2 de diciembre de 2024

El negro grande de Gerona

28 de junio de 2009
28 de junio de 2009

Contraplano

Por Orlando Cadavid Correa ( \n [email protected] Esta dirección de correo electrónico está protegida contra los robots de spam, necesita tener Javascript activado para poder verla Esta dirección de correo electrónico está protegida contra los robots de spam, necesita tener Javascript activado para poder verla )

Orlando Cadavid con Iván Zapata
orlando cadavidEn su apartamento del sector de Laureles libra una pertinaz batalla con La Parca el entrañable amigo Iván Zapata Isaza, voz mayor de la locución noticiosa en Antioquia.

Hombre de dilatado recorrido en la radio medellinense, el llamado Negro grande de Gerona (su barrio natal), marcó un hito en su profesión en la segunda mitad del siglo XX.

Cuando dio el gran salto de “Adelante informa”, el noticiero de Hemel Ramírez Benjumea, al irrepetible radioperiódico “Clarín”, de Miguel Zapata Restrepo, hizo que la audiencia empezara a olvidarse del legendario Luis García (el de los “Radiosucesos”, donde impuso el eslogan del “primer informativo de la vida nacional”) que atraído por el dios dólar lió bártulos hacia la radio estadounidense.

Iván formó llave de postín, en Radio “Visión” (‘una distinta visión de la radio’) con el papá del hoy senador Gabriel Zapata Correa, como presentador con su voz potente y bien timbrada de las noticias preparadas por el espléndido equipo de redactores de don Miguel. Los Zapata, unidos por el periodismo del aire, no tenían ningún parentesco. Tampoco perteneció a sus parentelas el recientemente desaparecido Gilberto Zapata Isaza, director de “Medellín Informa”, un verdadero botafuegos que alcanzó a llevar por la calle de la amargura a los gobernadores Diego Calle Restrepo y Octavio Arizmendi Posada.

Con su estilo tan particular, este vecino del Puente de La Toma contribuyó al éxito arrollador que tuvo “La Canción del día”, especie de editorial musicalizado con un tema disquero que se acomodara al hecho noticioso del momento en Antioquia, Colombia o el mundo. La fiel clientela de este novedoso producto llegaba a los vuelos a la casa, a la hora de almuerzo, para no perdérselo. Aún no se inventaban los japoneses los pequeños radios transistores del tamaño de una cajetilla de cigarrillos.

Con el hijo de doña Tránsito y hermano de Héctor, experto en refrigeración, alternaron en la cabina, en distintas épocas, como locutores comerciales, Iván Madrid Arcila, Diego Vargas Escobar y Víctor Castaño Yepes. Cerrada la esplendorosa época en ‘Clarín’, Iván estuvo en distintos tiempos al servicio de las cadenas Todelar, RCN y Caracol.

Don Miguel, quien impuso la recordada consigna “Clarín dice lo que otros callan”, le expresó al colega Francisco Velásquez Gallego, en el libro “Medellín es noticia”, a propósito del narrador insignia de su noticiero: “Tenía un locutor estrella sensacional: Iván Zapata Isaza.

Cuando fue llamado inicialmente por Hemel Ramírez para otro noticiero y luego para Clarín, él (Iván) estudiaba en la Facultad Nacional de Minas; quería ser ingeniero, pero su voz resultó magnífica para un presentador de noticias, con una capacidad suma”.

En la edad dorada de Todelar, en Medellín, formó parte del equipo realizador del programa “Óigalo” con Carlos Quintero, Rubén Darío Arcila, Darío Álvarez y Luis Fernando Posada. En su tiempo como director de La Voz de Medellín, en la llegada de una etapa de la Vuelta a Colombia, a Bogotá, salió ileso de la caída a tierra de un helicóptero que RCN empleaba en su transmisión. Aferrado a su tierra natal, declinó tentadoras ofertas que se le hicieron para asumir la presentación de noticieros nacionales, desde la capital del país. Por lealtad al viejo amigo, acompañó hasta donde pudo a Bernardo Tobón Martínez en el Sistema BT, que tenía como base La Voz de la Raza.

En su última temporada frente al micrófono –antes de acceder a la pensión de jubilación— repitió sus éxitos iniciales como locutor de “Cómo amaneció Medellín”, por Radio Reloj. En este noticiero hacía formidable interpretación de “La Carta de Joaco”, con libretos del periodista Darío Echeverri.

Una trombosis lo obligó a pasar al retiro. El mejor bálsamo para sobrellevar el mal se lo administraron su fidelísima esposa Luz Elena y su amorosa hija Astrid Elena, quien se graduó con notas sobresalientes como periodista en la Universidad de Antioquia.

La apostilla: Cuenta José Absalón Duque, director de la revista ‘Cierto’, que cuando se agotaba el material de la emisión que estaba al aire, en “Clarín”, le llevaban a la cabina, al recursivo Iván Zapata, una tira larga de cables sacada a toda velocidad, sin corregir, del teletipo de la AFP, y el negro grande de Gerona se inventaba las partes de los despachos que llegaban en inglés, portugués o francés, sin que los oyentes se percataran de que les hacían trampa.