El silencio que preocupa
Apenas se conocen los nombres de quienes gustarían del poco anhelado cargo, dadas las circunstancias actuales del país.
En esa lista de aspirantes se encuentran entre otros Rafael Pardo (partido liberal), Gustavo Petro (Polo Democrático), Sergio Fajardo (independiente), Martha Lucía Ramírez (partido de la U), Andrés Felipe Arias (ex ministro de Agricultura), Juan Manuel Santos (ex ministro de la Defensa Nacional), Germán Vargas Lleras (partido Cambio Radical), Alexandra Moreno Piraquive (partido MIRA), Antanas Mockus (Ex alcalde de Bogotá) y Luis Eduardo Garzón (ex alcalde de Bogotá), entre otros. Después aparecerán más.
Lo que me llama la atención es que hasta el momento ninguno de los aspirantes ha presentado un plan o programa de gobierno, en caso de salir triunfadores en las elecciones presidenciales del 30 de Mayo del 2010. Quizás lo habrán explicado en pequeñas reuniones políticas y de amigos, pero masivamente la mayoría de los colombianos nos declaramos ignorantes.
En otros tiempos, casi con un año de antelación, se conocían más a fondo los planes y programas de los aspirantes, pero hoy estamos ante un silencio que solo favorece al actual presidente en el caso que decida optar por un nuevo cuatrenio y un referéndum se lo permita.
Ese silencio es mortal para una democracia y lo que es peor, llevarían al electorado a improvisar la votación y sufragar precipitadamente por una persona, sin un conocimiento a fondo de lo que haría un candidato en caso de llegar al poder.
Pareciera (es mi impresión) que están pendientes solamente del resultado que sobre un referéndum reeleccionista sea proferido, para iniciar la campaña política que se me antoja pudiera ser tardía.
UN SERIO COMPROMISO
La otra parte inquietante a mi manera de ver, es lo que cada uno de los aspirantes vaya a ofrecer en materia de seguridad nacional (interna) y política estatal, frente a las amenazas que tenemos los colombianos en las zonas de frontera.
Con esto no estoy diciendo que el actual presidente sea irremplazable por sus programas de Seguridad Democrática, Consejos Comunales y manejo de la situación frente a las amenazas de los gobiernos vecinos, especialmente con el caso de Venezuela.
Desde luego que el presidente Uribe es reemplazable, pero quien aspire a sucederlo debe tener muy en cuenta estos aspectos y está en la obligación de explicar en una forma muy clara, la tónica a seguir frente a esta problemática.
No hay que perder de vista que serán herederos de problemas muy graves y de una amenaza a la soberanía nacional, si se tiene en cuenta la reciente agresión del gobierno venezolano que dinamitó dos puentes al servicio de personas inermes que habitan en la zona de frontera, los constantes insultos del coronel Hugo Chávez y el cierre caprichoso de sus fronteras.
Cualquier ciudadano se sentiría honrado de ser el presidente de una nación, pero el compromiso es muy serio y los colombianos (al menos en mi caso) ya no tragamos entero.
Si realmente los candidatos aspiran seriamente a la primera magistratura, es el momento de comenzar sus campañas proselitistas, sin perder de vista los compromisos que adquieren de resultar ganadores de la contienda electoral.
Si no tienen soluciones prácticas a la mano y de fácil comprensión para el electorado, sería mejor que vayan pensando en declinar a la aspiración.