Nacho Vives, primer gobernador de la Guajira.
Siendo Secretario encargado de la Comisión Séptima del Senado de la República, cuando estudiaba en la facultad de derecho de la Universidad Externado de Colombia, en una de las sesiones, el Senador José Ignacio Vives Echeverría propuso que se obtuviera una cita con el Señor Presidente de la República con el objeto de manifestarle que la corporación, si el Gobierno así lo decidía, estaba en disposición de otorgarle facultades extraordinarias para proferir por decreto la indispensable reforma al nuevo Código Laboral que venía siendo discutido por más de cinco años, sin ninguna posibilidad de que fuera aprobada por el Congreso, a pesar de haber obtenido consenso sobre su articulado con todos los sectores del capital y del trabajo. Encargado de la misión llamé al Secretario Privado del Presidente doctor Pedro Felipe Valencia, quien concedió la entrevista para el día siguiente.
Enterado del contenido de la proposición el Señor Presidente Valencia agradeció en los términos más elocuentes posibles – como era de su estilo -, la generosidad de la intención, que cobraba máxime importancia en vista de que días antes el Presidente de la Dirección Liberal, Turbay Ayala, había declarado que el Liberalismo no era partidario de otorgar facultad extraordinaria alguna al Presidente puesto que desconfiaba de su buen uso y además, de prosperar esa metodología, se despojaría de funciones al Congreso, según argumentaba en su discurso.
Como de otro lado, por esos días había sido aprobado el Acto Legislativo No. 1 de 1964, que convertía a la Guajira en nuevo departamento con iniciativa, promoción y acompañamiento del Senador José Ignacio Vives Echeverría, quien se batió como un tigre para lograr tal finalidad, el Presidente aprovechó la ocasión para indicarle que le gustaría que de común acuerdo fijarán la fecha de sanción del acto Legislativo que le daba vida al nuevo departamento, por lo cual el astuto Senador, a su vez, se sirvió del diálogo para decirle, sin ningún recato ni protocolo: “Señor Presidente, desde luego, yo voy a ser el primer Gobernador no? Ante la sorpresa del mandatario y la hilaridad de los asistentes a la reunión, el parlamentario atinó a decir: “Me explico, como el número de los departamentos es impar y la Constitución obliga a observar la paridad en los cargos públicos, para cumplirla hasta ahora, ha sido necesario completar la lista de gobernadores con la Alcaldía de Bogotá (que en ese entonces era de la designación del Presidente). Por tanto, si con la Guajira se completa un número par de Gobernaciones ya no es necesario jugar con la Alcaldía de Bogotá y en eso me baso para decir que el nuevo Gobernador debe ser de filiación liberal”. A todo lo cual, para mayor sorpresa nuestra, el Presidente respondió, mirando a Vives Echeverría: “Tiene Usted toda la razón, distinguido GOBERNADOR. En los meses siguientes recibimos de manos de Paco Castro, para entonces Tesorero del Senado y compañero de oficina del Senador, cordial invitación para asistir a la inauguración del nuevo departamento y simultáneamente a la posesión de su primer Gobernador, el doctor JOSE IGNACIO VIVES ECHEVARRIA, según rezaba la respectiva tarjeta.