Manizales: 160 años de historia
Sobre todo que aquí vive una raza orgullosa de sus ancestros, formada en valores cristianos, que heredó de esa Antioquia grande que cantara Jorge Robledo Ortiz los atributos para mostrarse ante el mundo como tierra de gente emprendedora, preparada para construir futuro. No en vano sus fundadores desafiaron una topografía agreste para hacer de esta parcela de la patria un espacio geográfico con vocación de progreso.
La persona que abrió la ruta para llegar hasta los terrenos de lo que hoy es Manizales fue Fermín López. Llegó en 1834. Venía de Salamina. Buscaba un pedazo de tierra que no estuviera sujeta a la voluntad de los propietarios de la Sociedad González, Salazar y Cía, herederos de José María Aranzazu, el hombre a quien la corona española le otorgó en 1801 la concesión sobre estas tierras. Creyendo que los tentáculos de la compañía que manejaba Elías González no llegaban hasta acá, este colono desmontó el terreno para levantar su vivienda en un paraje de San Cancio. Pero al darse cuenta de que hasta aquí se extendía el dominio de la sociedad, se fue hacia el sur. Entonces fundó a Santa Rosa de Cabal.
La fundación de Manizales tiene lugar el 12 de octubre de 1849. Para fundarla, en nombre de los colonos Marcelino Palacio eleva ante la Asamblea de Antioquia la solicitud para crear el Distrito Parroquial. La iniciativa fue presentada el 16 de septiembre de 1849, aprobada el 1 de octubre de ese año y, finalmente, sancionada el 12 de octubre por el entonces Gobernador de Antioquia, Jorge Gutiérrez de Lara. Manuel María Grisales y Joaquín Antonio Arango lideraron el grupo de colonos que hizo posible la cristalización de un sueño: fundar un pueblo. Ese pueblo es esta ciudad que en octubre cumple 160 años de haber sido fundada.
A golpes de hacha, derribando montañas, sometiendo a la naturaleza, enfrentándose a las dificultades del terreno, hombres intrépidos hicieron una pequeña explanada por los lados de lo que es hoy el Parque de Bolívar. En ese sector se fundó Manizales. Y desde allí se generó el desarrollo de una ciudad que Antonio García describió como "la más importante del sur de Antioquia" debido a que fue levantada en un cruce de caminos que facilitaría la comunicación entre el Estado Soberano de Antioquia y los Estados del Tolima y El Cauca. Desde entonces esta ciudad que en los años veinte padeció dos incendios que arrasaron su sector céntrico empezó a escribir páginas gloriosas en su historia.
Manizales es fruto de la colonización antioqueña. Arreando mulas cansadas, hombres con indumentaria campesina, con un carriel de nutria colgado al hombro, un machete al cinto y un azadón en la mano, dieron inicio a la gesta fundacional. Esos hombres que descuajaron montañas nunca se imaginaron que, años después, ese pedazo de tierra que ellos empezaron a colonizar se convertiría en el epicentro de un proceso poblacional que la convirtió, gracias al espíritu emprendedor de sus habitantes, en una urbe pujante que superó las dificultades topográficas para proyectarse como punto de desarrollo comercial. El cultivo del café posibilitó su crecimiento demográfico.
Hoy, 160 años después, esta ciudad que al decir del maestro Eduardo Carranza tiene un nombre que significa juventud, continúa su itinerario de progreso como prueba de la pujanza de una raza que descuajó montañas para fundar pueblos. De aquel poblado pequeño que dos años más tarde, en 1951, cuando se realizó el primer empadronamiento, contaba apenas con 2.789 habitantes, se llegó a la urbe mediana que 160 años después tiene cerca de 400 mil pobladores. Su desarrollo urbanístico despierta el interés de los estudiosos del tema demográfico. Porque les parece tarea de titanes que sobre estas lomas se haya levantado una ciudad que hoy es ejemplo de desarrollo con calidad de vida.