27 de marzo de 2024

Los subsidios de «Agro, ingreso seguro»

11 de octubre de 2009
11 de octubre de 2009

Está muy bien que el Gobierno Nacional establezca subsidios para fomentar la producción agrícola. Los que entrega el Ministerio de Agricultura, que según el ex ministro Andrés Felipe Arias los otorga el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, tienen como objetivo “promover la productividad, reducir la desigualdad en el campo y preparar al sector agropecuario para enfrentar el reto de la internacionalización de la economía”. Hasta aquí todo está muy bien. Pero lo que no está bien es que unos recursos que deben dirigirse  a combatir la desigualdad en el campo terminen en los bolsillos de reinas de belleza, hijos de políticos y familias adineradas.

Que fue lo que reveló en su informe la revista Cambio. Por ejemplo, la ex señorita Colombia 2005, Valerie Domínguez, recibió un subsidio por 306 millones de pesos. Y hasta donde tenemos conocimiento, ella de tierra, riego y drenaje, no sabe nada. Lo suyo es el diseño de joyas, el modelaje y la actuación. ¿Cómo se explica que una persona dedicada a estas actividades reciba un subsidio no reembolsable tan alto? Lo mismo pasa con Ana María Dávila, elegida Reina Nacional del Mar en 1999, favorecida con un subsidio de 448 millones de pesos. Lo grave de esto, como lo reveló la revista Cambio, es que las dos beldades están relacionadas con el comisionista de bolsa Juan Manuel Dávila.

Juan Manuel Dávila Fernández es hijo de Juan Manuel Dávila Jiménez y María Clara Fernández, ambos favorecidos con subsidio por  445 y 440 millones, respectivamente. El propio comisionista de bolsa fue beneficiario de un subsidio por 435 millones. Valerie Domínguez es su novia, y Ana María Dávila su hermana. Es decir, una sola familia se quedó con 2.074 millones de pesos. ¿Es esto justo? ¿Representa esto redistribución equitativa del ingreso? La familia Dávila es una de las más influyentes de Santa Marta. ¿Cuánto valen sus tierras en Algarrobo, Magdalena, donde tienen inmensos cultivos de palma de aceite, para justificar semejante desembolso de dineros del Estado? 

La Procuraduría General de la Nación está en la obligación de establecer si estas personas cumplían los requisitos necesarios para recibir estas ayudas. Porque, sinceramente, se ve muy mal que un gobierno que pregona la equidad social les regale dinero a personajes que por su posición económica no necesitan ayudas del Estado. Los subsidios deben otorgarse, en justicia, a los pequeños productores agrícolas, a los minifundistas, a los cafeteros que enfrentan la crisis de la caída de los precios del grano debido a la revaluación del peso frente al dólar. Pero no a un hijo del senador Alirio Villamizar, el mismo a quien se le encontraron en su casa mil millones de pesos producto de las comisiones que tenían que entregarle los notarios nombrados gracias a su  influencia política.

Lo que el ex ministro Andrés Felipe Arias debe explicarle al país es por qué dos familias con miembros en altas posiciones del gobierno, los Lacouture Dangond y los Lacouture Pinedo, recibieron subsidios por 5.235 millones de pesos, 2.829 en el 2005 y 2.406 en el 2008, mientras pequeños agricultores que solicitaron subsidios de 20 o 30 millones de pesos fueron descartados. ¿Es esto justicia social? Nunca. Porque los beneficiados con este baile de los millones fueron los miembros de la clase alta en la Costa Atlántica. ¿Cuánto recibieron los agricultores caldenses? Sería bueno hacer la comparación. Si los subsidios fueron entregados para pagar favores políticos, el ex ministro Arias debe responder ante el país. Y asumir las consecuencias.