28 de marzo de 2024

Locutores y periodistas que dejaron huella

6 de junio de 2010
6 de junio de 2010

armando plataCon la satisfacción de haber dejado una positiva huella en los medios audiovisuales. Huella que generó una escuela de comunicadores, descomplicados e integrales, disc-jockeys, excelentes locutores, y periodistas.- Hoy después de haber recorrido el mundo, con las inquietudes propias de su personalidad, ha encontrado reposo a sus angustias y evocaciones, en las aguas y tierras que ayer fueron testigos de sus primeros afanes de conquistador de fantasías, El Sisga. En las orillas de este lago artificial, encotró puerto seguro y confiable por lo que no dudó en echar ancla en sus dulces aguas. “El Chupito” (foto) allí en su “Gloria”, camina lentamente el trecho más amable de su existencia, los seis meses del año en el que le huye al otoño y al invierno de la Unión Americana, país que el adoptó como su segunda patria. “La Gloria”, es una casa rodeada de unos buenos acres de tierra y otros tantos buenos metros de agua. Esta casa fue construida de acuerdo con la idiosincrasia de Plata Camacho, en cuyo proceso electromagnético se gestó este original lugar de reposo. Alejado de micrófonos, cámaras de televisión y el agite propio de su profesión, hoy Armando ha retornado a su ayer bucólico, rodeado de perros, gatos, gallinas cabras, las que el mismo ordeña y un burrito. Recordemos que en el lomo de un asno, “Go go”, “el Chupito” hizo su primer periplo por tierras cundiboyacenses, a comienzos de los inolvidables años 60s. Además de consentir sus animales, también está pendiente de la gran huerta, en la que cultiva, papa, lechuga, fresas y otras frutas propias de la región. Allí lo visitan amigos y admiradores, allí le está devolviendo el tiempo que le debía a la lectura y a la reflexión. Este es vivir con su pasado y presente.

Gonzalo Ayala, sin amarguras dio un paso al lado, dejó la radio y la televisión, para vivir anónimamente y en paz su voluntario retiro. Acompañado de su esposa Pilar y su hija, Marcelita, vive entre su amada tierra, la que lo vio nacer, Vélez y Bogotá. Dedicado a la lectura, a la música que le dio identidad como el gran discjockey el mejor de los años 70s. Sonido generoso en bellas voces, arreglos y una lírica que se convirtió en el lenguaje del corazón, para los que habitamos este inolvidable lapso del siglo XX.
“No sé donde estás y esta carta la escribo no por ti, no por mi” estas son las primeras palabras del clásico de la canción hablada, “La carta que nunca envié”. Tema especialmente escrito, por Alfonso de Lasprilla, para “La Voz del Corazón”, Gonzalo Ayala. El padre de “Pompín”, personaje imaginario que identificó los años dorados de Radio Tequendama de Todelar. Si sabe donde está y no ha escrito ninguna carta nostálgica, Ayala ha continuado en silencio y animado su camino con la gran satisfacción de haber sido la voz comercial mas cotizada de los años 70s- 80s y 90s.La que identificó a las mas importantes empresas nacionales e internacionales, recordando su positivo paso por la televisión como uno de los grandes actores de los 70s y 80s. Hoy le devuelve el tiempo que por razones de sus ocupaciones, no le dedicó a su gran pasión, la pintura y a la decoración de interiores. En mi visita a la tierrita, tuve la oportunidad de compartir una tarde inolvidable con nuestras respectivas familias en el bello apartamento de Gonzalo, decorado con el gusto de alguien que transpira arte por cada poro. Sin ninguna angustia, rencor o amargura, recordamos su positivo paso por los medios audiovisuales, evocación generosa en anécdotas, alabó las bondades de comunicador de Julio Sánchez C, a quien escucha para informarse.

Fabio Becerra Ruiz, quien le informó a Colombia su diario acontecer, el de este planeta y sus límites siderales, con su excelente voz y dicción en los años 60s-70s y 80s a través de Sutatenza, RCN, Melodía, Caracol y TV Sucesos. En el decenio de los 80s se despidió como los grandes, leyendo el noticiero Caracol al lado de, Gustavo Niño Mendoza, Edgard Oviedo, Juan Manuel Rodríguez y Jesús Alzate Arroyo. Éste fue el mejor lapso de la radio noticiosa, cinco grandes voces informándole a Colombia y al mundo, eran los años en que Caracol era la primera cadena radial de Iberoamérica. Fabio lo hizo en el momento indicado, cuando su nombre estaba en el tope como locutor noticioso.
Se retiró para dedicarse de lleno al Derecho, carrera que estudió paralelamente a su actividad de comunicador. Hoy vive dedicado a su gran vocación, la música. Sin ningún afán económico se ha dedicado a promocionar nuestro rico folclore, viajando a Europa y África llevando nuestra identidad musical, positiva imagen de Colombia ante el mundo. La personalidad Becerra Ruiz, es indiscutiblemente una de las más auténticas y folclóricas, no tiene problema de vestir un atuendo., árabe, hindú, boyacense o la de cualquier tribu ancestral del África y pasearse tranquilamente por las calles neoyorquinas o bogotanas. Fabio Becerra Ruiz, recuerda con cariño sin ninguna amargura su paso y aporte a la radio. Admira a dos grandes comunicadores de la radio de hoy, Julio Sánchez C y Gustavo Gómez a quienes escucha para informarse. Mi paisano es hoy el hombre feliz, título que tuvo otro gran boyacense el siempre recordado, Álvaro Ruiz -qepd-.

antonio pardoAntonio Pardo García, para mi gran sorpresa lo encontré en su amable retiro, la faceta que no conocía la de periodista investigativo y cronista. A lo largo de más de un tercio de siglo de nuestros nexos de comunicadores, no había tenido la oportunidad de conocer al escritor, hoy después de haberlo descubierto, sinceramente creo que Toño es más escritor, que periodista radial, aclaro siendo Antonio uno de los gestores del cambio que se produjo en nuestra radio a finales de los 70s y de haber hecho parte del mejor equipo de 6 a. m – 9 a. m, en los 80s. Tuve la oportunidad de ser su invitado a su hogar, en el que compartimos con mi paisano Fabio Becerra R, una tertulia generosa en anécdotas y la lectura de parte de sus escritos. Es increíble la claridad y objetividad que tiene Pardo García de la crisis a atraviesan los medios nacionales e iberoamericanos. Otra amable sorpresa fue saber de su afán en la difusión y el rescate de nuestro folclore, el que comparto por ser un enamorado de lo nuestro. Antonio es otro de los comunicadores que vive feliz, con la satisfacción de haber cumplido con su objetivo y sin ninguna amargura por no haberse eternizado en los medios.

Por un error involuntario en la remembranza de los sesenta años de Codiscos, olvidé los nombres de dos grandes directores artísticos y productores de esta importante compañía: Humberto Moreno y Marco F. Eusse, quienes aportaron su talento y vocación para la proyección de esta importante y querida compañía discográfica.

“El hombre es amo de su felicidad o esclavo de sus obsesiones”.

Edgard Hozzman- Londonderry New Hampshire -VI-7-010