La educación necesita más cualificación cada día
También el represamiento de los procesos en los juzgados, el sida, las vías que tanto y tanto se necesitan en todas partes, los desplazados por la violencia, el costo de los productos del diario comer, las tarifas injustas de los servicios públicos, el incremento de las desnutrición infantil, del hacinamiento y los no culpables de hechos atroces de las cárceles y otras muchas estadísticas, donde el Estado y los especialistas en cada materia gozan con los números –la cantidad – y no se detienen en la cualificación de los hechos, que es donde interviene con, o sin conocimiento de causa la persona como tal, se rescata y se fortalece la dignidad y representatividad del ser humano (mejor dicho Usted y Yo), que es al fin y al cabo lo que con precisión arroja los resultados dignos de tener en cuenta para corregir tanta cosa sucia e injusta, que nos sucede todos los días.
Hay un sector básico, trascendental, que está pidiendo a gritos una verdadera y seria cualificación de sus estadísticas, y “resultados intelectuales y formativos”: la educación nacional en todas y cada una de sus escalas: preescolar, primaria, secundaria, universitaria y post-universitaria. En ellas estamos mal, porque según el ministerio respectivo y por ende el mismo gobierno, la “cobertura es sencillamente extraordinaria y ha batido todos los resultados en la historia de Colombia”. En esto puede que tengan la razón. Porque la cobertura es cubrimiento, o sea mayor y mayor cantidad. Y aquí es donde pregunto: ¿la calidad y cualidad de esa gran cobertura dónde está, dónde está reflejada y a qué nos ha conducido?…
Simplemente a una fusión, o más bien mezcla de establecimientos educativos, sin ton ni son, hay expertos preocupados con los centros educativos mixtos. Nombramientos de profesores y administrativos que no son, ni lo uno ni lo otro, reina una competencia desleal entre ellos mismos. A una pérdida alarmante de la confianza, esperanza y posibilidad de una buena formación en los profesores, de parte de los padres de familia y los estudiantes. Y por tanto nos ligamos a un gran cáncer social, que entre otras cosas ya hizo metástasis en todos los campos de la sociedad y porque tanto la salud como la educación, están convertidas en empresas comerciales, donde los resultados económicos son más importantes que la calidad de vida en la primera y la formación de buenos ciudadanos en la segunda. Necesitamos urgentemente, profesores bien preparados y bien pagos.
En materia educativa en manos de quién estamos: de las utilidades, exegéticamente concebidas, aceptadas e impuestas por quienes nos dirigen. Nos están dirigiendo personajes de ambos sexos, sin ningún escrúpulo y divorciados totalmente de la dignidad y el respeto. Afectados ya por la globalización, e inclinados formalmente por la obtención de logros a costa de lo que sea, donde quien paga los platos rotos es el ciudadano de carriel y sombrero y la mujer de delantal blanco y pañuelo, cosidos ambos por la responsabilidad y compromiso con sus hijos para que sean hombres y mujeres de bien.
La educación está descompuesta –miremos nada más las recientes matanzas dentro de los establecimientos, niños armados, maestros acosadores sexuales y de los otros…- descarrilada, se volvió utilitarista y en otro negocio de oferta y demanda. Sin una educación altamente cualificada, no llegaremos a nada.
Comunicador Social Periodista