10 de diciembre de 2023

Mi visión de Otto Morales

15 de agosto de 2009
15 de agosto de 2009

Se trata del hombre grande de Caldas, Otto Morales Benítez,  quien llegara lúcido y animado más que nunca a los 89 años,  el pasado siete de agosto, mientras el país celebraba otro aniversario de la memorable Batalla de Boyacá.
El doctor Morales nació en esa fecha, en Riosucio, población que se ha hecho famosa por su Carnaval del Diablo y por su Encuentro de la palabra. Hizo sus estudios primarios y secundarios en Riosucio y en Popayán.  Se graduó de abogado en la Universidad Pontificia Bolivariana; de Medellín, en 1944, en la era del Monseñor Félix Henao Botero y bajo la égida del doctor Guillermo Jaramillo Barrientos.
En el despegue del Frente Nacional, en la administración del presidente Alberto Lleras Camargo, ocupó dos ministerios: el de Agricultura  y el de Trabajo,  ya que siempre tuvo en su óptica el terreno social.
En el periodismo se recuerda su manejo  del suplemento “Generación, del diario  "El Colombiano". También paseó su pluma por las páginas  de “El Heraldo de Antioquia". Fue columnista de El Tiempo, Sábado, La Patria, Semana y La Mañana, entre otros diarios del país.
Colaboró desde la presidencia de la Comisión de Paz durante el gobierno del presidente Belisario Betancur, su amigo de toda la vida. Muy conocido en el continente, tiene amistades en todos los países latinoamericanos, como el ex presidente Rafael Caldera, en Venezuela, por aquello de las afinidades en el campo de lo laboral.
Amigo grande, asimismo, del presidente Carlos Lleras Restrepo se alió con Hernando Agudelo villa para sacar adelante, entre los tres, la prestigiosa Sociedad Económica de Amigos del país. Al trío se sumó luego el doctor Fernando Hinestroza Forero, el educador por excelencia y quien regenta el Externado de Colombia. Precisamente, el Externado editó y publicó una obra titulada "Planteamientos sociales”, en la que está relejado  reflejado todo su manejo social en el terreno laboral y recuerda que no debe abandonarse lo social, aunque hay que luchar por la productividad.
En la política incursionó el doctor Morales sin temor y llegó hasta precandidato liberal, parlamentario, orador ,humanista, pensador, crítico y nada más y menos en la actualidad de lleno en la Feria del libro en Bogotá.
Ahora está dedicado a estructurar la Cátedra "Otto Morales Benítez" en la Fundación Universitaria para el área andina. Será de orden magistral con el fin de mantener prendida la llama del aprendizaje y la formación abierta y especial de los profesionales futuros en este mundo de la globalización.
De su vida familiar, no olvida los rigores de su padre, don Olimpo: la amistad con sus queridos hermanos William, Omar, Armando, Ligia y con sus hijos Adela y Olimpo, sin olvidar nunca al joven Daniel, quien muriera trágicamente en París, donde estudiaba.
Su amor eterno por su inolvidable esposa, doña Livia Benítez Jiménez, lo transnocha, pero el recuerdo lo maneja con la lectura diaria por cuatro horas que hace disciplinadamente y que además lo lleva a permanecer atento a escribir.
En su oficina del edificio "Colpatria", en el centro internacional de Bogotá, recibe la visita de sus amigos, intercambia opiniones y suelta, como su costumbre ,la especial carcajada con lo que demuestra la enorme alegría y lo profundo de su corazón.
Sereno, tenaz, disciplinado y, sobre todo, con humildad al caminar por la carrera séptima saluda a quien lo hace detenerse para manifestarle el consabido “adiós doctor Otto”.
Vivió momentos especiales en el pasado con el doctor Gabriel Turbay, a quien califica de audaz en todos los campos: orador recio y profundo, amén de añorar sus encuentros en su Manizales del alma, donde gozó de la amistad de don Manuel Mejía Jaramillo y Arturo Gómez Jaramillo, y en Bogotá con el doctor Jorge Cárdenas Gutiérrez, en los manejos de la historia del café, donde siempre desparramó erudición al escribir sobre el oro verde de los colombianos, efectuando acciones al  limón con el doctor Diego Pizano Salazar.
Para terminar, amigos de Eje 21, la verdad es que el doctor Otto tiene más de cien obras en todos los terrenos y sigue todos los días respondiendo a ese afán de aplicar aquello que es con la historia que se edifica adelante, pero se lee y recuerda hacia atrás.

Bogotá, agosto de 2009