Miguel Granados Arjona/Pantalla & Dial
El 27 de abril recibí un correo de doña, Nidia de Marino, “Edgard, con mucho dolor le informo que mi hermano Miguel fue hospitalizado, está muy delicado de salud.
Cordial saludo.
Nidia.
El 28 de abril partió Miguel a la dimensión desconocida, un profesional del micrófono que en su tono pausado y grave le dio ritmo y sabor a una Bogotá fría de ancestro republicano. El inolvidable Mike, fue grande sin ostentación, pedantería ni soberbia su mejor argumento fue su personalidad, creatividad y sencillez.
Partió en el silencio de su soledad y abandono de quienes se beneficiaron de su talento y generosidad.
Esta entrevista es un homenaje póstumo al inolvidable, Viejo Mike con mi admiración y cariño hasta siempre MÍGUEL.
“William Vinasco me robó mis ideas”: Miguel Granados Arjona
Entrevista Pantalla y Dial /
Édgard Hozzman ehozzman
Su voz pausada y grave le dio identidad y calidez a su locución. En Miguel Granados Arjona se fusiona el talento, la originalidad, la vocación radial y el bohemio transparente, idealista y romántico comprometido con la música caribeña, con el vallenato al que el definió como, “nuestra máxima expresión folclórica”.
Fue quien llevó el ritmo y el sabor a la Bogotá que comenzaba a habitar la segunda mitad del siglo XX. Testigo de los cambios generacionales que le dieron la dinámica de una urbe internacional a la Bogotá en la que irrumpieron sonidos como el Ye Ye y Go Go, que abrieron el camino a las tribus urbanas como la cultura Hippie.
Miguel, con su programa dominical, «El Ricon Costeño», fue el primer promotor del folclore del litoral Atlántico y a través de él llegaron, Los Corraleros del Majagual, La Sonora Cordobesa, Alfredo Gutiérrez, Aníbal Velázquez, Colacho Mendoza, Los Hermanos López, Los Hermanos Zuleta, entre otros. Con él, Todelar logró sintonía total.
A comienzos de los setenta creó, «Una hora con La Sonora», espacio que fue institucional en el Circuito del pueblo colombiano. Hoy, este programa, sin la autorización de su gestor lo usufructúa, William «el original» Vinasco, quien se ha beneficiado económicamente, publicitariamente y promocionalmente. William, como dijo mi maestro Gohete: «Hasta el éxito se compra, solo la gloria se conquista». Miguel ha sido el héroe de su historia, William es el triste espectador de sus angustias.
Como productor en Colombia de los Sellos Fania – Vaya y Cotique, doy fe de la importancia de Miguel Granados Arjona en la difusión y promoción de la salsa, gracias a su apoyo logré que este elenco se ubicara en Bogotá y en el centro de Colombia. A través del espacio Salsa con Picante, a través de la Voz de Bogotá, lancé a Rubén Blades, Héctor Lavoe y las estrellas de Fania, además a Joe Madrid, Beto Díaz, Adolfo Barros y los dos primeros temas que se le grabaron a Jairo Varela, «El difícil» y «El negro soy».
A Miguel, ninguna compañía discográfica le ha reconocido lo que hizo por el género musical que tantas utilidades les ha reportado, tampoco lo ha hecho ningún artista.
Quien despertó el Caribe que tienen los bogotanos fue Miguel Granados y además fue quien impuso la música tropical, la Sonora Matancera y la salsa.
–¿Cómo llegó a la radio Miguel Granados?
–Llegué cuando me encontré un micrófono en mi camino por allá en 1946. Estaba estudiando bachillerato en un colegio público de Barranquilla para varones. Un condiscípulo hacía un programa en Emisoras Variedades. Él sabía que yo tenía un gran amor por la radio, un speaker escondido. Un día me invitó y me dijo: «Migue, tú tienes buena voz, haz un programa comercial con musiquita y noticias”. Eran los años primaverales en los que uno quiere sacar a relucir la pedantería del filósofo, el intelectual y el literato.
–¿Cómo nació una hora con la Sonora?
–Cuando yo instituí ese programa fue una novedad en la radio capitalina. La razón social de ese programa me pertenece, los derechos de autor son míos, desafortunadamente y abusivamente se ha apropiado de este crédito el Sr. William Vinasco. La gente que sabe de radio y los biógrafos saben que este programa lo inicié a comienzos de los años setenta. William sin pedirme ninguna autorización comenzó a hacer el programa. He pensado en tomar las mediadas del caso, porque de este programa se ha lucrado Vinasco y a mí no me ha dado un peso.
–¿Cuál fue su modelo radial?
–Barranquilla fue la cuna de la radio colombiana, esta tenía una gran influencia de la excelente radio que se hacía en Cuba, por nuestra identidad y hermandad caribeña. Hernando Franco Boso, locutor de mucha experiencia, animador de un espacio que fue número uno en Panamá y centro América, fue mi maestro. Por esas coincidencias de la vida llegué a la emisora que él tenía en Barranquilla CRC, Cadena Radial del Caribe. Franco fue mi modelo radial.
–¿A quién escuchas, cómo te informas y a quién admiras?
–Escucho Caracol y La W, a Hernán Peláez y a Julio Sánchez. Ese hombre es la revelación periodística.
–¿Cuál ha sido su mejor discípulo salsero?
Fueron dos Jaime Ortiz Alvear y Guillermo Monsalve.
–¿Usted vivió el momento estelar de la Fania como la recuerda?
