que saliera al aire, en frecuencia de onda corta, “La Voz de Barranquilla”, la primera emisora comercial que se fundó en Colombia. La segunda fue Radio Manizales, de Alberto Hoyos Arango. Sin embargo, tres meses antes, el 5 de septiembre de ese mismo año, se había realizado la primera transmisión de la emisora HJN, que se convertiría luego en la Radiodifusora Nacional de Colombia.
Antes de que saliera al aire “La Voz de Barranquilla”, el Gobierno Nacional ya había creado la Compañía Radiotelefónica de Colombia. En efecto, Marco Fidel Suárez firmó, el 20 de marzo de 1919, el primer contrato “tendiente a dotar al país de un sistema nacional de telegrafía sin hilos”. Tomando los descubrimientos de Guillermo Marconi, el inventor del telégrafo, se abría la posibilidad de implementar un sistema de comunicación que, a través de este invento, permitiría enviar señales de voz. Colombia tenía que alcanzar lo que otros países latinoamericanos habían logrado diez años atrás: que las ondas electromagnéticas descubiertas por Rudolf Hertz fueran base para el desarrollo de la nación.
Los primeros radios fueron aparatos inmensos, hechos de un material color madera, parecido a la fórnica. La parte de adelante, arriba del dial, donde sobresalían dos botones grandes, estaba cubierta por una especie de pana color beige con orificios pequeños. Fueron conocidos como radios de tubo. A Colombia llegaron muchos años después de que fueran inventados. El primer equipo lo trajo Laureano Gómez cuando se desempañaba como diplomático en Argentina. El 5 de julio de 1925, como Ministro de Obras Públicas, el mismo expresidente estuvo presente en la primera prueba técnica realizada por el Gobierno Nacional para establecer la posibilidad de traer la radio al país.
Ismael Enrique Arciniegas, el reconocido autor del poema “A solas”, fue quien impulsó, como Ministro de Correos y Telégrafos en el gobierno de Miguel Abadía Méndez, la reglamentación de la radiodifusión en Colombia. Aunque con cerca de diez años de retraso en relación con otros países de América Latina, la semilla germinó. No obstante que el primer decreto expedido tuvo efectos retardantes en el desarrollo de la radio comercial, sirvió para impulsar otros proyectos radiales. Sin embargo, para permitir un mayor desarrollo, este decreto fue derogado y, en su lugar, se expidió el 423 del 28 de febrero de 1931 firmado por el presidente Enrique Olaya Herrera.
La consolidación de la radio abrió las puertas al radioperiodismo. Hasta entonces, eran pocos los medios de comunicación que existían en el país. Por la falta de vías para llegar a todas las regiones, los pocos periódicos que circulaban no tenían cubrimiento nacional, Así las cosas, fue la radio la que permitió que los colombianos nos informáramos sobre lo que sucedía en la nación. La misma que 80 años después, con su espíritu joven, ha logrado transformar nuestro diario vivir con un periodismo ágil y objetivo. La que le abrió el camino a la recreación con sus radionovelas y programas de humor. Se llegó así a la radio digital, donde las microondas fueron reemplazadas por el satélite.