Shakira está casada
En Colombia hay dos formas de celebrar matrimonio: 1) La solemne que se realiza ante juez, notario, sacerdote o pastor. 2) La consensual, llamada Unión Marital de Hecho, que se perfecciona con la manifestación responsable y libre de la pareja de compartir la vida. Ambas formas están protegidas por la ley y las diferencias son mínimas. La realidad social implora que se unifiquen los efectos de una y otra, para que cese la protección legal de la bigamia que se ha impuesto en Colombia. Requisito esencial para reordenar el matrimonio es el de establecer que los consensuales solo generen efectos a partir de su inscripción en el registro civil, hecho a partir del cual quedan sujetos a las reglas generales de los solemnes.
Las personas casadas entre sí son reconocidas por la sociedad por la convivencia, que hoy en día puede tener interrupciones por motivos laborales y aun por conveniencia. Cuando la pareja comparte techo, sin importar la modalidad, y además mesa y se presenta como personas comprometidas en convivencia, no hay la menor duda de que ha celebrado matrimonio, a lo menos consensual, cuyos efectos personales son semejantes a los del matrimonio ceremonia y los patrimoniales dependen del cumplimiento de las condiciones que la ley establece tales como singularidad y permanencia en el tiempo. La singularidad no siempre ha sido exigida por los jueces. En el caso SHAKIRA, ya se cumplieron los requisitos, aun cuando tengo entendido que firmó capitulaciones maritales que impiden el nacimiento de sociedad patrimonial. Más evidente es el matrimonio cuando la pareja tiene por lo menos un hijo en común.
Así como en el matrimonio ceremonia no es necesario que marido y mujer vivan permanentemente bajo el mismo techo como cuando cumplen obligaciones laborales en diferentes localidades, tampoco en el matrimonio consensual es obligación compartir a diario el techo conyugal. Lo que se requiere es una convivencia más o menos permanente, de tal manera que así lo aprecien las personas que están cercanas a la pareja.
Es importante distinguir la relación de amigos, de la de noviazgo y la de casados. Los amigos no tienen propósito de formalizar el matrimonio. Los novios si tienen compromiso, así sea solo moral, de casarse y aun cuando pueden llegar a tener contacto sexual, no comparten lecho de manera permanente, ni asumen comportamientos que los haga presumir marido y mujer. Los casados viven juntos, se apoyan, la comunidad los considera pareja y saben que se brindan compañía permanente.
El Tiempo del jueves 12 de agosto de 2010 publicó una noticia titulada “Shakira volvió a aparecer junto a su novio Antonio” y aclara que la aparición se dio luego de una presunta infidelidad o romance de la Barranquillera con el futbolista Gerard Piqué. Si Shakira y Antonio llevan juntos 10 años, viajan y comparten lecho, Fernando de la Rúa, su cuñado, es su representante artístico, si están siempre juntos en vacaciones, se cumplen todos los elementos esenciales para afirmar jurídicamente que SHAKIRA está casada, en matrimonio consensual, por lo que resulta impropio hablar del “noviazgo” de SHAKIRA, quien desde hace años abandonó su soltería.
SHAKIRA, por lo demás, es un símbolo nacional de gran valía, no solo por sus calidades artísticas, sino por su entrega a tareas que cultivan el amor patrio. También debe ser un símbolo familiar y su matrimonio ejemplo para las nuevas generaciones. Por esta razón, el legislativo y los jueces tienen la obligación de revisar las normas sobre familia para terminar la penumbra que hoy se presenta entre una relación de noviazgo o amantes, frente a la de matrimonio.
Abog. Carlos Fradique-Méndez