8 de octubre de 2025

El futuro del aeropuerto Matecaña divide a Pereira entre modernización y traslado

8 de octubre de 2025
8 de octubre de 2025
Crédito: Aeropuerto Matecaña


Pereira, 8 de octubre 2025. El debate sobre el futuro del Aeropuerto Internacional Matecaña volvió a tomar fuerza durante el foro “El Dilema de Matecaña”, un espacio académico y ciudadano que reunió a especialistas, exfuncionarios y miembros de la comunidad para discutir las perspectivas de desarrollo del principal aeródromo del Eje Cafetero.

El evento, convocado por el Diario del Otún, la Fundación Universitaria del Área Andina, y los colectivos Ágora Cívica y Vigía Cívica, se convirtió en un punto de encuentro para analizar, con datos y proyecciones, las implicaciones técnicas, económicas y sociales de mantener o trasladar el aeropuerto de Pereira.

Un aeropuerto con historia y retos

Durante el encuentro se repasaron los antecedentes de la terminal aérea, su evolución y las limitaciones de su infraestructura. Uno de los aspectos más debatidos fue la longitud de la pista, actualmente de 2.200 metros, y la posibilidad de una nueva ampliación que permita recibir aeronaves de mayor tamaño. Según se recordó, el proyecto para adelantar estudios técnicos de expansión fue suspendido por falta de recursos nacionales, lo que mantiene en pausa una decisión clave para su proyección futura.

El análisis incluyó comparaciones con otros aeropuertos del país, como El Edén (Armenia) y El Dorado (Bogotá), este último convertido en uno de los principales centros de conexión aérea de América Latina. La conclusión general apuntó a que el crecimiento del tráfico aéreo será inevitable en la región, por lo que el Matecaña deberá prepararse para responder a esa demanda si desea conservar su liderazgo regional.

El dilema del traslado

Uno de los temas más sensibles del foro fue el posible traslado del aeropuerto a una zona rural del occidente risaraldense, propuesta que ha estado sobre la mesa desde hace varios años. Quienes se oponen argumentan que el Matecaña, ubicado dentro del perímetro urbano, ofrece ventajas logísticas y de conectividad para los viajeros del Eje Cafetero, además de un valor simbólico ligado a su origen cívico.

Los defensores de un eventual traslado, en cambio, señalan los riesgos urbanos y de capacidad que supone mantener una terminal aérea dentro de la ciudad, en un entorno que cada vez demanda más espacio para vivienda y movilidad. Sin embargo, los altos costos de una relocalización —estimados en más de 600 millones de dólares— hacen que la idea resulte, por ahora, poco viable.

Una mirada más amplia

Más allá de la infraestructura, los asistentes coincidieron en la necesidad de pensar el aeropuerto dentro de un modelo regional de desarrollo. Se destacó que los aeropuertos modernos funcionan como centros económicos y logísticos, capaces de atraer inversión, turismo y empleo, lo que obliga a repensar la función del Matecaña en el contexto de Pereira y su área metropolitana.

En el foro también se planteó la importancia de incorporar una visión prospectiva: analizar las proyecciones de crecimiento demográfico, las nuevas dinámicas de movilidad y el impacto ambiental de una eventual expansión. La discusión, según los asistentes, no debe limitarse a un dilema técnico, sino abrirse a una reflexión colectiva sobre el modelo de ciudad y región que se quiere construir.

Crédito: Aeropuerto Internacional Matecaña.

Una conversación que apenas comienza

“El Dilema de Matecaña” dejó más preguntas que respuestas, pero también la sensación de que el debate público sobre el futuro del aeropuerto apenas comienza. En un contexto donde la infraestructura aérea es determinante para la competitividad regional, la decisión sobre su ampliación o traslado deberá basarse en criterios técnicos, económicos y ambientales, evitando intereses particulares o visiones cortoplacistas.

Por ahora, el consenso parece claro: el Aeropuerto Matecaña sigue siendo el corazón aéreo del Eje Cafetero, pero su destino dependerá de la capacidad de la región para planear a largo plazo y anticiparse a los retos que traerá el crecimiento urbano y tecnológico de las próximas décadas.