14 de septiembre de 2024

Los problemas de la universidad colombiana

22 de noviembre de 2009
22 de noviembre de 2009

El gobierno impuso el aumento de los cupos pero no aportó nuevos recursos. Además, las instituciones deben atender la formación de sus docentes (en programas de maestrías y doctorados) y la producción de conocimiento (grupos de investigación). Todos estos gastos integran el rubro de funcionamiento, que es donde radica el gravísimo problema.

De acuerdo con un informe de la Contraloría General de la República las transferencias a las universidades públicas eran en el año 2000 de $1.73 billones, sin embargo hoy no pasan de $1.6 billones. O sea que el presupuesto se redujo pero los cupos aumentaron. Hoy las universidades tienen un déficit acumulado de medio billón de pesos y por esta causa 32 rectores pagaron avisos en la prensa nacional, para explicar por qué es insostenible la situación financiera de estas instituciones. Esta situación produjo el estado de alerta en la comunidad universitaria y despertó a los estudiantes.

Defensa de la universidad pública

Frente a las angustias de las universidades públicas por el incremento de las matrículas, venta de servicios, pérdida de la calidad de la educación y el incierto futuro, marcharon miles de estudiantes en Bogotá, Medellín y Cali. Le pidieron al Gobierno y al Congreso la revisión del presupuesto general de la nación para el año 2010. Llama la atención la participación de estudiantes de universidades privadas, asfixiadas por las matrículas caras, la crisis del país, el desempleo y la incertidumbre del mercado laboral. Pero la comunidad universitaria se movilizó, además, por los problemas tan agudos que vive el pueblo colombiano: el silencio que impuso el terror desde hace varios años, la crisis del sector agrario, los desplazamientos, la contrarreforma agraria y la segunda reelección.

En estas jornadas  ha jugado destacado papel el rector de la Universidad Nacional, Moisés Wasserman, quien viene liderando el debate sobre la financiación de las universidades y alertando al Gobierno y a la opinión pública sobre los peligros que amenazan la educación superior. En este punto encaja el cerco que 300 estudiantes le hicieron al Rector, con el fin de dialogar sobre la crisis de la institución. De este modo permaneció retenido, en su carro, durante cinco horas. En las noticias los medios hablaron de “secuestro”, “asonada”, “delito criminal” y, por supuesto, el hecho llenó de razones a funcionarios del alto gobierno que sueñan con la universidad militarizada.

Al respecto dijo la secretaria de gobierno del Distrito, Clara López, que “a eso de las cinco de la tarde ya se había logrado negociar y por eso le pedí al general Parra que desistiera de entrar, pero él me respondió que por una orden superior eso se le salía de las manos”. La orden superior llegó del presidente Uribe quien pidió “rescatar” al Rector y capturar a los criminales; pero Wasserman ya se encontraba libre y fuera de los predios universitarios. La fuerza pública hizo su entrada con  gran despliegue: 200 hombres a  pie y en motos y 3 tanquetas, del Escuadrón Móvil Antidisturbios.

En este punto la comunidad universitaria se pregunta: ¿Por qué el rector se negó a dialogar con los estudiantes? Al respecto Moisés Wasserman afirmó que no se presentó al auditorio León de Greiff, donde le esperaban 1700 universitarios, porque no había garantías de seguridad. Ahora recordamos al inteligente Antanas Mockus quien, cuando era rector de la Universidad Nacional, fue capaz de suavizar y normalizar una protesta por medio de un diálogo de símbolos: cuando se bajó los pantalones y mostró las pálidas nalgas a un auditorio lleno de estudiantes asombrados.

El gobierno ofreció muy poco

Las presiones de profesores y estudiantes y el lobby a los congresistas arrojaron algunos pocos frutos. En el último momento las plenarias del Senado y Cámara aumentaron el presupuesto para las universidades públicas, dentro del Presupuesto General de la Nación. Sobre este aspecto la Ministra de Educación, Cecilia María Vélez, explicó que los 160 mil millones de pesos correspondientes al aumento para el 2010 serán distribuidos por el Icetex y Colciencias. Y puntualizó: “Lo que sí es cierto es que no se los estamos dando de la forma que ellos querían”. Moisés Wasserman explicó la “trampa” o el “confite”: “En mi concepto, 160 mil millones que anuncian como aumento,  no lo son. En realidad las adiciones son 70 mil millones que maneja el fondo del Icetex y que no  van para las universidades, que son para aumento de cobertura y no resuelven el problema. Y 30 mil millones que recibe Colciencias que son para investigación. Pero no nos resuelven la pregunta: ¿Cómo pagamos la nómina en 2011?”.

Con  el ánimo de ir a la esencia del problema anotó Wasserman: “Siempre he sido partidario de la conversación. Pero si no responden, la única alternativa es ir a una corte muy alta para que le explique al Gobierno cuál es el espíritu de la Ley 30, que es mantener la capacidad financiera de las universidades”. Por esto presentará una demanda ante la Corte Constitucional.

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Todos sabemos que este es un gobierno empecinado en hacer más ricos a los ricos, mientras la pobreza y la miseria siguen avanzando. Con el fantasma de la guerrilla se continúa implementando la estrategia de la seguridad democrática, se impone la política guerrerista y se abandonan los demás sectores. De este modo se explica que por primera vez en la historia moderna el presupuesto de seguridad es más alto que el de educación. Mientras  el primer sector tiene $21.1 billones (3.92 por ciento del PIB), educación se lleva sólo $20.6 billones (3,8 por ciento del PIB). Y un soldado profesional vale 60 millones de pesos al año, mientras un estudiante de universidad pública cuesta sólo ocho millones de pesos.

En este punto se puede afirmar que el actual gobierno quiere debilitar la universidad pública para favorecer la privada. Se busca la crisis presupuestal de las universidades para obligarlas a subir matrículas, tema que requiere la atención de los estudiantes.