17 de marzo de 2025

Los siete días finales de Alzate (2)

20 de noviembre de 2010
20 de noviembre de 2010

Más que su crisis de salud, le preocupaba la agenda del día siguiente, dominada por un encuentro convocado para las diez de la mañana en el Directorio Nacional Conservador, en el que se iba a sellar  la unión de su movimiento con la vertiente de Mariano Ospina Pérez.

Pese a la gravedad de la crisis, mantenía su determinación de no admitir que venía enfermo de tiempo atrás para no preocupar a su familia y a sus amigos y se resistía a recibir la visita médica domiciliaria que le ofrecían sus seres queridos.

El lunes 21, sacando fuerzas de flaqueza, abandonó el lecho y abordó un  taxi en la puerta de su casa. No se sentía capaz de conducir su automóvil. Llegó al punto de encuentro con el ex presidente y los parlamentarios de las dos corrientes conservadoras con dos horas de retraso. Todos ignoraban que sería el último acto político en la agitada existencia de Alzate, quien olvidándose momentáneamente de sus dolencias, convocó para las horas de la noche, en su casa, a los miembros del nuevo directorio ospino-alzatista. La naciente coalición esperaba una representación importante en el gabinete que se aprestaba a reajustar el presidente Alberto Lleras Camargo.

Para su fiel escudero y amigo personal Antonio José Uribe Portocarrero, su aspecto no era saludable. Se notaba muy encendido su rostro y de un nerviosismo exagerado. Tan impactado quedó, después del encuentro en el DNC,  que se ofreció a llevarlo, en su carro, de regreso a su residencia. A la altura del Barrio La Merced, al pie de Parque Nacional,  arreció el mal que incendiaba las entrañas del Mariscal y el ángel guardián optó por dirigirse a su casa, que estaba más cerca que la de la familia Alzate Ronga. El líder se quejaba discretamente. Por teléfono comenzó la desesperada búsqueda de asistencia médica.

Primero lo vio el internista Alfonso Uribe Uribe, uno de los mejores clínicos de Colombia, quien emitió un diagnóstico errado: “Parece que el doctor Alzate está haciendo un infarto; hay que proceder a llamar un cardiólogo y aplicarle unas inyecciones”.

Cuando el médico sugirió el nombre de su colega “El Chato” Valencia, Alzate expresó  de muy mal humor: “Ese ni de vainas! El tal Valencia es amigo íntimo del Presidente Lleras y cualquier cosa que yo tenga, se va a volver comidilla política en Palacio, en momentos en que requerimos la reestructuración del gabinete”. Finalmente, aprobó que se llamara al cardiólogo y amigo  suyo Juan Consuegra Zulaica, quien lo asistió ya en la casa de los Alzate. El segundo facultativo negó que hubiese infarto y detectó las dolencias en la vesícula biliar y el hígado. Se recuerda que aquella noche la residencia de la familia era un hervidero de gente. Sus más íntimos amigos realizaban esfuerzos por calmar a su jefe.

El miércoles 23, tras dos días de exámenes rigurosos, el Caudillo fue operado por el cirujano Alfonso Bonilla Naar.

El jueves 24, el paciente mostraba un mejor aspecto, pero su intemperancia iba en ascenso porque el gobierno no había tenido en cuenta a sus candidatos en la conformación del nuevo gabinete. Decíamos el domingo pasado  que llegó a tal grado la exacerbación que se bajó de la cama y con la herida y el estómago a dos manos, cual león enjaulado, recorría los pasillos de la Marly lanzando denuestos contra El Monarca de Chía.

El viernes  25 (víspera de la muerte de este coloso de la política) una junta médica reunida de urgencia determinaba que era necesario volver a operar. Presintiendo lo peor, Alzate pedía un confesor y papel para dejarle por escrito unas recomendaciones familiares a doña Yolanda. Cumplidas estas dos últimas voluntades, fue llevado nuevamente al quirófano. Falleció durante la segunda operación, más prolongada que la primera, a las 4 y 42 minutos de la madrugada del sábado 26 de noviembre de 1960. Sus restos reposan en el Cementerio Central de Bogotá.

La apostilla: La mayoría de los biógrafos coincide en que con la temprana desaparición  de Alzate, cambió el rumbo de la historia de Colombia.