–Fue un plan ambicioso del binomio, Jerry Masucci y Johnny Pacheco. Fue el acto de la escena musical antillana que hizo vibrar al núcleo latino en todas las latitudes, a mediados de los años setenta, comienzos de los ochenta, este lapso lo viví intensamente, fue inolvidable. En el elenco de Fania, todos eran estrellas, maestros en sus respectivos instrumentos, cantantes y soneros, Héctor Lavoe, Ismael Miranda, Ismael Rivera, Cheo Feliciano, Celia Cruz, Richie Ray Bobby Cruz, entre muchos más. Fueron años que le dieron mucha alegría a mi vida, años irrepetibles.
–¿Por qué Bernardo Tabón de la Roche le dio la dirección de Radio Continental?
–Él consideró que reunía los requisitos para estar al frente de la básica de Todelar en la capital. Era buen libretista, tenía experiencia e ideas innovaras. Con el Rincón Costeño, nació el eslogan,Sintonía total. Saludaba a la audiencia de este espacio con mi eslogan, Acá comienza la película y lo despedía, acá termina la película. En este programa di a conocer el vallenato con Alfredo Gutiérrez, Aníbal Velázquez, además del sonido de Los Corraleros del Majagual.
–¿Es importante que vuelvan a exigir la licencia de locución?
–Es definitivo por lo que escucho, en la radio y la televisión. Hay una gran despreocupación del gobierno por el control de quienes hablan a través de la radio y la televisión. Sé que en ciertos medios hay profesionales serios y objetivos, pero en otros desprestigian la profesión.
–¿Cuál es su caja sonora?
Mi caja sonora la anima el sonido de Richie Ray & Bobby Cruz – La Orquesta Aragón -Miguelito Valdés- La casino de la Playa de Cuba- Las estrellas de Fania- La Sonora Matancera. Este era el eje del sonido de mi programa, Salsa con picante.
–¿Tito Rodríguez o Los Zuleta?
–Son dos géneros antillanos diferentes. Para mí, Tito Rodríguez rey de la pachanga y la Charanga.
–¿A que artista colombiano admira?
A Carlos Julio Ramírez, Nelson Pinedo, paisano y gran amigo mío. El único sobreviviente de la sonora. Él le pidió a Rogelio Martínez que le permitiera continuar con La Sonora, desafortunadamente un leguleyo acabó con lo hubiera sido una realidad y hoy la orquesta continuaría viva.
–¿Cuántas cebicherías pautaban en tu Salsa y picante?
Todas, a mi me gustaba el cebiche y todas me atendían y ninguna pagaba: era un canje tácito.
–¿El reggaetón acabó con la Salsa?
–La salsa es la salsa, el reggaetón es un género de moda, como muchos que llegaron y hoy nadie los recuerda. La salsa llegó para quedarse y ha permanecido vigente por medio siglo. Cuando la comencé a difundir tuvo una aceptación inmediata en Bogotá y el centro del país, recuerda que a Todelar, la oían y le crían. La salsa es la fusión de todos los géneros folclóricos de la cuenca antillana, Cuba Puerto Rico, la Republica Dominicana, Colombia, Panamá Venezuela. Tiene mucho ritmo, en este género se funde el sentimiento Caribe y antillano.
–¿Por qué fue grande Todelar?
–Fue grande porque Bernardo Tobón de la Roche supo capitalizar el talento y la mística de quienes nos comprometimos con su empresa, él fue el único ganador.
–¿Cómo recuerda al maestro Andrés Salcedo?.
–Acabo de leer su último libro, me lo prestaron. Lo admiro como escritor y periodista, es un profesional donde lo pongan, hizo historia en la televisión alemana, un narrador con gusto y dicción.
–¿Una voz noticiosa?
–Dos: Manolo Villarreal y Marcos Pérez
–¿Una voz deportiva?
–Carlos Arturo Rueda.
–¿Una voz comercial?
–Gonzalo Ayala
–¿Pacho Galán o Lucho Bermúdez?
–Los dos fueron maestros irrepetibles, ellos le dieron identidad al folclore del litoral Atlántico, son dos clásicos de la música colombiana.
–¿Tus colegas han sido ingratos?
–Algunos. La cierto es que cuando el frio del invierno toca nuestras puertas, este ahuyenta a los que ayer nos adulaban. Las angustias son más llevaderas en silencio, amante de la soledad.
–¿Te han robado ideas?
–Si algunas, la que más me ha dolido, «Una hora con La Sonora».
–Gonzalo Ayala tercia, hay algo que quiero significar en Miguel, Una hora con La Sonora, fue un exitoso programa en la voz de Miguelito, no solo por la música, sino por el carácter tan sabroso que le imprimía, la espontaneidad, esa naturalidad, ese tratamiento que le imprimía, a lo que agrega Miguel: “lo mío era el picante, yo promocioné y traje la Salsa a Bogotá”.
–¿Qué opina de la imitación que te hizo Guillermo Díaz”, pregunta Gonzalo Ayala.
–Una amable caricatura, Guillermo es un hombre muy talentoso. Un día mi hija que vive un New York me llamó y me pregunta: ¿Papá, estás trabajando en Caracol?. No mija, ¿por qué? Te he escuchado en Caracol. Me puse a chequear a Caracol, cuando escuché la imitación de este vergajo me reventé de la risa. Guillermo es genial.
Agradezco la colaboración de dos grandes profesionales de la radio, Alberto Cepeda Zubieta y Gonzalo Ayala, quienes hicieron posible este testimonio de Miguel Granados Arjona, Grande sin pretensiones.