Amor al primer verso
La poetisa caldense celebró las bodas de oro de su matrimonio con el lanzamiento de un libro de su hija Ana Mercedes. “Entre la espada y la pared”
(Apidama Ediciones), es el título de la obra en la que la heredera deja oír su bella, propia y profunda voz. También recibió de sumami-colega la alternativa como feliz declamadora.
Cuando el poeta Vivas se abrió del parche de la vida, su “dulce enemiga” estaba embarazada de Ana Mercedes. Surrealismo puro.
El proxeneta de ese romance fue Otto Morales Benítez. Marujita, hija de un godito de amarrar en el dedo gordo, el apuesto coronel Joaquín Vieira, trabajaba en
Caracas, donde era estrella en radio y televisión.
Morales Benítez, su colega en la Academia de la Lengua, le enviaba revistas y periódicos para mantenerla datiada literariamente.
En esa correspondencia descubrió Marujita al poeta Vivas, a quien considera “el eslabón perdido entre el hombre yel arcángel”. Fue amor al primer poema. El azar, alias
que los ateos le tienen a Dios, hizo el resto.
Con el tiempo ymuchos sonetos, Marujita yVivas coincidieron en una velada en Cali. La epístolade Pablo le colgó la cereza al romance.
¿Reincidir en matrimonio a la muerte de Vivas? “En el cálculo de probabilidades nadie puede encontrar dos veces la perfección”, confiesa Marujita, nacida como el Niño Dios, un 24 de diciembre.
La historia que se repite dizque porque carece de imaginación, se había repetido,
con otros matices, en los amores que vivieron los padres de Marujita, poeta, no poetisa, porque este apelativo tiene para ella cierto tufillo paternalista. Cuando le dicen “poetisa” la hacen sentir “rara y bobita”. Se le fugan las musas.
Sus taitas se conocieron cuando Merceditas WhiteUribe, hija de Rita Uribe, tía del general Rafael Uribe Uribe, tenía diez ingenuos años y coleccionaba muñecas. El coronel
le llevaba de ventaja 22 años y una inútil guerra, la de los Mil Días.
El azar los volvió a juntar siete años después cuando mi coronel era alcalde de Manizales. Cupido se encargó del resto. El resto se llamarían Gilberto Vieira, el pacífico comunista con cara de activista del Opus Dei, y quien crió a su prole con música de los
Beatles, y Marujita, quien hace 85 años es joven. La casa de los Vieira White fue una especie de anticipada ONU en la que convivían todos los bostezos políticos.
Marujita, su esposo, Ana Mercedes, el poema que ellos escribieron a cuatro manos, decidieron vivir en olor de poesía. Congratulaciones por los primeros 50 años del casorio
de la poeta con el amor de todas sus vidas.