El costo político del referendo
Precandidatos perjudicados
Basta una rápida mirada a periódicos y revistas para concluir que el referendo se robó el protagonismo. Mientras duró la “encrucijada del alma” numerosos precandidatos y candidatos a la presidencia tuvieron su cuarto de hora. Durante varios meses hubo debates, entrevistas y fotos; los candidatos y las campañas tuvieron su luna de miel. Existían para los medios y para la opinión, pero la sombra de la reelección oscureció el camino y se frenó el debate. Y los damnificados quedaron tendidos por el camino:
Juan Manuel Santos defiende en público el referendo pero espera que se hunda. En el mes de mayo renunció al Ministerio de Defensa y desde ese momento guardó prudencial silencio. Regresó al país preocupado por la candidatura de Noemí Sanín quien afirmó que quiere la presidencia para el 2010, sin importar la talla de los competidores. Pero de dientes para afuera Santos quiere ser leal con Uribe y al respecto señaló: “Le dije al Presidente, una vez más, que si hay referendo y hay reelección y él quiere lanzarse, que cuente con mi total y absoluto apoyo, y que si por algún motivo él decide no presentarse, entonces yo seré candidato para sucederle”. Tiene a su favor el paso por el ministerio, logros en seguridad democrática, el golpe a Raúl Reyes y la “Operación Jaque”. Es un peso pesado, pero no tiene futuro por fuera del uribismo.
La angustiosa vida de los “quíntuples” duró tres meses, mucho tiempo para este puñado de vanidades. Sergio Fajardo, Antanas Mockus, Enrique Peñalosa, Marta Lucía Ramírez y Luis Eduardo Garzón, se unieron para protestar contra el proyecto de reforma política presentado por el gobierno. Cada uno quiere ser candidato y presidente, pero quedaron reducidos al grupo de los “trillizos” (Mockus, Peñalosa y Garzón), exalcaldes con buena imagen, interesados en crear un nuevo partido para marchar unidos en elecciones locales, regionales, parlamentarias y presidenciales.
En el Partido Conservador la tormenta no arrecia pues el uribismo los está aniquilando. El exministro Carlos Holguín renunció a su precandidatura porque considera que el Partido está confundido y no debe hacer consulta para elegir candidato, mientras se viene apoyando el referendo reeleccionista. En la carrera por la consulta quedaron frustrados Fernando Araújo, José Galat, Álvaro Leyva y Andrés Felipe Arias (Uribito), porque el Partido canceló la consulta interna programada para el 27 de septiembre.
La compra de conciencias en el Congreso
La reelección se convirtió en una obsesión para Uribe y su séquito, por ello se explican las maniobras para superar el atascadero de la conciliación en el Congreso. Así se entiende una de las últimas caricaturas de Vladdo en la revista Semana que tiene el siguiente texto: “Ese referendo pasa porque pasa, cueste lo que cueste”.
Ya se han producido varias denuncias sobre la compra de conciencias. Los senadores Germán Vargas (Cambio Radical), Camilo Sánchez (Partido Liberal) y Gustavo Petro (Polo), vienen explicando que se hicieron ofrecimientos a cambio de votos para el referendo. Y la revista Semana (agosto 14-31) reseña que el gobierno logró la firma del texto conciliado, que avala la reelección en 2010, porque el Ministro del Interior los convenció de firmar. “Algunos parlamentarios señalaron que al menos tres de los conciliadores, los representantes de la U Germán Viana, Odín Sánchez y Carlos Celis, recibieron dádivas y firmaron a pesar de que habían dicho que no lo harían”.
Según el precandidato Rafael Pardo el gobierno ha utilizado dineros del Fondo Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana, que es una cuenta administrada por el Ministerio del Interior, para comprar votos en el Congreso. De acuerdo con Pardo “el Ministro del Interior ha ordenado, a través de convenios con alcaldes, la construcción de 52 palacios municipales con la intención de cambiar votos de congresistas”. Al respecto respondió el Ministro Fabio Valencia Cossio “Eso es una falsedad y son calumnias de la oposición. El gobierno es respetuoso de la autonomía del Congreso”. Y anotó para justificar la batalla por el referendo: “Nadie está en la capacidad de interpretar el alma del Presidente. Pero me parece que hay un sentimiento nacional y el clamor de los ciudadanos es que le gustaría verlo de nuevo como candidato”.
Pero a lo anterior se le suma la denuncia que hizo el representante Jorge Rozo cuando le ofrecieron contratos en el Sena, para que apoyara el referendo.
Las sombras de Yidis y de Teodolindo
En vísperas del tejemaneje para aprobar el referendo en la Cámara los colombianos recordamos la película que protagonizaron ambos personajes. Teodolindo Avendaño pasará ocho años detenido, pero tuvo su cuarto de hora, se convirtió en un congresista “famoso” porque “hizo patria”, pues con su voto salvó la primera reelección presidencial. Yidis Medina tuvo la misma mala suerte: jugó pero jugó mal.
Hoy, cuando miramos los costos del referendo, entendemos que los 400 millones de pesos que recibió Teodolindo por la venta de la notaría, es una bicoca frente a otros datos que están saliendo a la luz. Toma vigencia el escándalo por la entrega de notarías a políticos que votaron (en 2004) la reforma que permitió la reelección presidencial.
El episodio más reciente lo protagonizó el senador conservador Alirio Villamizar, quien en los últimos meses se destacó por su lucha para hacer aprobar el referendo para la segunda reelección. Cuando dos magistrados auxiliares de la Corte Suprema de Justicia allanaron su casa encontraron una caja fuerte con mil millones de pesos y 13.000 dólares. Luz Yaneth Rojas, notaria 11 de Bucaramanga, reconoció que estaba al frente de la notaría por ser cuota del senador Alirio Villamizar. Anotó que todos los meses debía entregar un porcentaje de las utilidades netas, lo que arroja un promedio de 50 millones de pesos. Teodolindo palidece de envidia.
Con la aprobación del referendo reeleccionista el 1 de septiembre, en la Cámara, le espera el examen de la Corte Constitucional y un largo y difícil camino, pues necesita más de siete millones de votos.
Será muy alto el costo político del referendo si se comprueban los acuerdos clientelistas entre congresistas y el Ejecutivo. Un golpe más para nuestra postrada democracia.